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No sé

Hace tanto que no escribo, que no me expreso ante mi pantalla. Hace años que creí haber superado todo esto, sin embargo, la vida es como un aro, y por mucho que corramos siempre volvemos al lugar por donde empezamos.

Hoy no hace falta que deje mi imaginación volar, que deba exprimir mi corazón, o que deba pensar en otros para poder dejarme llevar. Hoy soy yo.

Llevo años quejándome por el mismo viaje rutinario, por recorrer todos los días el mismo paisaje ida y vuelta hacia mi universidad. Siempre el mismo autobús, la misma gente y la misma hora. Sin emgargo ahora desearía estar allí y que tardara más, no me importaría soportar la incomodidad, la gente extraña o sentirme atrapado.

El primer año que viaje en dicho bus hablé una vez con una chica, la primera y única vez, ella viajaba y viaja cada día en mi bus y vamos al mismo destino. Aún me suda las manos cuando pienso en ello, tuve que armarme varios minutos, pelearme con mi timidez para preguntarle algo que mantenemos en común.Finalmente le hablé, creí que nunca diría nada, leí su mente, envuelta entre el miedo y el asombro, no se esperaba que un desconocido le hablara. A pesar de ello, y de creer que el tiempo se había parado, ella me contestó, me habló y yo le hice varias preguntas, no era nada personal.

Semanas más tarde, le volví hablar sobre el mismo tema, y me volvió a contestar. Esta vez, al leerle la mente comprendí que ella creía que intentaba ligar con ella, contestaba igual que la otra vez, de forma rápida e incomoda.

Nunca me saludaba ni en el bus ni donde me la encontrara, nunca le volví hablar y todo pasó y quedó ahí.

Ahora todo es distinto. A mi ella nunca me atrajo, le hablé por necesidad. Siempre creí que ella se había asustado conmigo y eso incluso me molestó. Pero hace meses parece que todo ha cambiado. No se cruzan palabras entre nosotros, no hay sonrisas ni la oigo decir nada a mi pasar. Pero las miradas, las miradas hablan mucho, ella me mira cuando tiene oportunidad, yo a ella también, ambos creemos que el otro no se da cuenta. No se que piensa de mí, pero yo siento tanta curiosidad por ella.
A veces se ha parado frente a mí, como si esperase que yo le hablase, incluso una vez sentí su nerviosismo. Hace poco esperando en el semáforo se acercó, me miraba, aunque ella creía que yo no la veía. Mi timidez no me dejaba mirarla a los ojos, pero veía como se acercaba a mí mientras me miraba. Creo que ella siente también curiosidad por mí.

Estoy entre dividido en dos. Una parte me dice que estoy loco y nada de lo que creo es real, y otra parte me dice que todo es cierto y que debo hacer algo más. El destino ha hecho que llegue a mí su nombre, y podría contactar con ella en una red social, podría lanzarme y hablar con ella, pero.y si es mi primera parte la que tiene razón?

No sé que hacer, y se me acaba el tiempo, pues el verano es como una ventisca que me separará de ella durante meses, me gustaría hablar con ella, pero sé que si me equivoco no podré subir a ese bus del mismo modo.

Y es que no sé que hacer.
Datos del Cuento
  • Autor: borjaroy
  • Código: 25542
  • Fecha: 04-05-2012
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 5
  • Votos: 27
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3957
  • Valoración:
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