Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Urbanos

paloma (episodio 4 y penultimo)

-¿que miras hacia el horizonte? - le pregunto uno de sus compañeros de marina y colega de hacia 2 meses, Agustin, de 20 años, quien habia terminado unas cartas a sus familiares y estaba fuera.

- oh! nada. solo. el mar-. contesto julio, saliendo de su extasis.

-ah. disculpa, ¿vas a venir con los chicos? estan jugando baraja. para lo que falta del viaje, faltan. minimo 9 horas, arribando por el Volga, segun dijeron los superiores.

-si, por supuesto. aunque, en realidad; temo a ese pais. yo, que en mi mocedad no sali mas alla de mi troje. esto se me hace raro.- comento Julio, quien en poco tiempo ya no tenia muchas trazas de su lexico coloquial cuando aun era un joven desposeido; el ejercito y la mezcolanza con otros jovenes de razia le habian pulido un poco. de vez en cuando usaba su lexico, fuera al charlar apacible o bien, para chanzas y bromas.

-bueno, te espero. bye mi july.
- si, bye. - contesto y volvio la vista al mar y su tema. ahora, cruzando hacia mexico, era dia de asueto; sabado. los chicos se hallaban leyendo su libro de historia que a fuerzas tenian que saber los nombres de personajes celebres, Maria J. lavaba las indumentarias, chiflando una canciocilla de su terruño; Artemio se hallba descandsando en un canape viejo, de madera labrada y leyendo el periodico. " ah! ¡cada cosa que ve uno! desde que conoci la luz, la vida sigue casi igual." dijo para sus adentros al ver las finanzas que bajaban por la nacionalizacion de la banca y vias publicas apenas construidas en lugares lejanos, como Chalco o Tequesquinahuac. mientras su hija , Guadalupe estaba en la ausencia pues hacia 3 horas que habia salido para un trabajo en equipo de sus curso mecanografico y aun no regresaba. a Artemio le inquietaba ahora ella, que pese a ser hembra temia perderle como habia sucedido con su hijo mayor, del que ya sabemos un poco. esos senos, su figura casi regordeta, ahora algo plana y esa rebeldia que no la habia observado ni en sus concoidas del pueblo, cuando el era mozo. si. debia cuidarle, pese a que ya estab en la flor de la vida y la adolescencia la permitia ser independiente. no crei ya que la niña casi marimacho, algunas veces sumisa cuando ellos se interponian, y atrevida por su origen mestizo existiera en esa joven chica, casi de 17 años; ahora algo callada y un poco retobada. por eso, a veces tenia cautela, ya no para evadirlo, sino para conservar su vida y familia. pensando en esto, siguio leyendo. mientras el tio, que inclusive ya no molestaba pues siendo ya un viejo casi matusalen, solo se limitaba a ordenar alimento y a quejarse de sus achaques cantaba una cancion de sus tiempos:

esos rotos, rotitos.
por un doblon se saben franceses
por un bilimbique se saben italianos,
por una mansion se saben porfirianos,
no sabe uno que mas son esos
tra lalala. tralalala
asi es la vida, siñor!

asi, la vida seguia. no se pierdan el ultimo capitulo de este cuento tan largo, que es una reflexion a lo que perdemos por orgullo o por destino, creo yo. (continuacion)
Datos del Cuento
  • Categoría: Urbanos
  • Media: 5.59
  • Votos: 109
  • Envios: 0
  • Lecturas: 4355
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 52.90.40.84

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.633
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.508
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 53.552.815
Últimas Búsquedas