Salomón edifica un templo a Dios.

(Historias Bíblicas para niños. -64).

Antes de la muerte del rey David, él le dio a su hijo Salomón los planes de Dios para construir el templo de Jehová, [éste es el nombre de Dios que aparece tanto en idioma hebreo como arameo y griego, los tres idiomas en que se escribió la Biblia, por más de siete mil doscientas veces]. En el cuarto año de su reinado, gobernando la nación de Israel, Salomón empieza a edificar el templo y le toma siete años y medio terminarlo. Decenas de miles de hombres trabajan en el edificio, que cuesta mucho, mucho dinero por el mucho oro y la plata que se usan.

Este templo tiene dos cuartos principales, como los del tabernáculo. Pero el tamaño de éstos es el doble del tamaño de aquellos. Salomón hace que el arca del pacto se ponga en el cuarto interior, [llamado el Santísimo], las otras cosas que tenía el tabernáculo se ponen en el otro. [Santo]. Otros lugares y utencilios del templo eran el Pórtico, Boaz, Jakim, Altar de cobre, Mar fundido, carretillas, cámaras laterales, comedor y un patio interior.

Esta obra fue una de las mayores hazañas de este rey, la construcción del majestuoso templo de Jehová Dios en Jerusalén, que sería el centro de la adoración verdadera en Israel. Durante la inauguración del edificio, Salomón hizo una oración a Dios en la que le dijo: “!Mira!. Los cielos, sí, el cielo de los cielos, ellos mismos no pueden contenerte, !cuánto menos, pues, esta casa que yo he edificado! [1 Reyes 8:27]. Estas palabras, nos muestra que ningún templo o iglesia, ninguna casa, del día presente, tampoco puede contener la gloria y magnificencia de Dios.  

Cuando Salomón termina su oración, del cielo baja fuego. Quema los sacrificios animales que se han hecho. Y una luz brillante que viene de Jehová llena el templo. Esto muestra que Jehová Dios está escuchando y que está contento con el templo y la oración de Salomón. Ahora el templo, y no el tabernáculo, llega a ser el lugar adonde el pueblo viene a adorar a su Dios, Jehová.

Dios bendice a Salomón que llegó a ser tan conocido que se oyó hablar de él en lugares tan remotos como Seba [o Saba], en Arabia. La reina de ese país viajó a Israel para ver por sí misma la gloria y las riquezas de Salomón, así como para poner a prueba su inteligencia. Se llevó tal impresión que incluso alabó a Jehová por haber elegido a un rey tan sabio. Con la guía y bendición de Dios, el reinado de Salomón fue el más próspero y pacífico de la historia del antiguo Israel. Todo su pueblo disfrutó de paz y prosperidad imcomparables.

Por mucho tiempo Salomón gobierna con sabiduría y la gente está contenta con su rey. Pero Salomón se casa con muchas mujeres de otros países que no adoran a Jehová. Finalmente ellas hacen que Salomón llegue a adorar a otros dioses falsos. ¿Sabes lo que empieza a pasar ahora?. Salomón se hace cruel y el pueblo ya no se puede sentir feliz.

Esto hace que Jehová Dios se enoje con Salomón por dejar de adorarlo a él, y le dice: “Te voy a quitar el reino y se lo voy a dar a otro. No haré esto en tu vida, sino durante el gobierno de tu hijo. Pero no le quitaré a tu hijo toda la gente del reino”.

En la próxima historia bíblica veremos cómo pasan las cosas y cómo se realiza la division del reino.

¿Que aprendemos de esta historia de hoy?. Que si aprendemos y llegamos a conocer los caminos y la palabra de Dios y la hacemos obedientemente en nuestra vida, Dios siempre nos va a bendecir. Pero si hacemos lo contrario de lo que él nos dice que hagamos en la Biblia, entonces él nos dejará porque le hemos dado la espalda y las cosas nos van a salir bien mal, peor de lo que nos pudiera haber pasado. La obediencia a sus mandatos es lo principal para tener su guía y aprobación, por lo tanto, debemos estudiar la Biblia y atesorar lo que aprendemos en nuestra mente y corazón y ponerla en práctica en los días de nuestra vida. Los testigos de Jehová del lugar donde vives, te pueden ayudar, de manera gratuita y en el lugar que tú desees, a llegar a tener este conocimiento que puede llevarte a disfrutar de vida eterna sobre la tierra. Lea el evangelio de Juan capítulo 17, el versículo 3.

[Esta interesante historia la puedes  leer en tu Biblia leyendo 1 Crónicas 28:9 al 21, 29:1 al 9, 1 Reyes 5:1 al 18, 2 Crónicas 6:12 al 42, 7:1 al 5 y 1 Reyes 11:9 al 13].