La sonda "Voyager 1" abandona los dominios del Sol. Hace años que este legendario explorador robótico cumplió su cometido científico (la exploración de Júpiter y Saturno), aunque la NASA no ha dejado de escuchar y analizar los señales y datos que remite a la Tierra mientras se aleja por los confines del Sistema Solar.

A lo largo de su singladura espacial, este ingenio descubrió volcanes en la luna Io de Júpiter e identificó 25 nuevos satélites de ese gran planeta, entre otros hallazgos que hicieron historia. Lanzada en septiembre de 1977, un mes después que su gemela "Voyager 2", es todo un símbolo de la época en que Estados Unidos no escatimaba en gastos para enviar grandes sondas con el fin de desentrañar la naturaleza de los planetas más alejados del nuestro.

El Jet Propulsion Laboratory (JPL), centro californiano que controla las misiones a Marte y los demás planetas, ha anunciado que esta nave de 733 kilos ha atravesado la frontera final del Sistema Solar. Es una región turbulenta, fría y oscura donde la influencia del Sol es nula y donde el viento de partículas energéticas expulsadas por nuestra estrella impacta con la neblina de gases existentes entre los astros.

La "Voyager 1" en 1998 ya se convirtió en el artefacto de fabricación humana más distante de nosotros. Ahora se encuentra a unos 8.700 millones de kilómetros del Sol, según los cálculos elaborados por la NASA, que capta señales de la nave con la gran antena de Robledo de Chavela (Madrid) y con otras dos situadas en California y Australia.

La clave de su fabulosa longevidad reside en su sistema de propulsión: tres generadores alimentados con dióxido de plutonio que proporcionan energía eléctrica para sus sistemas y equipos.