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Un maestro enseña la ley de Dios

Un maestro enseña la ley de Dios.

(Historias Bíblicas para niños. 83)

Cuando yo iba a la escuela siendo aun un niño, siempre me gustó atender muy bien a las explicaciones que mi maestro daba sobre cualquiera de las materias o temas que se estudiaban en la clase porque después en casa, aunque tuviera en mis manos el libro que daba las instrucciones, si tenía una duda o pregunta que hacer, si no era hábil en hallar la respuesta que me podia ofrecer el libro, no tendría la explicación detallada que me podia dar el maestro que era bien paciente y amable con todos los niños de la clase. Por lo tanto, escuchar con atención a lo que dice tu maestro en la escuela es muy importante para que puedas adelantar en conocimiento y aprender de la asignatura que estas recibiendo. Por lo cual, en la historia de hoy vamos a compartir la enseñanza que un maestro de la Ley de Dios llegó a ofrecer su pueblo en la antiguedad y como sacaron ellos provecho de esa enseñanza .

Habían pasado unos 70 años desde que la mayoría de los israelitas habían vuelto a Jerusalén, aunque algunos todavía vivían en diferentes lugares del Imperio Persa. Uno de esos israelitas era Esdras, un sacerdote que enseñaba la Ley de Jehová Dios. Esdras se enteró de que la gente de Jerusalén no estaba obedeciendo la Ley, por eso quería ir allí para ayudarlos. Artajejes, el rey de Persia, le dijo: “Dios te ha dado sabiduría para que enseñes su Ley. Asi que ve llévate a cualquiera que quiera ir contigo”. Esdras se reunió con todos los que querían volver a Jerusalén. Le pidieron a Jehová que los cuidara en el camino y empezaron el largo viaje.

Cuatro meses después y bajo la protección de Dios, llegaron a Jerusalén. Los principes de la ciudad le dijeron a Esdras: “Los israelitas han desobedecido a Jehová y se han casado con mujeres que adoran dioses falsos”. ¿Qué hizo Esdras?. Se arrodilló delante de todo el pueblo y oró: “Jehová, tú has hecho muchas cosas buenas por nosotros, pero nosotros hemos pecado contra tí”. El pueblo se arrepintió, pero siguió haciendo cosas que no estaban bien. Asi que Esdras eligió a ancianos y jueces para que investigaran esos asuntos. En tres meses, echaron a todos los que no quisieron adorar a Jehová.

Pasaron 12 años. Mientras tanto, las murallas de Jerusalén se terminaron de construir de nuevo. Esdras reunió al pueblo en la plaza pública para leerles la Ley de Dios. Cuando abrió el libro de la Ley, el pueblo se puso de pie. Esdras alabó a Jehová Dios, y los israelitas levantaron las manos para indicar que estaban de acuerdo. Después, Esdras leyó y explicó la Ley. El pueblo escuchó con atención. Reconocieron que se habian alejado de Jehová otra vez y se pusieron a llorar. Al día siguiente, Esdras siguió leyendoles la Ley. Los israelitas se dieron cuenta de que pronto debian celebrar la Fiesta de las Cabañas. Y enseguida empezaron hacer los preparativos para la fiesta.

Los israelitas estuvieron muy contentos los siete días que duró la fiesta. Le dieron gracias a Jehová por la buena cosecha. No habían tenido una Fiesta de las Cabañas como esa desde que Josué estaba vivo. Cuando la fiesta terminó, se reunieron y oraron: “Jehová, tú nos liberastes de la esclavitud. Nos distes alimento en el desierto y esta bonita tierra. Pero nosotros te hemos desobedecido muchas veces. Y aunque nos mandastes muchos profetas para advertirnos, no hicimos caso. Aun así, tú fuiste paciente. Nunca olvidaste la promesa que le hiciste a Abrahan. Ahora, prometemos que vamos a obedecerte”. El pueblo escribió la promesa y los principes, levitas y sacerdotes la firmaron con un sello.

Hoy día debemos beneficarnos de aprender de la Palabra de Dios leyendo la Biblia, ya que en el Evangelio de Lucas capítulo 11, versículo 28 leemos: “!Felices los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica!”. Para llegar a ser totalmente felices, debemos obedecer los mandamientos que Jehová Dios nos da en la Biblia, leerla a diario y poner en práctica los consejos que ella nos da para que podamos ser mejores personas, dignas de ser parte del pueblo de Dios y siempre “adorarlo con espíritu y con verdad” como El desea que lo adoremos. Juan 4:24.

Ahora pregúntate: ¿Qué les enseñó Esdras a los israelitas que se reunieron en Jerusalén?. ¿Qué prometió el pueblo?. ¿Por qué fue Esdras un buen maestro de la Ley de Dios?. Las respuestas que digas a esas preguntas te ayudarán a comprender mejor la historia bíblica de hoy. Esta Historia está basada en el libro de Esdras 7:1 al 28.  8:21 al 23, 31, 32.  9:1 al 10:19. Y Nehemías 8:1 al 18.  9:1 al 38.

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