Una escritura en la pared.

(Historias Bíblicas para Niños. 78)

A todos nos gusta escribir, tanto en papel, como en la arena de la playa, o hacer notas en los lados de los márgenes de los libros cuando estudiamos. Pero, escribir en una pared no solo es ensuciar la pared sino, decir que nuestro comportamiento no es el más correcto o educado. Sin embargo, en la antiguedad, cuando el nieto del rey Nabucodonosor, Belsasar, llegó a ser rey, en el palacio real apareció un escrito en la pared. ¿Por qué tuvo que ocurrir esto?. ¿Quién fue su escritor?. Y ¿cuál sería el mensaje de esa escritura?. Veamos la historia que nos relata la Biblia.

Belsasar en una noche, hizo un banquete para mil invitados. Eran las personas más importantes del país. Les mandó a sus sirvientes que sacaran los vasos de oro que su abuelo, Nabucodonosor, se había llevado del templo de Jehová cuando atacó a Israel muchos años atrás. Belsasar y sus invitados usaron esos vasos para beber y se pusieron a alabar a sus dioses. De repente, apareció la mano de un hombre que empezó a escribir unas palabras misteriosas en la pared del salón del banquete.

Belsasar se asustó mucho. Llamó a sus magos y les prometió: “A cualquiera que me explique el significado de estas palabras, lo convertiré en el tercer hombre más importante de Babilonia.” Asi que lo intentaron, pero ninguno pudo explicar el mensaje. Entonces, la madre del rey entra en el lugar y dijo: “Un hombre que se llama Daniel les explicaba los sueños y acertijos a Nabucodonosor. El puede decirte el significado de esas palabras”. Daniel fue a ver al rey cuando lo llamaron. Cuando llegó, Belsasar le dijo: “Si puedes leer y explicar estas palabras, te dare un collar de oro y te convertiré en el tercer hombre más importante de Babilonia”. Daniel le respondió: “No quiero regalos. Pero sí te dire lo que significan esas palabras. Tu padre, Nabucodonosor, era orgulloso, y Jehová Dios le dio una lección de humildad. Tú ya sabías todo lo que le pasó a él pero de todos modos no respetastes a Jehová. Usastes los vasos de oro de su templo para beber vino. Has alabado a dioses hechos de madera y piedra, y no has honrado a nuestro Magnífico Ceador. Por eso Dios ha enviado la mano para escribir estas palabras.”

Asi que Dios ha escrito estas palabras: ‘MENE, MENE, TEKEL, PARSIN’. ‘MENE’ significa que Dios ha contado los días de tu reino y le a puesto fin. ‘TEKEL’ significa que has sido pesado en balanzas y se ha hallado que no eres bueno. ‘PARSIN’ quiere decir que tu reino se a dado a los medos y los persas. Todo esto significa que los medos y los persas conquistarán Babilonia, y tú ya no serás el rey”.

Parecía imposible que alguien pudiera conquistar Babilonia. La ciudad estaba protegida por murallas muy grandes y un río profundo. Pero esa misma noche, aun cuando Daniel estaba hablando, los medos y los persas atacaron a Babilonia. Ciro, el rey de Persia, desvió el río para que el ejército pudiera llegar hasta las puertas de la ciudad. Cuando llegaron allí: !Las puertas estaban abiertas!. Los soldados atacaron enseguida, conquistaron la ciudad y también mataron al rey. Ahora Ciro era el gobernante de Babilonia.

En el primer año de su gobierno, Ciro anunció: “Jehová Dios me ha dicho que reconstruya su templo en Jerusalén. Los judíos que quieran ayudar, pueden ir”. Por lo tanto, muchos regresaron a su tierra 70 años después de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor. Así se cumplió la promesa de Jehová. Además, Ciro les devolvió los vasos de oro y plata, y las otras cosas que Nabucodonosor se había llevado del templo. De esta  manera, Jehová usó a Ciro para libertar a su pueblo.

Ahora piensa por un momento en los detalles de esta historia bíblica de la escritura en la pared. Pregúntate: ¿Por cuál razón sucedió esto?. ¿Quién fue el que la escribió y qué usó para escribirla?. ¿Qué significaba el mensaje en la pared?. Después de gobernar por un año en Babilonia, ¿qué le dijo Jehová Dios a Ciro que debía de hacer?.

El relato de la Biblia sobre esta historia lo puede leer por completo en los libros de Esdras capítulo 1, versículos 1 al 11. Daniel 5:1 al 31. También lee Isaías 44:27 al 45:2 y Jeremías 25:11, 12. Así podrás comprender que el propósito de Jehová Dios siempre se cumple al tiempo estimado por El.