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La piedra de cristal

Samuel cada día salía de su casa  para ir al colegio, tenía ocho años y era un buen estudiante

. Por el camino saludó al policía de tráfico, al vendedor de prensa y a la floristera que barría su puerta . como cada mañana daba su batido de leche a una anciana que pedía limosna en la esquina de la escuela. Samuel quería ayudarla y entonces le daba parte de su merienda. Pero ese día la anciana le cogió la mano y le habló:

 

_Eres un chico estupendo y por ello te voy a hacer un regalo_.

La mujer sacó de entre sus ropas una piedra de cristal y se la entregó.

_Si miras a través de ella podrás ver cosas que nadie puede ver_.Le dijo con mucho misterio la anciana.

Samuel se alejó observando el objeto y entró  clase. Durante la clase de ingles cogió la piedra y miró la estancia a través de ella. Lo que vió casi le deja sin aliento. Había varios duendecillos que molestaban a los niños: tiraban el pelo a las niñas, hacían que se cayeran los lápices, tiraban tizas....También había hadas pequeñitas revoloteando y  diciendo al oido a los niños cosas bonitas que les hacían sentir bien.

Cuando salió del colegio pudo comprobar que a través del cristal la anciana no era tal, sino un Hada que vigilaba que los niños se portaran bién, la floristera no se daba cuenta de que sus macetas estaban llenas de nogmos que corrían riendo de aquí para allá, el vendedor de prensa  en realidad era un mago que con su varita creaba cuentos y libros misteriosos. El policía dirigía el tráfico sin saber que daba paso a  hermosos corceles con principes galantes y grandes carrozas con princesas muy elegantes. Como iba mirando el cristal muy concentrado casi tropieza y se cae con un perro vagabundo, pero cuando lo miró vió que era un gran gusano de colores con sombrero y chaleco que lo saludad con su diminuta patita.

Llegó a su casa y en su jardín revoloteaban hermosas mariposas del tamaño de su libro de matemáticas . Lo que más le gustó fue cuando saludó a su amiga Lucía y vió que en realidad era una pequeña brujita acompañada de un gatito blanco, con su sombrero de pico y todo. Esa noche durmió soñando con todos los seres fantásticos que había conocido y por la mañana cuando se levantó buscó el cristal , pero ya no estaba.

Ya no podría ver más duentes, hadas y nogmos, pero si sabía que algunos seguían allí, como el vendedor de prensa , que le saludo al pasar con una sonrisa misteriosa y su amiga Lucía que le dijo:_¡Chiiiiisssss! es un secreto_. Muchas aventuras vivirá Samuel con la pequeña brujita. Nunca volvió a ver a la anciana, pero sabía que estaría en cualquier otra esquina de otro colegio vigilando que todos se porten bién. ¡Quién sabe si algún día la volverá a ver!.

Datos del Cuento
  • Categoría: Infantiles
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