Seamos agradecidos.

(Relato Religioso 122).

La gratitud es una cualidad que todo ser humano debería cultivar. Está comprobado que ser agradecidos reporta tantos beneficios físicos, mentales y emocionales que todos deberíamos tener esta buena costumbre.

¿Cómo contribuye a nuestra salud?. Veamos lo que dice la medicina: Según un artículo de ‘Harvard Mental Letter’ “la gratitud está íntimamente relacionada con la felicidad. Quienes son agradecidos experimentan sentimientos más positivos, disfrutan de los buenos momentos, tienen mejor salud, enfrentan mejor las dificultades y forjan buenas amistades”. 

Y, ¿cuál es el punto de vista bíblico sobre la gratitud?. En la Biblia se nos anima a cultivar esta cualidad. El apóstol Pablo dijo: “Muéstrense agradecidos”, y él mismo fue un modelo en este sentido. Por ejemplo, siempre daba gracias a Dios cuando alguien aceptaba el mensaje que predicaba. [Puede leer en su Biblia los textos de Colosenses capítulo 3, versículo 15, 1 Tesalonicenses 2:13]. Para disfrutar de verdadera felicidad, no basta con decir “gracias”, tenemos que ser agradecidos desde lo más adentro de nuestro corazón. Esto nos protege de pensar que merecemos un trato especial y también nos protege de la envidia y el resentimiento, características que nos alejan de las personas y nos roban el gozo o alegria personal.

“Regocíjense siempre. Con relación a todo, den gracias”. - 1 Tesalonicenses 5:16, 18.

Nuestro Padre y Creador, Jehová Dios, nos pone un excelente ejemplo porque muestra agradecimiento incluso a simples seres humanos. Hebreos 6:10 dice: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre”. Así es, para Jehová ser desagradecidos es una injusticia.

Ahora bien, ¿cómo contribuye la gratitud a mejorar nuestras relaciones?. Veamos lo que dice la experiencia: Cuando damos las gracias de corazón a alguien que nos hizo un regalo, nos dijo unas palabras amables o nos presto su ayuda, contribuímos a que se sienta querido y valorado. Hasta los desconocidos reaccionan bien cuando les damos las gracias por un buen gesto, como cuando sostenemos la puerta abierta.

Lo que nos dice la Biblia: Jesús dijo: “Practiquen el dar, y se les dará. Derramarán en sus regazos una medida excelente, apretada, remecida y rebosante” [Lucas 6:38]. Piense, por ejemplo, lo que le sucedió a Rose, una niña sorda de Vanuatu, país insular del Pacífico sur. Rose asistía a las reuniones religiosas de los testigos de Jehová, pero no aprendía mucho porque ni ella ni nadie en la congregación cristiana sabía lenguaje de señas. Cuando un matrimonio testigos de Jehová, que dominaba este idioma visitó la congregación y vio el problema, organizaron un curso. Rose estaba muy agradecida. Ella dijo: “Estoy muy feliz porque tengo muchos amigos que me quieren “. Ver su agradecimiento y que participa en las reuniones y las llega a comprender y aprender de la Biblia, es la mejor recompensa para el matrimonio que la ayudó. Rose valora muchísimo los sacrificios que hacen otras personas por aprender lenguaje de señas a fin de comunicarse con ella. “Hay más felicidad en dar que en recibir”. - Hechos 20:35.

El Salmo 50, verso 23 dice: “El que ofrece acción de gracias como su sacrificio es el que me glorifica”.

Entonces, ¿cómo ser agradecidos?. La Biblia dice que nuestros sentimientos son un reflejo de nuestros pensaminetos. El escritor bíblico David dijo en oración a Dios: “He meditado en toda tu actividad, de buena gana me mantuve intensamente interesado en la obra de tus propias manos” [Salmo 143:5]. David no era una persona superficial. Toda la vida tuvo la costrumbre de meditar en las obras de Jehová y esto lo motivó a ser una persona agradecida. - Salmo 71:5,17.

Hablando de las cosas que son verdaderas, amables, de buena reputación, virtuosas y dignas de alabanza, la Biblia nos aconseja: “Continúen considerando estas cosas” [Filipenses 4:8]. La expresión “continúen considerando” o pensando, enfatiza la importancia de dedicar tiempo a reflexionar. Si lo hacemos, seremos personas realmente agradecidas.

“La meditación de mi corazón será de cosas de entendiminto”. Salmo 49:3.