Mi sombra está en la pared.
Tengo la sensación de ser un emigrante que vela envuelto en su manto.
No puedo huir, seré fiel a la vida y a la muerte en cuerpo y espíritu.
A ratos algo me rebasa con ligereza, quizás un tiempo presente, absurda diferencia que media entre el sueño y el espejismo. Lo he perdido todo y perder es ir al otro lado. Las sombras preparan mi lecho vivo.
Mientras tanto, escribo palabras distorsionando, intento trazar una relación posible, pero no lo consigo. Mi cuerpo es cadencia de memorias.
Con esfuerzo, años y lágrimas me he hecho una prisión donde suavizo mi corazón de salteador. No importa si ahora vierto algún llanto por tí o por todos aquellos que siguen esperando sin saber exactamente qué.
Sólo me quedan horas ásperas, desnudas, súbitas tras los vidrios de tu ventana. Me quedará siempre grabada la lentitud de tu sonrisa.
Han terminado las novedades, las sorpresas, las revelaciones...
Soy cómo un viejo fantasma que vaga en un castillo condenado a penar de amor...
Un fantasma que vive ciego por no poder verme en tus ojos...
Que agoniza triste por no sentir el tacto de tu cuerpo...
Que muere de asfixia por no sentir tu aliento...
"Me quedará siempre grabada la lentitud de tu sonrisa", por sí sóla tiene vida propia. Esta es una de las frases tuyas que me quedo para mí. Gracias por hacernos sentir leyendote, deverías escribir más a menudo, ya se hecha de menos un cuento tuyo, besos