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Testigo Silencioso

Muy pocas veces hablo de los tiempos en mi País, del terrorismo y posteriormente de la guerra que vivimos, al mezclarse los intereses de unos pocos en contra de los muchos.

Durante años fui testigo silencioso de las barbaridades cometidas por quienes fomentaban los problemas políticos de mi País, y para quienes tomar las armas era la solución a los mismos.

Hubo demasiadas cosas que estuvieron mal, ya desde los mismos gobernantes que siempre quisieron imponernos sus puntos de vista, a un pueblo que vivía de forma sencilla, que era amante del sol , de las playas, del desierto y de la nieve durante todo el año, igual que aquí en Venezuela.

Sin embargo, terminamos viviendo días de verdadero pánico y consternación, donde no había seguridad para nadie, e ir a trabajar o a comprar al abasto de la esquina, comprendía un riesgo para la vida.

En aquellos tiempos, no teníamos televisión ni acceso a los medios informativos, solo teníamos la radio y un par de periódicos, los cuales no decían si no lo que era permitido.

Como siempre fui un " ratón de biblioteca ", desde temprana edad tuve el interés de saber acerca del mundo y mas aún en leer aquellos libros que aún siendo prohibidos, siempre terminaban por llegar a la casa de un tío, y yo los leía allá.

Estos libros incluso tenían fotografías, que en aquellos años solo eran a negro y blanco y el horror que sentía al verlas, aún lo tengo en mis recuerdos.

Luego, ya no fueron solo las fotografías, si no que fui testigo silencioso de las barbaries que se cometieron en mi País, en un período de tiempo comprendido desde 1961 , cuando se inició el terrorismo , hasta el año de 1975 cuando me tocó escapar de allá, sin mas nada que lo que tenía vestido .

Recuerdo que a los 6 años, mis padres por temor hacía nuestra seguridad, nos enviaron a mi hermano y a mi , a vivir a casa de una hermana de mi padre, ya que donde nosotros vivíamos estaba considerada una zona roja, por su alta peligrosidad.

Vivimos con los tíos, en aquellos cuatro años donde se forja la personalidad de una persona, lejos de mis padres, lejos del hogar, y sin entender del todo que podía estar pasando, ya que con seis años no se puede aún asimilar el sobresalto de una guerra.

A ninguna edad se puede entender el terror de una guerra, ni a quienes promueven que esto pueda pasar.

Así, fui creciendo y fortaleciendo mi unión con mi hermano, y aquellos años sellaron esa amistad que fue nuestro lema.

Fui testigo silencioso de las conversaciones en casa de mis tíos, donde sin que ellos supieron, yo escondida detrás de unas cortinas, escuchaba lo que decían.

Así me enteré de que mis padres estaban peligrando en el lugar donde vivíamos, ahí supe de las violaciones, mutilaciones y muchas otras torturas hacía las personas, y por todos los problemas políticos que estaba atravesando el País.

Escuchar a esa edad acerca de las violaciones sexuales hacía mujeres, niños y hombres y después sus posteriores mutilaciones, en algunos casos, a cualquiera hace daño y puede causar serios traumas, pero doy gracias a Dios, de que no sufrí problemas psicológicos , y nunca perdí la capacidad de amar a mis semejantes.

A las mujeres embarazadas, les abrían el vientre y les quitaban el bebe, y a muchas les quitaron los senos para dejarlos morir desangrados.

A muchas mujeres y hombres, los empalaban desde sus partes íntimas y los clavaban en los muros , muchas veces estando aún vivos y los dejaban morir ; a otros, los mataban y los cortaban en pedazos para después colocarlos dentro de barriles llenos de sal.

Además de escuchar las conversaciones , vi muchas fotografías de los casos acerca de lo que yo escuchaba en aquellos libros, y a los cuales nadie sabia que yo tenia acceso.

En mi País, muchas cosas estuvieron mal, y jamás estuve de acuerdo con ellas, y fui una de las personas que solicitaba la independencia de Angola a Portugal.

Allá hubo demasiadas muertes, por la terquedad del Gobierno de Portugal y por una dictadura , la cual fue culpable de miles de muertes y de una guerra que aún sigue, aunque ya Angola no hace parte de las Colonias de Portugal, al ser independizada en el año de 1975.

Angolanos éramos todos quienes habíamos nacido en aquella tierra y aquellos que por amor al País, se adaptaron a vivir allá .

Debido a un libro que leí cuando tenía 15 años, me enamoré de Venezuela y recuerdo que en ese libro describían como era , y la bondad de sus profundidades.

Así cuando por las causalidades de la vida, tuve que salir de mi País por la guerra, no tuve dudas en que su hospitalidad sería para mi también, como lo ha sido para muchos miles antes y después que yo.

Debido a la nobleza de sus hijos, con los años me he enamorado mas cada día, hasta al punto de sentirme una igual, aunque cuando hable, indique que no he nacido de su vientre.

Cuando aquí llegué no sabia hablar castellano, apenas conocía algunas palabras aprendidas en las películas o con las canciones.

Aprendí a hablar y escribir su lengua, a vivir de acuerdo con sus normas, las cuales acepté con el mayor agrado, pues me estaba regalando paz y la oportunidad de volver a empezar de nuevo mi vida después de salir de una guerra, y no me estaba pidiendo nada a cambio.

Venezuela siempre ha sido la Tierra mas espléndida que he conocido, y sus hijos siempre han sido gente de valor, llenos de amor hacía su prójimo y también de mucho humor, y es legendaria la fama del venezolano que de todo hace un chiste, y la expresión "chévere " , se ha convertido en una de nuestras tarjetas de presentación.

Vivo en Venezuela desde el día 01 de Diciembre del año de 1976 . Lo primero que hice cuando bajé las escaleras del avión, fue arrodillarme y besar este suelo venezolano y di gracias por estar pisando tierra libre llena de prosperidad y amor.

Hoy, cuando veo lo que está pasando en mi País de adopción, y del cual me siento mas hija que muchos nacidos aquí, veo con tristeza un regreso en un tiempo de horrores que pensé podría dejar enterrados en el olvido de mis recuerdos.

Cuando veo que esta tierra Bendita por Dios, como lo es Venezuela, se está empezando a empapar en sangre, escucho el llanto de tantos que están perdiendo sus familiares y amigos, y no puedo dejar de recordar cuando yo ayudé a mas de una persona a llevar a sus muertos a la casa , cuando vivía en mi País.

Yo tuve entrenamiento paramédico en Angola , y estaba agregada a la Cruz Roja y desde los 18 años hasta que tuve que huir de mi País, ayudaba en muchas casos y el último año que allá estuve , desde 1974 hasta 1975, fue un período donde viví y vi muchos horrores.

Las guerras solo traen dolor y desolación, heridas que jamás se cicatrizan y lágrimas que jamás dejarán de aflorar a los ojos de quienes hemos pasado por eso.

A todos nos queda una "tela" en nuestra piel, " vestida " con ese horror que jamás podremos quitarnos de encima, así hayan pasado muchos años.

La muerte de cualquier ser humano es siempre de lamentar, no importa la edad o el motivo que sea, y mas cuando son muertes ocasionadas por las ambiciones desmedidas de algunos.

Ninguna guerra, o ningún tipo de terrorismo para fomentar los intereses de quien sea es justificable , eso jamás podrá ser pase lo que pase.

Amada Venezuela, te pido perdón de rodillas, ante la sangre vertida en tu tierra, aquella de los hijos que has visto nacer y de quienes te han adoptado.
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
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