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Categoría: Terror

TIC TAC

Tic tac. Despierto. Miro hacia mi derecha y me encuentro con un reloj que marca las once de la mañana. Dormí demasiado. No recuerdo donde estoy. Trato de levantarme pero una punzada en la cabeza me lo impide. Me llevo la mano a la frente y siento la sangre seca en mi cabello. Tic tac. Las manecillas del reloj se mueven con infinita lentitud mientras mi cabeza estalla. Tic tac. Al fin me levanto. Tengo en el cuerpo los residuos de una borrachera épica. Vómito, ceniza, vomito. Camino tres pasos sin saber hacia donde, estoy en un motel. Estoy en un motel y estoy sin calzones. Tic tac, el reloj no se detiene y comienzo a alterarme, con cada sonido las punzadas en mi cabeza se hacen más fuertes. Salgo del cuarto y el sol me deslumbra. Me cubro los ojos, entro al cuarto de nuevo. No reconozco nada. Trato de hacer memoria pero es imposible. Me miro en un espejo y mi aspecto me asusta. Tengo sangre seca bañando mi rostro y los ojos morados. Tic tac. Giro la llave de la regadera y entro al chorro de agua helada que me limpia. Me seco con la áspera toalla que tengo al alcance, ‘Motel El Quinto Sol’, dprimente. Me pongo la misma ropa que traía ayer y reviso mi cartera. Vacía, tic tac. Mierda, perdido y sin dinero. Pánico. El pánico comienza a adueñarse de mí. No hay nada que pueda hacer sin dinero. Hago un esfuerzo por recordar que fue lo que sucedió la noche anterior y poco a poco, casi deslizándose por una rendija, un rayo de luz penetra la amnesia provocada por el tequila. Recuerdo haber visto a una mujer, recuerdo haber hablado con ella, también recuerdo haber bebido…mucho. Después, despierto en un motel, tic tac. Busco de nuevo en el bolsillo de mi pantalón y me sorprende encontrar la cajetilla de cigarros, tic tac, tomo los cerillos con el calendario Azteca estampado en el empaque y enciendo uno. En la puerta del cuarto reza no fumar. No me importa, tic tac. Miro el reloj nuevamente, marca las dos de la tarde. Me sorprende la velocidad con la que pasa el tiempo, me desvisto hasta quedar desnudo y me acuesto a dormir.

Despiertas en una cómoda cama y miras el reloj que tienes a tu derecha. Marca las once de la mañana y te dices que has dormido mucho. Tic (te llevas una mano a la frente esperando encontrar sangre y la encuentras igual que siempre) tac. Te levantas de esa cama tan familiar y te diriges al baño. Al mirarte al espejo te encuentras con la misma imagen de todos los días. Tomas un rápido baño y sales de tu casa, el reloj marca las dos de la tarde; tic tac, el viernes acaba de empezar y no tienes por qué preocuparte. Tus sueños son solo una sombra lejana y tu cartera está llena. Mientras esperas el camión, sientes en la garganta el recuerdo implícito del tequila y sientes también el deseo de tomarlo nuevamente. Tic (no hay de que preocuparse) tac. Llegas a la casa de tu amigo, comen cualquier cosa y miran un poco de televisión. La plática es intrascendente. Ambos esperan la noche para irse al bar y cuando están ahí, tic, te apresuras a hablar con una bella mujer mientras cumples ese antojo que desde hace horas te persigue, tac.

Datos del Cuento
  • Categoría: Terror
  • Media: 10
  • Votos: 1
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