Querida Ana:
Solo quedan cinco dias para que me vaya. Solo han pasado tres
dias desde que te fuiste, desde que saliste de mi apartamento
con lágrimas en los ojos pero con la cabeza alta, quizas más
alta de lo que la puedas llevar nunca. Sabiendo que habias
hecho lo correcto, dejarme. Se que cometi un fallo estupido, se
que no lo justifica el estar borracho. Pero solo quiero que lo
pienses un momento más, para eso creo que será necesario que
te recuerde nuestra historia.

Nos conocimos hace ahora 17 años, en una fría aula de colegio,
sentí por tí la inocente atracción de niño acompañado de los
corrientes tirones de pelo a tus cuidadas trenzas, que aún hoy
te haces de vez en cuando para comprobar que no se te ha
olvidado ser niña. En realidad a los seis años fuimos novios de
una manera pueril, nuestro compromiso se basaba en que de
dejases comerme tu plastilina. Despues tuvimos una larga etapa
de distanciamiento, no físico, porque el aula era la misma, pero
si en nuestra amistad. Nos volvimos a reencontrar en los 14
años.

Era una edad dura, a todos los chicos nos empezaban a gustar
las chicas y vosotras solo os fijabais en los de cursos
superiores. A los quince años tuviste tu primer novio, aún
recuerdo mi cara de perplejidad cuando me lo dijiste, no era
capaz de imaginarte con ningún chico. Pero yo no era menos y
empezaba a tener mis roces con alguna chica de mi edad
cazada en fines de semana a la puerta del colegio o la parroquia.

Pero siempre estabas tú. La tarde que me llamaste llorando para
contarme que te había dejado tu novio por otra chica más
mayor corrí a tu encuentro, deje todo por ir a consolarte. La
parte buena es que yo entraba en tu casa como si fuese de la
familia, eso me propicio el quedarme a cenar en tu casa. A la
hora de regresar a la mia me acompañaste hasta el portal y con
alguna lágrima aún corriendote por la mejilla me besaste. No era
mi primer beso, pero si el primero que sentía con tanta
intensidad y cariño. Esto lo descubrí años más tarde.

Ese maldito beso nos volvió a alejar, yo solo veía en ti a la chica
que amaba, perdí la perspectiva de amiga para convertirme en
cazador de corazones (que cursi, ¿verdad?). El caso es que eso
te volvió reacia a mi. Solo volvimos a ser los mejores amigos del
mundo cuando volví a tener otras relaciones.

Desde entonces hemos vivido todo el uno del otro, nos hemos
contado todas las historias, tus novios han estado celosos de
mi y mis novias lo mismo respecto a tí, pero nosotros solo
veiamos amistad. Has aguantado mis borracheras, mi cuelgue
total por Raquel, mis escarceos de una noche, nuestra perdida
de virginidad (por separado).

Nos hemos ido juntos de vacaciones sin tocarnos ni un solo pelo
más de lo debido, sin nisiquiera preguntarnos ¿y sí ....?. Nadie
nos creía, pero era la verdad. Tu sabias que yo era demasiado
cabra loca, demasiado rollo de una noche y yo sabía que si lo
intentabamos te haría daño.

Pero el día de tu 21 cumpleaños se repitió la historia, un novio
que te había dejado, una botella de martini, un trozo de cesped
donde estar sentados y caimos. Pero caimos muy profundo,
ahora si eramos los dos los que sentian la necesidad de estar
juntos, comprendiamos que no era amistad lo de todos estos
años. Nos enganchamos el uno al otro, fueron dos años muy
buenos, seguramente los mejores que tendré.

Pero ahora llega el momento duro, el momento en que hace dos
semanas salí con mis compañeros de la facultad mientras tu
estabas en casa estudiando, el momento en que pague el
pequeño bache que pasabamos, sin importancia como todas
nuestras broncas, lo pague con dos copas más y una chica, de
la cual no me acuerdo ni de su cara. Sé que me lo podría haber
callado, era facil porque ni siquiera me acordaba mucho. Pero a
los dos dias sono mi movil, yo estaba preparándote una
estupenda cena en mi casa para celebrar mi primer mes de
trabajo como becario en el periodico, te pedí que contestases al
teléfono. Nunca se me olvidará tu cara cuando entraste a la
cocina. El resto lo sabes.

Ya te he dicho que me voy, que huyo para que esto me duela
menos, ya que no me cojes el teléfono y lo único que consigo
es que tu hermana me diga que no te quieres poner. Espero que
leas esto. Por que una contestación tuya sería lo único que me
detendrá de partir. Si quieres saberlo me voy a Granada, ¿te
suena? el trabajo que me ofrecieron este verano sigue libre.
Aunque tu contestación sea "No te quiero volver a ver" para mi
significará que te sigo importando y que merece la pena
quedarme y luchar por tí.

Ana, sabes que ha sido el error más grande de mi vida y que te
adoro por encima de todo, por favor contestame, cuanto antes.

Te quiere.
Jose.