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Categoría: Urbanos

Un paseo entrtenido

En mi habitual paseo sabatino, mientras recorro las calles por el solo capricho de andar, suelo dejar la mente a su aire. Y a fe que me hace pasar un rato delicioso. Difícilmente se empeña en pensamientos molestos, todo al contrario, de inicio los rechaza. Más bien se aferra a la creación, y hay que ver lo que disfruto con el montón de ideas que surgen a borbotones, sin orden ni concierto, alegres, sensatas unas o disparatadas las más, que bullen en mi cerebro a un ritmo endiablado, hasta el momento en que encuentro alguna que me parece interesante. Y entonces la aparco para diseccionarla, descubrir sus entresijos, ordenar sus consecuencias y, la mayor parte de veces, llevarla al lenguaje escrito para preservarla del olvido.
En el paseo de hoy, la mente ha iniciado su labor motriz pensando en el ‘gran teorema’ del abogado e insigne matemático francés Pierre de Fermat, y con esa versatilidad que goza la mente se ha puesto a divagar en que la vida también se puede plantear como una ecuación, en la que sean cualesquiera los términos que la integren, la solución será idéntica en todos los casos: la muerte. Y con esa soltura que le caracteriza, la mente se ha puesto a señalar los términos, algunos inmutables, como nacimiento, otros variables: felicidad, enfermedad, desarrollo, los cuales pueden a su vez descomponerse en términos secundarios: la felicidad en complacencia, salud, inteligencia, satisfacción, etc.; la enfermedad, en inapetencia, desasosiego, nerviosismo, intransigencia, etc. El valor que obtenga cada uno de esos términos, según sea negativo o positivo, al despejar la incógnita del tiempo de vida para llegar al resultado final de la ecuación, que como se ha visto es la muerte, seguirá siempre al mayor valor positivo que adquiera el término felicidad.
Y con esas elucubraciones mentales, como siempre he llegado a las Ramblas, donde una vez más me he percatado que la proporción entre nacionales y extranjeros que pasean por ellas estaba entre 1 y 100.
Al coger el tren para reintegrarme al despacho, que lo tengo a cien metros de la vivienda, la mente se ha retraído a su cubil, y han sido los ojos los que han deparado entretenimiento a la conciencia observando cuanto al derredor ocurría.
Y aquí traigo el resultado de mi paseo, no para ser leído, que en nada complacerá al lector, sino simplemente para evitar que la traicionera memoria lo arrumbe en el depósito de la nada.
Datos del Cuento
  • Categoría: Urbanos
  • Media: 5.13
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
María Eugenia
invitado-María Eugenia 24-07-2005 00:00:00

Es cierto, son tantas las cosas que pensamos mientras caminamos tranquilamente, como la unión de todos estos elementos que componen la ecuación cuyo resultado final es eso, la muerte. Pero si no lo escribes no tendrás la oportunidad de analizarlo detenidamente, porque son los pensamientos de día a día que pasan fácilmente al olvido. Ya casi terminada tu jornada te has percatado de otra apreciación numérica. ja ja en muchos países ... bueno ... tema que pica y se extiende.

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