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Neurona solitaria

Había una vez una neurona...
pobrecilla la neurona, había nacido en una cabeza en la que solo estaba ella... por más que buscaba y buscaba compañía a ninguna otra neurona encontraba en el amplia extensión de aquel cerebro hueco.

Así que la pobre neurona vivía triste y sola, apenas tenía ideas brillantes pues su incapacidad para generar genio era evidente. Sus limitaciones siempre la desesperaban así que se pasaba el día incordiando, como era muy escasa de ideas creativas siempre se le ocurrían cosas tontas, no alcanzaba a ser una neurona lista y aunque aspiraba a que todos vieran lo poderosa que era siendo solo ella, no daba la talla como neurona y así vivía envidiando y envidiando a quien se había preocupado en reunir a más neuronas en su cabeza y siempre que podía robaba ideas o imitaba, pues creía que así todo el mundo pensaría que no era una sola neurona más, sino la neurona más lista del mundo, una neurona única, siendo tan corta de miras era comprensible que creyera que así engañaba.

La propietaria de dicha neurona no acertaba a comprender porqué ella había nacido tan poco despierta y mientras se lamentaba de que solo tenía una neurona sin poner ningún remedio para reunir a más y llorando por todas las esquinas ser tan injustamente unineuronal, la pobre neurona que vivía en su cabeza más y más se agobiaba. Esta cabeza en la que estoy, al menos podía tener un poco más de consideración conmigo, siempre se enfada porque soy muy limitada, pero es que no doy para realizar todas las tareas ni atender todas sus peticiones, solo soy una neurona!!, solo una!!, no puedo con todo, es tan rebuscada en lo que me pide, me agota, no puedo yo sola!, si al menos me buscara ayuda... se quejaba.

Un buen día, la cabeza en la que se alojaba la neurona sufrió un shock muy grande por una noticia, todo retumbó en su interior, la neurona se asustó tanto creyendo que había un terremoto que se escondió y no quería saber nada. No salgo, decía, a mi no me metas en más líos, solo soy una neurona y nadie me protege si no tengo buenas ideas, yo no quiero saber nada de todo eso que piensas. Pero tras el impacto inicial la propietaria como solo tenía una neurona para pensar, la reclamó a su presencia con autoridad y sacando su soberbia para acompañarla y que se viera así más protegida la forzó a que ideara con rapidez una forma de vengarse de las neuronas que habían destapado tal noticia.

Y así tras muchas cavilaciones, más de las normales pues la pobre neurona no tenía otras conexiones neuronales que le facilitaran la tarea, se le ocurrió un brillante plan, bueno, brillante para ella, porque cualquier neurona coherente y en su sano entendimiento le hubiera dicho que ese plan era una tontería, pero ella ni corta ni perezosa le trasladó el plan a la propietaria. La dueña se puso muy contenta, recordemos que con una sola neurona poco se puede hacer, así que no comprendió que lo que iba a hacer era una bobada y que podían pillarla y sin pensar ni detenerse en más, puso en práctica su plan.

La suerte quiso que aquel plan tan destartalado, siguiendo esa teoría de Murphy que dice que todo de una u otra forma se sostiene por inercia, logró por varias casualidades no ser descubierta y alcanzar el objetivo de tan obsesiva venganza.

Pero la propietaria era tan tonta, hay que recordar que solo poseía una neurona, que pasado un tiempo creyendo que su plan era fantástico e infalible, volvió a repetirlo pero esta vez haciendo ciertas variaciones para causar más malestar y nuevamente lo consiguió puesto que las neuronas a quienes iba destinado el daño andaban muy ocupadas en otras cosas más importantes y no imaginaban que una sola neurona trataba de incomodarlas, así que pensaban con cierta ingenuidad que una sola neurona no podía tener tanto tiempo libre como para dedicarse a semejantes insensateces, como todo lo que se podía hacer en una cabeza, no puede ser ella, se decían las neuronas, no pensemos así, estamos siendo injustas, será alguien que no desea que vivamos en paz y de nuevo la neurona se sentía a salvo y junto con su dueña, las dos, como tontas hacían fiesta en el cerebro cada vez que conseguían incordiar.

En una nueva ocasión, neurona y propietaria volvieron a la carga con su patética venganza, esa vez la idea ya estaba bastante desgastada de frescura por lo que no solo alcanzó a las neuronas a quienes iba destinado el mal sino también a otras neuronas ajenas pero mucho menos tolerantes y más resolutivas que no dejaron lugar a dudas de que creían que era esa neurona tan inocente la que estaba provocando tantos incordios y así las neuronas comenzaron a sospechar que tal vez todo fuera producto de aquella neurona rabiosa y conocida que siempre se escudaba en que como única neurona en cabeza tan vacía, no era capaz de hacer nada.

Hace dos días, sí, tan solo hace dos días, la neurona de nuevo se ha puesto manos a la obra en otro de esos rebuscados y maquiavélicos planes propios de los unineuronales. Ha querido la vida que esta vez las cosas ya no salieran como se esperaba y en vez de apuntar a esas neuronas a las que les tiene tantas ganas,la neurona debía de estar relajada o baja de defensas porque ha errado tanto en su objetivo que ha desviado en su punto de mira cometiendo uno de esos errores de libro que deja totalmente al descubierto su identidad.

Y las neuronas que ya no creen en la proclamada inocencia de tan pesada neurona apenas se han molestado levemente con esa nueva bravata. Y ahora viendo el tremendo estropicio que ha causado tan simple neurona en vez de sentirse molestas, no pueden dejar de reir y reir. Tanto ríen por haber descubierto a la incauta que en vez de tomar medidas se han inventado una canción para ella y la cantan mientras están trabajando en sus cosas para recordar siempre que quien no se preocupa en establecer conexiones inteligentes tarde o temprano, queda al descubierto en sus tonterías neuronales:

ay, neurona, neurona atolondrada,
por hacerlo todo con tanto disimulo,
tu cabeza se quedó atrofiada
y te salió la idea por el culo.

Más no vamos a delatarte
más que exponiendo este cuento
pues quien tiene una neurona,
al final es tan torpona,
que para ser noble persona
ese es... su mayor impedimento.
Datos del Cuento
  • Categoría: Metáforas
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