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Un hipopótamo rescatista.

Un hipopótamo rescatista.

[Naturaleza: Animales y Plantas. -10]

Los hipopótamos adoran el agua, razón por la cual los griegos los llamaron “el caballo del río”. Pasan hasta 16 horas al día sumergidos en ríos y lagos para mantener la temperatura de sus enormes cuerpos bajo el cálido sol africano. Los hipopótamos son agraciados en el agua, muy buenos nadadores y pueden aguantar su respiración bajo esta hasta cinco minutos. Sin embargo, a menudo bastante grandes en multitud de ocasiones tan solo les es necesario caminar sobre los lechos de los ríos o lagos que habitan. Sus ojos y las fosas nasales se encuentran en lo alto de sus cabezas lo cual les permite ver y respirar, mientras se están sumergidos. También pueden igualar en tierra la velocidad de un ser humano en distancias cortas.

Ellos segregan una sustancia roja aceitosa, que dio lugar al mito de que sudan sangre. El líquido es realmente un humectante de la piel y protector solar que también puede proporcionar protección contra los gérmenes.

Al atardecer, se les puede ver que abandonan el agua y se adentran en tierra para pastar. A veces viajan hasta 10 kilómetros en una noche para consumir alrededor de unos 35 kilos de hierba. Teniendo en cuenta su enorme tamaño, la cantidad de su dieta es relativamente baja.

Los hipopótamos pesan unos 45 kilos al nacer. Cada hembra tiene solamente cría cada dos años. Poco después del nacimiento, la madre y el joven se unen a las escuelas que proporcionan cierta protección contra los cocodrilos, los leones y las hienas.

Mucho tiempo atrás, los hipopótamos tuvieron una distribución más amplia, pero ahora habitan tan solo en el este del centro y sur del Africa subsahariana, donde sus poblaciones se encuentran en declive.

El hipopótamo adulto, puede alcanzar las 4 toneladas de peso, es el segundo mamífero terrestre vivo más grande. Con sus potentes mandíbulas puede partir en dos una canoa de una sola dentellada. Por eso, un grupo de hombres que se encontraba en el Parque Nacional de Hwange, Zimbabue, se sorprendió al ver a un hipopótamo actuar de una forma cuando menos insólita en este animal que se convirtió por varios minutos en un rescatista, participando en un rescate especial de un impala.

Los hombres vieron en las proximidades de una represa a nueve licaones, o perros cazadores, perseguir implacablemente a dos impalas. No hallando otra escapatoria, los impalas se zambulleron en el agua. Los licaones se pusieron a trotar a lo largo de la orilla, calculando por dónde saldrían sus presas.

Finalmente, uno de los impalas, ya exhausto, empezó a nadar hacia una orilla lejana, sin apercibirse de que los licaones lo estaban esperando allí. Sin embargo, cuando se acercaba a tierra, un hipopótamo que nadaba por las inmediaciones se dirigió hacia él y, al alcanzarlo, explica la revista ‘African Wildlife’: “lo giró y lo empujó ligeramente en dirección opuesta”. El impala obedeció. Su rescatador lo siguió, dándole empujoncitos cuando parecía inseguro.

Una vez que llegó a la orilla, los hombres vieron cómo el hipopótamo lo impulsaba suave pero firmemente hacia afuera. El impala dio unos cuantos pasos vacilantes, tras lo cual se detuvo y empezó a temblar. Pero enseguida reinició la marcha. El hipopótamo lo siguió hasta que ambos se perdieron de vista.

¿Qué le sucedió al otro impala?. Los hombres contaron que los licaones “estaban tan absortos observando el rescate que el otro impala se escabulló sin que se dieran cuenta”.

Piense por un instante amigo lector, ¿qué le parece, la extraordinaria vida del hipopótamo es resultado de la casualidad ciega o de un diseñador inteligente y amoroso?. En la Biblia en la carta escrita por el apóstol Pablo a los Romanos, capítulo 11, versículos 33 al 36, leemos: “!Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!. !Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos!. Porque ¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, o quién se ha hecho consejero?. O, ¿Quién le ha dado primero para que tenga que pagársele?. Porque procedente de él y por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria para siempre. Amén”.

Este relato sobre la naturaleza animal ha sido tomado en parte de ‘National Geographic’ y de la revista ‘Despertad’ del 8 de octubre de 1994 editada por los Testigos de Jehová. Para más información sobre la creación, tanto de animales como de todo sobre lo que existe en la tierra, puede entrar al sitio jw punto org y hallar además muchas respuestas a sus preguntas sobre la existencia del único Dios vivo, Jehová.

 

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