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Los pies del Geco.

Los pies del Geco.

(Evolución o Creación.-24).

El mundo animal nos enseña día a día de las cualidades y curiosidades de los animales. El geco es uno de ellos y sus datos son muy especiales aún para la ciencia llamada biomimética, que estudia a los animales para conocer sus características y aplicarlo a instrumentos y cosas que pueden mejorar nuestras vidas.

 Los gecónidos son una familia de saurópsidos escamosos, que incluye especies de gecos tamaño  pequeño a mediano que se encuentran en climas templados y tropicales de todo el mundo. Por lo general de cuerpo grueso y cubierto de pequeñas escamas. Los ojos son relativamente grandes y la pupila vertical recuerda la de los gatos, los dedos de las patas son relativamente anchos. Estos lagartos de hábitos nocturnos y viven en los bosques, entre las rocas, en árboles y algunos en las viviendas de los humanos. En Palestina pueden hallarse seis especies de gecónidos.

El ‘geco de raquetas’ mencionado en la Biblia en Levítico 11:29, 30, está entre los animales que los israelitas consideraban ‘inmundos’. En Proverbios 30:28 se habla del ‘greco trepador’ que “se afianza con sus propias manos” y entra en el palacio del rey. Con respecto a los dedos de las patas del geco, ‘The International Wildlife Encyclopedia’ dice: “Tienen numerosos ganchos microscópicos que se agarran a las irregularidades más insignificantes, incluso a las de la superficie del cristal, y por ello un geco puede adherirse a todo, exceptuando las superficies sumamente pulidas. Los ganchos están  orientados hacia atrás y hacia abajo, y para desengancharlos, tiene que levantar la pata hacia arriba desde la punta. Como resultado, un geco que sube por un árbol o un muro, o anda por un techo, tiene que doblar y estirar los dedos de sus patas en cada uno de los pasos a una velocidad mucho mayor que la que el ojo puede seguir. Algunos de los ganchos son tan pequeños que se necesita la óptica adecuada para verlos, no obstante, un simple dedo equipado con muchísimos de estos ganchos increíblemente pequeños puede soportar varias veces el peso del cuerpo de un geco”.

Además, no es que los pies o dedos del geco segregen alguna sustancia adhesiva. Su secreto radica en esas diminutas pilosidades, llamadas sedas, que cuben la planta de los pies. Cuando estas sedas entran en contacto con un plano, actúa una fuerza que hace que las moléculas de las dos superficies se adhieran la una a la otra. Dicha fuerza intermolecular de atracción, que recibe el nombre de fuerza de Van der Waals, es muy débil. Casi siempre queda anulada por la gravedad, lo que explica por qué nosotros no podemos trepar por una pared simplemente colocando las palmas de las manos sobre ella. No obstante, las minúsculas sedas del pie del geco hacen que aumente la superficie en el contacto con la pared. De esa forma, la fuerza Van de Waals, multiplicada por los miles de sedas, crea suficiente atracción como para sostener el peso del pequeño reptil.

¿Tendrá alguna utilidad este descubrimiento?. Un material sintético que imita las propiedades del pie de geco podría emplearse como alternativa para el velcro, que es otra invención inspirada en la naturaleza. Los científicos intentan copiar las propiedades de los pies y dedos del geco. Estos nunca se ensucian ni dejan rastro, se adhieren sin esfuerzo a cualquier superficie excepto el teflón y se despegan con la misma facilidad. Según un investigador citado por la revista ”The Economist”, una cinta adhesiva “tipo geco” resultaría muy útil “en procedimientos médicos en los que pueden usarse adhesivos químicos”. Los investigadores quieren crear adhesivos que, al igual a las patas del geco, se adhieran a las superficies planas. Tales sustancias tendrían, entre otras, “una amplia variedad de aplicaciones en el campo de la medicina, desde vendajes resistentes al agua hasta una cinta adhesiva que sustituya las suturas quirúrgicas”, comentó la revista Science News. Los científicos también están estudiando la proteína que segrean los mejillones y que les permite fijarse a las superficies húmedas.

Ahora bien amigo lector, hay expertos que para resolver difíciles problemas de ingeniería imitan los mecanismos de la naturaleza, y en muchas ocasiones muy toscamente, y, aún así, atribuyen el diseño del mecanismo original a la evolución ciega. ¿Le parece eso lógico?. Si la imitación require la existencia de una mente inteligente, ¿qué puede decirse del original?. ¿Quién merece más reconocimiento, el maestro o el aprendiz que imita sus técnicas?. ¿Qué usted cree: casualidad o diseño, evolución o creación?.

Podemos llegar a una conclusión lógica. Tras reflexionar en las pruebas de diseño presentes en la naturaleza, en este caso el ejemplo del geco, muchas personas comparten el sentir del salmista que escribió: “!Cuantas son tus obras, oh Jehová!. Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus producciones”. [Salmo 104:24]. Pablo, otro escritor bíblico, llegó a una conclución parecida: “Las cualidades invisibles de [Dios] se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad”. [Romanos 1:20]. No hay duda alguna, los diseños sorprendentes que encontramos a diario en la naturaleza, son una contundente prueba de que provienen de un supremo Creador, Jehová Dios.

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