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David quiere construir un templo a Dios

David quiere construír un templo a Dios.

(Historias Bíblicas para niños. 62).

Cuando la nación de Israel pidió un rey para que los gobernara y los representara delante de otras naciones, el pueblo estaba escogiendo un líder para su nación visible y terrestre nacido de padres israelitas. Pero se estaban olvidando de todas las maravillosas obras que su Dios, Jehová su Rey espiritual, les había hecho como el ejemplo de las diez plagas en Egipto, el paso del Mar Rojo, la guía y protección durante 40 años que vagaron por el desierto, la entrada de esa tierra prometida al tomar la primera ciudad de Jericó. Pero entonces, Dios los escuchó y bondadosamente les otorgó un rey llamado Saúl. Luego de esto, Saúl desobedece a Dios y pierde la aprobación divina, escogiéndo Dios un sucesor y hace un pacto con David de la tribu de Juda.

David, como buen pastor de ovejas lo cual había sido antes, guía a muchos triunfos sobre los pueblos malvados de la región de Canaán, la tierra prometida, y establece su reino sobre un inmenso terreno tomando ciudades y creando nuevos pueblos y lugares para morar los subditos de su reino.

Ahora bien, ya David entrado en años de edad, quería construir un templo para adorar a Jehová Dios en la ciudad de Jerusalén. Para ese tiempo el vivía en el palacio real en esa ciudad. David comenzó a recaudar materiales para esa construcción. Pero Dios le dijo que no sería él, sino uno de sus descendientes, quien llevaría a cabo ese plan. ¿Por qué detuvo Dios ese acto de parte de David?. Veamos:

El libro de 1 de las Crónicas capítulo 22, versículos 8 al 10 lo explica: “Pero la palabra de Jehová vino contra mí diciendo: ‘Sangre en gran cantidad has vertido y grandes guerras has hecho. No edificarás una casa a mi nombre, porque mucha sangre has vertido en la tierra delante de mí. !Mira!. Te va a nacer un hijo. El mismo resultará ser hombre de descanso [un hombre de calmar], y ciertamente le daré descanso de todos sus enemigos todo en derredor, pues Salomón [que significa Apacible] es lo que llegará a ser su  nombre y paz y tranquilidad otorgaré a Israel en sus días. Es él quien edificará una casa a mi nombre, y él mismo llegará a ser mi hijo para mí, y yo un padre para él. Y ciertamente estableceré el trono de su gobernación real firmemente sobre Israel hasta tiempo indefinido’”. Estas palabras nos demuestran que Dios quería que esa casa de adoración a El fuera un lugar de paz y tranquilidad, de amor y bondad, donde toda persona que fuese allí a adorarlo, pensara en las bendiciones divinas derramadas sobre Israel y no de recordación de las guerras y violencias ocurridas durante las batallas de conquista de la tierra de Canaán.

De todos modos, Jehová Dios le otrogó un privilegio mayor: formalizó con él un pacto, el Pacto Davídico”, según el cual David sería el primero de una singular dinastía de reyes. De hecho, de ella saldría el Libertador prometido, la Descendencia de la que habló Dios en Edén. Esa persona sería el Mesías, es decir, el Ungido, la persona que Jehová Dios elegiría para ser Rey de su Reino, un gobierno que duraría para siempre.

Profundamente agradecido, David reunió una inmensa cantidad de materiales de construcción y metales preciosos para las obras del templo. Además, por inspiración divina, compuso muchos salmos, o canciones de alabanza a Jehová. Al final de su vida, David dirigió toda la honra por lo que hizo: “El espíritu de Jehová fue lo que habló por mí y su palabra estuvo sobre mi lengua”. [2 Samuel 23:2]. “Y por fin, [David], murió en buena vejez, satizfecho de días, riquezas y gloria, y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.- 1 Crónicas 29:28.

Puedes leer también los capítulos finales del libro de 1 de las Crónicas desde el 22 hasta el 29 para más detalles sobre la casa que David quería construír a Dios y cómo fue la recolección de materiales y otros datos sobre el mismo. Además, lee los textos de Mateo 21:9, Lucas 1:32 y Juan 7:42. Que toda esta lectura de la Biblia te sirva para profundizar tu fe y apreciar la bondad inmerecida que Dios nos dá a todos diariamente.

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