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Ultimo celular

Con su exquisita ropa de Chanel y su perfume de Dior, se paseaba por las calles de una céntrica ciudad

Patricia era una chica ligera, aunque no me gusta mucho esta palabra, porque realmente no la define a plenitud. Era más que todo una belleza temblorosa, lo del temblor es para describir esa especie de sismo que creaba en su propio cuerpo cuando caminaba, se le movía todo y de que manera, Con su exquisita ropa de Chanel y su perfume de Dior, se paseaba por las calles de una céntrica ciudad, Caracas, Buenos Aires, Japón, New York, cualquier ciudad cosmopolita podría cobijar a una Cosmos y Patricia lo era. De una mano cargaba Vanidades para observar todo lo chic que hay en el mundo, los cambios de pareja de las celebridades, los últimos escándalos de Paris Hilton, y de la otra, la revista Cosmos o alguna parecida donde captara los comportamientos sexuales de los famosos, las fiestas más chics y desenfadadas del mundo, los solteros más cotizados. Ese era su mundo. Cuando digo esto, quiero explicarles, que todo lo demás no existía para ella. Cuando alguna amiga le explicaba algo donde tuviera que utilizar la inteligencia, memoria, razonamiento, originalidad alguna habilidad psico-intelectual, ella simplemente se derrumbaba, abría extraordinariamente los ojos, y se quejaba de un fuerte dolor de cabeza. Pero de una cosa si estaba plenamente conciente, era de su celular, y de su sonido, ese era su vida, la demostración que ella existía en el mundo, el ser o no ser de la Filosofía
Su vida sentimental había sido muy activa en estos 7 meses últimos, había terminado con 6 novios ¿Cómo poder compartir con alguien que tiene un modelo de celular tan antiguo?. Esa confesión se la dijo a su mejor amiga un día, abriendo los ojos desmesuradamente como ella acostumbra, enfatizando la idea “un dinosaurio sin sonido, ni imágenes”. Cuando dices el nombre de ese bichito dino…no se que cosa ¿Te refieres a Carlos?, pregunta la amiga, No, al modelo Xcel dijo Patricia sonriendo. Con respecto a otro rompimiento sentimental, esta vez con Luis, fue debido al tiempo exagerado de uso del celular, cuando la visitaba su novio. Cada vez que ocurría un momento romántico que ameritaba un acercamiento, una caricia, un beso, sonaba el desagradable artilugio, rompiendo cualquier otro acercamiento. Esto motivó una desagradable discusión entre Patricia y Luis, fue en ese dialogo donde ella dijo muy convencida y molesta. “Me veo en la obligación de escoger entre ti y el celular”. Actualmente Luis esta en una excursión voluntaria al Himalaya.
En uno de esos días brillantes de Patricia, ocurrió lo inesperado, un grupo de mucha tecnología e influencia en Europa saboteó todos los sistemas de comunicación mundial. Se decía que era una poderosa Empresa de Comunicaciones que estaba molesta por la competencia desleal que se hacía a nivel mundial en contra de ella. Lo cierto es que descargaron toda su maldad virtual hacia todo lo que comunicara, Internet fue un objetivo. Computadores personales quedaron paralizados con un número telefónico en la pantalla, y un ícono de un perrito que reía de buena gana con la frase “paga en Euros”. Además, los celulares quedaron completamente bloqueados.
Por supuesto que Patricia no sabía de nada de esto, acuérdense que ella no veía TV, no leía periódicos porque le producían jaquecas. No hacía nada de esto, no por falta de dinero, que le sobraba, sino simplemente porque estaba todo el día en su trabajo preferido: atendiendo por celular a sus amigas.
Este desastre global como la caída de las torres gemelas, tomó por sorpresa a Patricia en una esquina de una concurrida Avenida de una céntrica ciudad, Caracas, Buenos Aires, Japón, New York, cualquier ciudad cosmopolita podría ser. Desesperada lo intentó mil veces, solo un silencio salía del artilugio y una cantidad de luces parpadeantes. ¿Ahora que hago…? dijo Patricia al borde del llanto. Un vendedor de periódicos que estaba en la calle y simplemente observaba, le dijo: “Pensar, señorita, ahora le toca pensar”
Datos del Cuento
  • Categoría: Urbanos
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Nicanor Méndez Oliveros
invitado-Nicanor Méndez Oliveros 05-12-2006 00:00:00

Un cuento tiene que tener muchas cosas para serlo: un buen texto que impacte, que sorprenda, pense que al final sucedería algo, pero no encontre nada . Muy malito, debes trabajar un poco más y como le aconsejaron a Patricia, ahora le toca pensar

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