Esta es una historia un poco rara, tal vez de cobardes o de falta de oportunidades. Jamas se la conte a nadie y por eso quiero contarla aqui para que por lo menos no quede solo en mi memoria.
No se cuando conoci a Edgar, el siempre estuvo ahi; la verdad es que por cuestiones de nuestros padres que ahora no vienen al caso nos veiamos varias veces al año, yo me senti fascinada por el desde el primer momento pero jamas me atrevi a acercarme ni cruzar con el mas de dos palabras, me moria de la vergüenza con solo mirarle.
Hubo una ocasion,yo tenia 18 años,era sabado por la noche que sin saber ni como ocurrio de repente estabamos los dos juntos hablando de nuestras cosas con toda la confianza del mundo, era una sensacion extraña era como si nos conocieramos de toda la vida, y asi era, pero como si de repente hubieran surgido entre nosotros todas las conversaciones que durante años no nos habiamos atrevido a tener. Y fueron mas que eso, la manera en la que nos mirabamos a los ojos no era normal, era como si quisieramos decirnos algo pero ninguno de los dos se atrevio. El se puso a hacer el tonto e intentar demostrarme que un vaso de plastico solo se deshace si le pones un mechero hasta la parte en la que tiene agua; casi prendemos fuego al mantel. En ese momento nos dimos cuenta de que eran las 8 de la mañana y decidimos irnos a dormir, pero antes de hacerlo me miro una vez mas y me dijo: "si mañana te vas antes de que me levante por favor despiertame para que nos despidamos". Y parece como si lo supiera porque a la mañana siguiente a mi padre se le antojo irse tan temprano que el aun no se habia levantado; yo no hacia mas que desear que el apareciera antes de que fuera demasiado tarde, pero no fue asi, y yo no me atrevia a entrar en su habitacion.
Entonces ocurrio algo que con los años me ha hecho darme cuenta de que no era yo la unica que sentia algo; su madre se acerco a mi y me dijo: " ¿no vas a despedirte de Edgar?" yo le conteste que el estaba durmiendo y ella me dijo: "no importa entras y le despiertas, no creo que le guste levantarse y ver que ya no estas aqui".
Pero no me atrevi.
Despues de eso parece que la mala suerte conjuro en nuestra contra, varias veces yo me atrevi a ir a su casa con la excusa de que mis padres iban a visitar a los suyos, pero el nunca estaba y su madre siempre encontraba el momento de que nos quedaramos las dos a solas para decirme algo, nunca claramente pero siempre con mucha intencion.
Otras muchas veces vino el tambien a mi casa con las mismas excusas que yo utilice pero con la mala suerte de que yo tampoco estaba.
Lo ultimo que supe de el es que se habia marchado a Londres.
De aquella noche han pasado 6 años y de ella solo recuerdo a Edgar y la luna que habia. Medio año despues me tatue una luna, desde entonces tengo fijacion con ellas.
Todos y cada uno de los dias que han pasado desde entonces le he recordado y me he arrepentido de no haber entrado en su habitacion aquella mañana.
Si eres la otra parte de mi historia o conoces a un chico que te la conto desde su punto de vista, por favor avisale, dile que estoy aqui, y que siempre le recordare.