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Sola ...
Julia tuvo tres hijos y un marido, y ahora le quedan dos perros y setenta años de recuerdos. Vive en la misma casa que se compró cuando se casó, pero no parece la misma: el patio se ha llenado de hojarasca y arena, y sus árboles crecen desgarbados y con telarañas. El pozo se secó de repente, como si el agua se hubiera dado cuenta de su inutilidad. Las habitaciones están todas cerradas menos la de los niños, la cocina se mantiene mínima y de fondo se oye un eco de voces que se fueron, como el de una casa por amueblar.
Encallada, Julia hace ganchillo en la sala de estar, sola. Cada movimiento de agujas le trae un recuerdo, cada recuerdo es un intento de caminar entre el lodo invencible. Pasan los días, quizás los últimos.
Todas las noches despues de cenar, en su rincón preferido, se balancea sobre una vieja y escandalosa mecedora de mimbre que heredó de su madre, lo hace a oscuras, colocándose una y otra vez una manta azul que le quita los fríos de los pasillos, a la espera de ser interrumpida por el timbre del teléfono.
Se hunde en el cieno, llora y se duerme.
- Autor: Perrofiel
- Código: 10632
- Fecha: 26-08-2004
- Categoría: Románticos
- Media: 5.95
- Votos: 86
- Envios: 2
- Lecturas: 2359
- Valoración:
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invitado-Pau 2 03-09-2004 00:00:00
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invitado-zulema 29-08-2004 00:00:00
Es muy lindo tu cuento.Me gustó mucho ya que hice algo parecido tiempo atras.zulema |
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invitado-Perrofiel 29-08-2004 00:00:00
Me alegro mucho que te haya gustado. Si tienes tu cuento publicado en la web me encantará leerlo. Un saludo, Perrofiel. |
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invitado-Joaquín Ledo 29-08-2004 00:00:00
Perrofiel: Cuando mi abuelito tenía ochenta y tres años enfermó de cáncer al pulmón. Yo lo cuidé en el hospital durante meses. Cuando lo dieron de alta murió en su casa a los pocos días. Al quedar sola mi abuelita, que tenía quince años menos, no se quiso venir conmigo. Los viejitos se aferran a sus pertenencias, su casa, su jardín. Pero era feliz cuando la visitaba y yo le decía ... “Abuela, aprendí a cocinar “puchero”. ¡Mire! Traje todo para hacerle uno a usted. Ella hacía la ensalada y conversábamos de las manzanas de su Galicia... Tenía tres hijos también... y casi no la visitaban. Cuando nos despedíamos me besaba y me decía ... “Hasta el domingo mi “ángel guardián”. Yo también le daba un beso y le decía ... “El domingo bailaremos la “Jota Aragonesa”... ella sonreía y decía ... “Yo tocaré las castañuelas y tú bailarás.” Joaquín |
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invitado-Luis 28-08-2004 00:00:00
En verdad, las madres pasan mucho tiempo esperando que suene el teléfono, llámenlas. Yo no lo hice y ahora me arrepiento, ya es tarde. |
| » | Total Cuentos: | 21.633 |
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SOLA...(PERROFIEL) Tristísima realidad,narrada con mucha ternura... Hace poco la vida me sacó finalmente el hermoso título de nieta,ese rinconcito donde seguía siendo pequeña...por eso será que tu cuento me movilizó... Es tan sencillo aliviar esa soledad,solo con un llamado,tantas veces olvidado por el apuro cotidiano...Mucho extraño de ella,pero hoy daría todo, solo por escuchar su voz... Pau 2