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Categoría: Religiosos

Mi Primera Comunión

RECUERDOS DE MI INFANCIA.

EL DIA DE MI PRIMERA COMUNIÓN EN CINCO RELATOS.

RELATO PRIMERO : VOLVIENDO CONTIGO A MI INFANCIA.

RELATO SEGUNDO : EL DIA MAS FELIZ DE MI VIDA. Y DE LA TUYA.

RELATO TERCERO : EL NIÑO QUE, DE TAN NIÑO QUE ERA, NUNCA
SUPO QUE SE HARIA MAYOR.

RELATO CUARTO : TRAJE SUCIO Y ALMA LIMPIA AL TOQUE DE LAS
CAMPANAS.

RELATO QUINTO : REZAR CANTANDO Y CANTAR REZANDO. COMO
LOS MISMOS ANGELES

PARA MI NIETA “PIRRAQUITAS”, DE SU ABUELO LUIS.

EN EL DIA DE SU PRIMERA COMUNIÓN.



MADRID, 10 DE MAYO DE 2009.

RELATO PRIMERO:. VOLVIENDO CONTIGO A MI INFANCIA.

1. Mi queridísima PIRRAQUITAS: Dentro de unos días vas a hacer tu PRIMERA COMUNIÓN. Y para celebrarlo contigo como yo quiero y tú te mereces, no se me ocurre otra cosa mejor que contarte, como si otro Cuento más te contara, las cosas que a mi me pasaron el día en el que yo hice la mía. Y que, aunque desde entonces han pasado ya 74 años y he ido perdiendo la memoria, las recuerdo como si me hubieran pasado ayer mismo. Tenía yo entonces siete añitos, uno menos que tú. Y ahora tengo ochenta y uno. ¿Te das cuenta, Pirraquitas, de qué deprisa que pasa el Tiempo?. ¿Y de cómo, al pasar, se nos va volviendo sólo Recuerdo y nada más que Recuerdo?.-

2. Pero te diré que me gusta mucho recordar todo lo bueno que me ha ido pasando en la Vida. Porque, al recordarlo, es cómo si lo volviese a vivir. Es cómo si otra vez volviese a ser Niño. Es cómo si, con los ojos de la imaginación, me siguiese viendo tal y como entonces era. Como ese Niño Rubito, de Ojos Azules y Cara de Ángel que dicen que tenía. Y que si dicen verdad o mienten, tú misma lo podrás comprobar viéndome en la Foto de Primera Comunión que me hicieron y que Mamá conserva como un tesoro.

3. ¡Cuánto daría, PIRRAQUITAS, cuánto daría por poder meterle al Tiempo la marcha atrás, como hacemos con los Coches, y volver a ser ese Niño que entonces era. Y una vez trasformado en Niño, ponerme a jugar contigo, como, si en vez de ser tu Abuelito, me hubiese vuelto de repente y milagrosamente , en tu Hermano, en tu Primo o, por lo menos, en tu Amiguito más querido!. Y con la de Juguetes que tú tienes, y que yo no tuve, ¡qué bien que nos lo íbamos a pasar los dos, juega que juega. ¿A qué sí?.

4. Así, pues, de ese Niño que fui yo y para esa Niña que aún eres tú, quiero hablarte hoy. Y voy a hablarte para que, mientras te cuento las cosas que me pasaron, podamos compartir juntos unos trocitos de la Vida que yo viví el Día que hice mi PRIMERA COMUNIÓN. Y que, ahora, al contártelos, te los haré vivir también a ti para que mejor me comprendas y más me quieras. Unos trocitos de mi Vida que también compartieron conmigo algunas otras Personas a las que tú ya conoces, de tanto como te hablado de ellas. ¿A que sabes ya a qué personas me estoy refiriendo?. ¡Pues claro que sí!. Me estoy refiriendo a mi Abuelita VIRINCHI; a mi Primo LEONARDO LUPERCIO; a mi Niñera MERCEDES; a mi TIA SABINA. Y también, a algunas otras Personas y a algunos otros Amiguitos de los que, a lo mejor, no te he hablado nunca, pero de las que te hablaré hoy. Porque también ellas siguen viviendo conmigo en mi recuerdo y nunca las podré olvidar.


RELATO SEGUNDO: EL DIA MAS FELIZ DE MI VIDA. Y DE LA TUYA.

1. Verás, PIRRAQUITAS: Hay una cosa que todos, todos, todos queremos ser. Y que ninguno de nosotros querríamos no ser. Y ¿sabes cual es esa cosa?. Pues mira, esa cosa es que TODOS, TODOS, QUEREMOS SER MUY, MUY, PERO QUE MUY FELICES. Cuanto más mejor. Y por eso, no la queremos sólo para nosotros. La queremos, también, para nuestros Papás; para nuestros Abuelitos y para todas las personas a las que más queremos y más nos quieren. Y tanto las queremos y tanto nos quieren, que quisiéramos poder estar siempre con Ellas. Que quisiéramos que no se fueran nunca de nuestro lado. Pues cuando se van dejamos de ser tan felices como lo éramos con ellas. Tan felices como nos hacían con su compañía. Y por eso, nos ponemos muy tristes cuando se van. Así me pasó a mí el día que mi CHACHA MERCEDES se casó y se fue a vivir con su Marido a otro Pueblo. Y así te pasó a ti también, ¿te acuerdas?, el día que PATI y que JENI se te fueron de Casa. Y al echarlas de menos, te sentiste más sola. Te sentiste menos querida. Menos rodeada de cariño y de atenciones. O, lo que es lo mismo, sin ellas, ya no eras tan FELIZ como lo fuiste con ellas.

2. ¿Y sabes, PIRRAQUITAS, por qué te cuento todo ésto?. ¿Y sabes por qué te estoy hablando tanto de la FELICIDAD?. Pues, mira, muy sencillo: porque en los RECORDATORIOS, Estampitas o Tarjetas que para que me recordaran les iba yo entregando a todos los Invitados que asistieron a mi PRIMERA COMUNIÓN, se decía, en letras muy grandes y a todo color: RECUERDO DEL DIA MAS FELIZ DE MI VIDA. Y yo, cuando lo leí, me quedé muy pensativo. Y me decía a mí mismo: ¿Será verdad que en el DIA DE MI PRIMERA COMUNION yo voy a ser todavía más Feliz de lo mucho que ya lo fui el Día de los Reyes Magos?. Porque el Día de los Reyes Magos, yo llegué a ser tan Feliz que, ya antes de que llegara, me pasaba las Noches enteras soñando con los Juguetes que me iban a traer. Así que, como no me lo podía creer, fui y se lo pregunté a VIRINCHI, para que me sacara de dudas.

3. Y fíjate bien, PIRRAQUITAS, fíjate bien lo que VIRINCHI, que sabía mucho porque había vivido mucho, me contestó: “Mira, LUISITO, la Felicidad siempre viene traída de la mano de la ILUSION. Y por eso, sólo eres Feliz cuando te ilusiona tener una cosa y llegas a tenerla. Tú soñabas con tener una BICICLETA. Vinieron los REYES MAGOS y te la trajeron. E hicieron de ti el Niño más Feliz del Mundo. Tan Feliz te hicieron que por ningún otro Niño del Mundo te hubieras cambiado entonces. Pues bien, Hijo Mío, lo que tú le has pedido que te traiga al Día de Tu Primera Comunión, y que el Día de Tu Primera Comunión te va a traer, no es una BICICLETA. Es algo que vale infinitamente más. Lo que el Día de Tu Primera Comunión te va a traer, es, nada menos, que al mismo JESUSITO. A ESE JESUSITO DE TU VIDA que te acompaña en tus sueños y que duerme a tu lado en su Cunita de Paja. En esa Cunita de Paja que adorna y que embellece tu Mesilla de Noche. A ESE JESUSITO DE TU VIDA al que todas las Noches, antes de acostarte y puesto de rodillas, le rezas las ORACIONES que yo te enseñé y que tú te aprendiste de memoria”.

4. Todas estas cosas me dijo VIRINCHI. Y me las dijo, en tono tan persuasivo y con tan dulce acento, que, como yo era muy sensible, me conmovió y casi me hizo llorar. Y después de decírmelas, dejó que pasara un rato para que yo las meditara en mi corazón. Y cuando supuso que yo ya las había meditado, de repente y sin pensárselo más, me preguntó para ponerme a prueba: “Dime, LUISITO, después de haber pensado en todo lo que te he dicho, ¿le cambiarías, acaso, a JESUSITO por tu Bicicleta?”. Y yo, sin pensármelo más y muy seguro de mí mismo, le contesté que no. Que por nada de este Mundo le cambiaría a JESUSITO.

5. ¿Y sabes en qué había estado pensado yo para darle a VIRINCHI esa contestación?. Pues había estado pensado en que la Bicicleta era sólo un Juguete con el que podía divertirme en mis ratos de aburrimiento, pero al que nunca le iba a poder rezar ni, menos aún, pedirle, como tantas veces se lo había pedido a JESUSITO, que me pusiera bueno cuando estuviese malo. Yo le quería muchísimo o a mi Bicicleta y la cuidaba con esmero. Pero no podía esperar que mi Bicicleta me quisiera a mí. Porque las Bicicletas son de hierro y no tienen Corazón. Y sin Corazón no se puede amar ni ser amado. Y si no te aman, tampoco te podrán hacer feliz. Por eso al Amor se le representa siempre en forma de Corazón. Y seguro que así le habrás dibujado tú muchas veces para hacerle ver a Mamá cuánto la quieres. ¿A que sí?. Y también, por eso, una de las Imágenes que a mí más me gustan de JESUSITO, cuando dejó de ser Niño y se hizo ya Mayor, es la del SAGRADO CORAZON DE JESÚS. Y seguro que a ti también te gustaría, si la vieras, porque es una Imagen preciosa. La podrás ver en muchas Iglesias, como en la muy famosa de Medinaceli de Madrid, a la que, si pudiese, te llevaría un día.

6. Y hablando del Amor, fíjate, PIRRAQUITAS, si amará JESUSITO a los Niños que un día, cansado de tanto andar y andar por los sucios y polvorientos caminos de Palestina, se tumbó a descansar a la sombra de un árbol. Y al verle, una pandilla de Niños, a cual más revoltosos, que por allí correteaban y jugaban con gran algarabía, inmediatamente se sintieron atraídos por su presencia y, dejando sus juegos, se le acercaron atropelladamente y se pusieron a charlar con El. Y entonces, los Doce Apóstoles, que, como sabes, le acompañaban a JESÚS a todas partes a donde iba, pensando que le estaban molestando con sus juegos y travesuras, les riñeron y, con muy mal genio y peores modales, les ordenaron que se fueran y que le dejaran en paz.

7. Pero los Apóstoles no podían imaginarse lo mucho que JESUSITO amaba a los Niños y lo Feliz que se sentía entre ellos, como si fuera un Niño más. Así es que, dirigiéndose a los Apóstoles, les reprendió y les dijo en voz alta para que los Niños le oyeran y se quedaran más tiempo con El: “Dejad que los Niños se acerquen a Mí, porque donde estén ellos, allí estará también la Inocencia; y por eso os digo, que si no fuereis como Niños no entraréis en el Reino de Los Cielos”. Y los Apóstoles, avergonzados por su comportamiento, les pidieron perdón a JESÚS y a los Niños, se alejaron de ellos y ya no les volvieron a interrumpir más. Siempre que VIRINCHI me contaban aquella escena, no sabes la envidia que me daba el no haber sido yo uno más de aquellos Niños que se le acercaron a JESÚS y jugaron con El. Porque, a lo largo de mi vida de Niño, fueron muchas las Personas Mayores a las que, cuando me acercaba a ellas por cualquier motivo, siempre me decían lo mismo:” LUISITO, no seas tan pegajoso; vete a jugar con los demás Niños, y no nos molestes”. Y yo pensaba entristecido, mientras me alejaba de ellas, que JESUSITO jamás me hubiera dicho que me fuera.

8. Como ves, PIRRAQUITAS, nadie amó tanto a los Niños como JESUSITO los amó. Pero JESUSITO no sólo amó a los Niños. Nos amó a todos. A los Niños y a los Mayores. Y fíjate si nos amó que, cuando se hizo Mayor, dio Su Vida por salvarnos de nuestros pecados y murió perdonando a los mismos que le crucificaban. Fíjate si nos amó que, como también era Dios y todo lo podía, hizo lo que ningún Hombre podría haber hecho por mucho que hubiera querido hacerlo. Y fue, irse al Cielo pero, al mismo tiempo, quedarse en La Tierra con nosotros, hecho Pan de Vida, para que nos lo comamos cada vez que recibimos la Comunión. Esa Comunión que vas a recibir tú ahora POR PRIMERA VEZ. Y que, al recibirla, y por increíble que te lo parezca, te le vas a estar “comiendo” al mismo JESUSITO. Y es que sentirse uno comida y darse a los demás en alimento para que te coman, como si fueras un manjar, es también uno de las formas que tenemos las Personas de manifestar nuestro Amor. Y por eso, si tú misma te pones a recordar, puede que te venga a la memoria la de veces que te habrá dicho tu Mama, mientras jugaba contigo, o te bañaba o te cambiaba de pañal: “¡que te como!, ¡que te como!”. Pues eso mismo es lo que está queriendo JESUSITO que hagas tú ahora con El: Que te lo comas, de tanto como le quieres y te quiere.



RELATO TERCERO:. EL NIÑO QUE, DE TAN NIÑO QUE ERA, NUNCA SUPO QUE TAMBIEN EL, UN DIA, SE HARIA MAYOR.

1. En todas estas cosas que te vengo contando me hacía pensar VIRINCHI cuando me hablaba de JESUSITO, de la PRIMERA COMUNIÓN, de la FELICIDAD y del AMOR. Y cómo todas estas cosas te parecerán más propias de que las piensen las Personas Mayores que los Niños, me temo que también puedas pensar que, al pensar yo en ellas, y no sólo en jugar y en divertirme, que es en lo que pensaban todos los Niños de mi edad, es porque yo debía de ser un Niño muy Sabihondo y muy Repipón. Pues no. No lo era. Al contrario, yo era el Niño más ingenuo e inocentón de todos los Amiguitos de mi edad. Y para que te convenzas, te seguiré contando algunas otras cosas de las muchas que me pasaron y que, por no ser tan serias, seguro que te parecerán mucho más divertidas y propias de un Niño como lo era yo.

2. Verás. Conmigo hicieron la PRIMERA COMUNIÓN, además de mi Primo LEONARDO LUPERCIO, del que tanto te he hablado ya y al que conociste en Villamantilla, que es el Pueblo donde los dos nacimos y nos criamos, otros dos Amiguitos más, a los que yo quería mucho y que se llamaban GOYITO e ISABELO. Pero yo nunca les llamé por su nombre, sino por el nombre imaginario que les había puesto a cada uno de ellos. A GOYITO le llamaba siempre “MACEAL”. Y a ISABELO, “ABANCEYIYO”. Y en mis ratos libres siempre estaba jugando con ellos. Porque, como te he dicho, yo era un Niño muy juguetón. Tanto que, cuando ellos se volvían a sus Casas y yo me quedaba solo en la mía, lo que hacía, para seguir jugando, era imaginarme que aún no se habían ido y que seguían conmigo. Y tan a lo vivo me lo imaginaba, que me abstraía de todo lo que me rodeaba y me ponía a hablar con ellos, a solas y en voz alta, sin darme cuenta de que quienes me estaban viendo y oyendo me tomaban por un chiflado o un majareta y se hacían burlas de mí.

3. Y es que, aunque te cueste creerlo, yo siempre fui un Niño tan Niño, que me creí que siempre iba a seguir siendo Niño. Que nunca iba a llegar a Mayor. Y tanto me lo creí que un día, celebrando el cumpleaños de MACEAL que, de año en año, se me iba haciendo muy mayor, le pregunté, todo preocupado, a VIRINCHI: VIRINCHI, cuando todos mis Amiguitos se me hagan Mayores, ¿con quién voy a jugar yo?. Y es que me pasaba a mí, conmigo, lo mismo que me pasaba con JESUSITO: que a fuerza de verle siempre como NIÑO JESÚS en su Cunita de Paja y de cantarle alegres Villancicos durante las Felices Navidades, nunca me pude imaginar que ese mismo NIÑO JESÚS se me haría Mayor y se me convertiría, sólo unos meses después, en ese JESUCRISTO CRUCIFICADO al que le cantamos las más tristes Saetas cuando llegan las Procesiones de la Semana Santa.


RELATO CUARTO: TRAJE SUCIO Y ALMA LIMPIA, AL TOQUE DE LAS CAMPANAS.

1. Y llegados aquí, todavía te voy a seguir contando más y más cosas. Mías y de mis Amiguitos, y que espero que te hagan mucha gracia. Empezaré por contarte lo que le pasó a ABANCEYIYO el mismo Día en el que hicimos nuestra PRIMERA COMUNIÓN. Verás, entre los Niños del Pueblo era costumbre que las Campanas y el Campanillo de la Torre de la Iglesia, sólo los tocaran, cada vez que se celebraba algún acto religioso, los Niños que ya habían llegado a ser Mayores, o sea, que ya habían cumplido los doce años, como mínimo. Pero a los que todavía seguíamos siendo Niños, no nos dejaban disfrutar de ese placer que, suponíamos, nos hubiera proporcionado tocar las Campanas. Así es que nos moríamos de ganas por tocarlas. Y ocurrió que MATIAS, el Chico Mayor al que, por sorteo, le tocaba tocarlas aquel Día, le quiso hacer un regalo muy sonado a ABANCEYIYO, al que le quería muchísimo. Y no se le ocurrió otra cosa mejor que dejarle que las tocara.y las tocara hasta que se hartara. ¡Y vaya si las tocó!.

2. Las tocó, sí, pero, mira tú que, para desgracia de ABANCEYIYO, las Campanas habían sido engrasadas por el Sacristán, con pringoso sebo negro, el Día de antes. Así es que, al tener que empinarse y que arrimarse mucho a ellas, pues por lo pequeño y bajito que era no llegaba bien a coger la soga de la que había que tirar para tocarlas, se restregó todo el cuerpo contra ellas y su blanco y reluciente Traje Blanco quedó untado de sebo, desde el cuello hasta las mangas, y se le puso todo él más negro que el carbón. Pero tanta era la Ilusión con la que tocaba las Campanas, que ni siquiera se enteró de lo que le estaba pasando. Fíjate si le haría Ilusión tocarlas, que no sólo las tocó para que sonaran a tope, sino que, incluso, las llegó a acariciar con sus dos manos, como si fueran panzudos animalitos de bronce con su sonora lengua de hierro asomándoseles a su enorme bocaza.

3. Lo que pasó después, cuando se miró y se vió y tuvo que bajar a donde todos estábamos esperándole, ya te lo puedes imaginar. Le miramos y nos miramos unos a otros, como horrorizados, pues más que ante un Marinero, vistiendo su flamante Traja de Gala Blanco, nos creímos que estábamos ante un Carbonero o Deshollinador que acababa de limpiar una chimenea, como en el caso de la Película Mary Poppins, que tanto te gusta y que tantas veces te he puesto para que vuelvas a verla y te pases un rato la mar de divertido.

4. Pero no te creas, PIRRAQUITAS, que el verse así a si mismo y que, con semejante pinta, le viéramos también los demás, fue el mayor disgusto que ABANCEYIYO se llevó aquel Día. Su mayor pesar y su más grande preocupación, fue el ver con qué ojos de enfado y cara de reprobación, le miraban sus Papás. Y por eso, lleno de miedo y muerto del susto, no hacía más que preguntarse. y preguntarse: ¿Me dejarán con esta pinta hacer MI PRIMERA COMUNIÓN?. ¿Me castigarán a que no la haga?. ¿Cuál será su reacción ante el berrinche que acabo de darles?. Y su reacción aún fue mucho peor de la que él ya se temía. Y lo fue porque su Mamá se le acercó y, sin poder contener su indignación, le agarró por las dos orejas y lo levantó por los aires, mientras que su Papá, más indignado aún, le daba una buena tanda de azotes en el culo. El pobre ABANCEYIYO, en vano lloraba desconsolado y pedía perdón a sus Papás, mientras les decía, como si quisiera acusarles de mentirosos y de crueles: “¡pegadme, sí, pegadme, porque me lo merezco, pero no me digáis, encima, que hoy es el DIA MAS FELIZ DE MI VIDA, porque no lo está siendo. Esta siendo el más desdichado!.

5. Menos mal que DON TOMAS, el anciano y bondadoso Cura Párroco del Pueblo, al enterarse de lo que estaba ocurriendo, acudió a toda prisa a defenderle a ABANCEYIYO de las iras de sus Papás y, haciendo de JESUSITO BUENO, con voz muy dulce y persuasiva, les dijo: “no le peguéis al Niño ni seáis tan duros con él; antes al contrario, estad alegres porque, aunque se haya manchado su Traje, su Alma está más limpia que nunca, y al pediros perdón y llorar por su culpa, la ha dejado más blanca que la misma nieve. Pensad, pues, que el Niño, al tocar las Campanas, no estaba cometiendo ningún pecado; antes al contrario, estaba entonando un Himno de Alegría porque iba a recibir a JESUSITO y así se lo quería hacer saber a todos para que, a toque de Campanas, todos se alegraran con él”.

6, Los Papás de ABANCEYIYO comprendieron al instante que era el mismo JESUSITO el que les estaba hablando por boca de DON TOMAS, se pusieron muy contentos por lo que les dijo y, en vez de seguir dándole azotes, empezaron a comérsele a besos. Y de esta manera, el Día de su Primera Comunión, también pudo ser para ABANCEYIYO, como lo sería para MACEAL, para LEONARDO LUPERCIO y para mi, el DIA MAS FELIZ DE NUESTRA VIDA. Y como en el más bello Cuento de Hadas, lo que empezó tan mal no pudo acabar mejor. Era como si JESUSITO, dejándose llevar de su Amor por los Niños, hubiera querido hacernos aquel Día su PRIMER MILAGRO.

7. Y claro que nos lo hizo, como verás cuando termine de contarte todo lo que pasó después. Porque, hasta que no te lo cuente, seguro que te estarás preguntando, llena de curiosidad: ¿y cómo pudo ABANCEYIYO sentirse tan Feliz, cuando tanta debió ser la vergüenza que tuvo que pasar y la envidia que debió sentir al mirarse y verse con su Traje tan negro, tan sucio y tan arrugado y compararlo con los Trajes tan blancos, tan limpios y tan recién planchados que vestían sus demás Amiguitos?. Pues verás, no pudo pasar esa vergüenza ni sentir esa envidia que estás pensando que pasó y que sintió, porque lo que ocurrió fue tan sorprendente y tan admirable que todos lo consideramos y lo tuvimos por el SEGUNDO MILAGRO que JESUSITO nos hizo aquel Día. Y gracias al cual ABANCEYIYO, no sólo pudo hacer su PRIMERA COMUNIÓN, sino que la hizo, además, vistiendo un flamante Traje nuevo que superaba en calidad y blancura al que se acababa de ensuciar.

8. Y te diré, ahora, qué casualidades tuvieron providencialmente que ocurrir para que se produjera este SEGUNDO MILAGRO. Y fue que, como en aquellos años nadie tenía coche ni había teléfono, cuando a LEONARDO LUPERCIO y a mi tuvieron que comprarnos el Traje de Primera Comunión, a VIRINCHI no se le ocurrió otra cosa mejor que escribirle a la TIA SABINA con unos días de antelación y encargarle que nos los comprara en EL CORTE INGLES y nos los trajera cuando viniese para asistir a nuestra Primera Comunión. Pero, mira tú que a VIRINCHI, que siempre estaba en todo y nunca se le pasaba una, con los nervios y el ajetreo de los preparativos, aquella vez sí que se le pasó. Y fue tal su despiste que se le olvidó decirle a la TIA SABINA cual era nuestra talla. Así es que, ante la duda, la TIA SABINA, que era muy precavida y tenía mucho dinero, lo que hizo fue traernos dos Trajes de distinta talla para cada uno y asegurarse, así, de que alguno de ellos nos tendría que sentar bien. Por lo tanto, nos juntamos, no con dos, sino con cuatro Trajes. Y como la TIA SABINA tenía un Corazón de oro, al ver el llanto de ABANCEYIYO y el desconsuelo de sus Papás, sintió mucha pena de ellos y le regaló a ABANCEYIYO uno de los dos Trajes que sobraban y que le estaba pintiparado, como si se lo hubieran hecho a la medida.

9. Pero no te creas, PIRRAQUITAS, que todo terminó aquí. Aún pasaron muchas más cosas. Como si JESUSITO, no dándose por contento con los dos Milagros que ya acababa de hacernos, aún quisiera seguir haciéndonos un tercero y un cuarto Milagros más. Y claro que nos los hizo. Y nos los hizo de la forma que paso a contarte. Porque ocurrió que la TIA SABINA, al volverse a Madrid, no sólo se trajo con ella el cuarto Traje que sobraba para devolvérselo al CORTE INGLES, donde lo había comprado, sino que, también y además, se trajo con ella el Traje que ABANCEYIYO se había manchado y que todos lo dábamos ya por inservible. Y, ni corta ni perezosa, fue y lo mandó al mejor Tinte de Madrid , donde lo limpiaron y lo plancharon, dejándolo como nuevo. Así es que cuando al Sábado siguiente volvió a Villamantilla, como lo hacía todas las Semanas, se lo trajo con ella y lo primero que hizo fue llamar a ABANCEYIYO y entregárselo, que para eso era suyo. Y así fue cómo, milagrosamente, ABANCEYIYO, que días antes lloraba amargamente por haberse quedado sin su Traje de Comunión, se encontró, de repente, con dos Trajes, a cual más blancos y preciosos. Y se puso tan contento que durante un buen rato no paró de bendecir a JESUSITO por el favor que le había hecho y de darle las gracias a la TIA SABINA, besándole, una y otra vez, las manos. Y lo mismo hicieron sus Papás cuando se enteraron de la buena noticia.

10. La TIA SABINA, también se sentía muy Feliz por los Felices que había hecho a ABANCEYIYO y a sus Papás, pero no se explicaba muy bien por qué estaban tan inmensamente Felices sólo por juntarse con dos Trajes que, al igual que sucede con los Trajes de Novia, después de puestos y estrenados se guardan en el Baúl de los Recuerdos y ya nadie se los vuelve a poner, por lo que, en la práctica, pierden todo su valor y utilidad. Así es que, llena de curiosidad, le preguntó a ABANCEYIYO que por qué se ponía así de contento. Y fíjate lo que ABANCEYIYO le contestó, dejándole admirada con su respuesta: “Es que mis Papás son muy pobres y tuvieron que pedir prestado el dinero que les costó mi Traje de Comunión y que todavía no han terminado de pagarlo. Y cómo al año que viene harán su PRIMERA COMUNIÓN mis Hermanitos Mellizos PABLITO y AMBROSIN, estaban pensando en aplazarla hasta ahorrar el dinero con el que poder pagarles sus dos Trajes. Así es que, gracias a que Usted ha sido tan buena y yo he sido tan malo, se encuentran, ahora, con dos trajes y ya no tienen que preocuparse de ese gasto. Y por eso estoy tan contento. Porque creo que JESUSITO se ha servido de usted y de mí para hacer su CUARTO MILAGRO con nosotros”.

11. La TIA SABINA, después de oírle a ABANCEYIYO, le dio un Beso muy grande y le dijo: “Hijo Mío, eres tan Bueno, que al mirarte me hago la Ilusión de que en ti estoy viendo y oyendo al mismo NIÑO JESÚS. Sigue así toda tu Vida y verás cómo un día, cuando llegues a Viejecito, vendrá JESUSITO a buscarte y te llevará al Cielo con El, en donde gozarás, como premio a lo bueno que has sido y a todo el bien que has hecho, de una Felicidad sin límites ni fin”. Y como estaba seguro de que era verdad todo lo que la TIA SABINA le estaba diciendo a ABANCEYIYO, yo también se lo quise decir para que su alegría fuese aún más grande. Y lo mismo hicieron LEONARDO LUPERCIO y MÁCEAL. Y si tú hubieses estado allí, estoy seguro de que se lo hubieras dicho también. ¿A que sí?.

RELATO QUINTO: REZAR CANTANDO Y CANTAR REZANDO, COMO LOS ANGELES.

1. Te contaré, por último, PIRRAQUITAS, todo lo que nos pasó a LEONARDO LUPERCIO, a MÁCEAL, a ABANCEYIYO y a mi mientras, los cuatro y al mismo tiempo, nos preparábamos para hacer nuestra PRIMERA COMUNIÓN. Pero, antes de contártelo, quiero que sepas que, si nos estábamos preparando para hacer nuestra PRIMERA COMUNIÓN, con la misma Ilusión que se prepara un Atleta que va a correr la carrera más importante de su Vida, es porque, ya antes de hacerla, éramos Cristianos, o sea, seguidores de CRISTO o de JESUCRISTO, que es como le llamamos a JESUSITO cuando le vemos de Mayor. Y éramos Cristianos ya desde el mismo día en el que NOS BAUTIZARON, siendo todavía unos BEBES que sólo sabíamos mamar, llorar y hacernos pipí. Yo estoy recordando con todo detalle, como ves, el Día que hice mi PRIMRA COMUNIÓN, pero no recuerdo absolutamente nada del Día en el que me bautizaron. Y otro tanto te pasará a ti. ¡Eras tan chiquitita!. Pero tienes una ventaja que ya hubiera querido yo tener y que no tuve. Y es la de que puedes sustituir a los recuerdos que no tienes por los cientos de Fotos y de Cintas que sí que tienes y que, para perpetuar tan gozoso acontecimiento, te hicieron tu Papá, tus Tíos y JOTA y BARBARA, que fueron tus Padrinos de Bautismo.

2. Así, pues, desde muy Niña, desde ocho años antes de hacer tu PRIMERA COMUNIÓN, eras ya Cristiana y le amabas a JESUSITO. Y tu Amor se lo manifestabas de muchas maneras, pero, muy especialmente, dándole un besito todas las Noches, antes de acostarte, y rezándole las Oraciones que te enseñamos tu Mamá, tu Abuelita y yo. Y que seguro que las recuerdas y que eres capaz de repetirlas una por una. ¿Te acuerdas de la que empieza diciendo: “JESUSITO DE MI VIDA/ Tú eres Niño, como yo/ por eso te quiero tanto/ . “. O de la que dice: “CUATRO ESQUINITAS/ tiene mi Cama/ Cuatro Angelitos/ me la acompañan.”. O de esta otra, que parecía hecha para mí, pues decía: “ANGEL DE MI GUARDA,/ Dulce Compañía/ No me dejes solo/ ni de Noche ni de Día”. Y como la CHACHA MERCEDES, nada más ponerme el pijama y meterme en la Cuna, me decía con su voz más bronca: “a dormir y a callar, que vienen las Brujas por el lugar”, yo me creía que al tener a mi lado al ANGEL DE MI GUARDA, las Brujas nunca se atreverían a venir.

3. Te seguiré diciendo que de nuestra preparación para la PRIMERA COMUNIÓN se ocuparon DON TOMAS, el Cura Párroco de Villamantilla, y las cinco Señoritas que colaboraban con él en la enseñanza de la Religión o Catequesis. Todas las tardes, después de salir del Cole, y todos los Domingos y Días Festivos, después de oír Misa, acudíamos a la Iglesia, a la que convertíamos, así, en una segunda Escuela donde aprendíamos y se nos enseñaba la Doctrina Cristiana y, de manera muy especial, todas y cada una de las Oraciones que nos teníamos que saber de memoria para rezarlas en cada acto u ocasión. ¡Y ahí nos vieras a los cuatro repitiendo., repitiendo.y repitiendo una y mil veces tales Oraciones hasta dejarlas grabadas a fuego en nuestra memoria!. Y tan grabadas se nos quedaron que, aunque ya han pasado más setenta y cuatro años y hemos perdido la memoria, todavía las seguimos recordamos, como si fuera ayer mismo cuando las aprendimos.

4. Te seguiré diciendo que de los Cuatro que éramos, el que mejor memoria tenía era ABANCEYIYO. Tenía una memoria prodigiosa. Tan prodigiosa que el DON TOMAS, el Señor Cura, ni siquiera la llamaba Memoria; la llamaba RETENTIVA porque era capaz de retener y de repetir una página entera de cualquier Libro horas después de habérsela leído. Así es que todos los Premios que nos daba para premiar nuestros esfuerzos se los llevaba él. Menos mal que, como era tan Bueno, en vez de quedárselos para él, los compartía siempre con nosotros, pues decía que lo que había que premiar no era el ser más o menos inteligente o el tener más o menos memoria, sino el mayor o menor esfuerzo que tuviésemos que hacer para conseguir algo. Y DON TOMAS, no sólo no le dio la razón, sino que para convencernos de que la tenía, nos hizo esta pregunta: ¿Quién creéis vosotros que tiene más mérito, el Niño Superdotado que por no ser Estudioso se queda en Enfermero, o el Niño que, teniendo una inteligencia normal, a fuerza de estudiar y de estudiar llega a Médico?. ¿Qué le hubieras contestado tú, PIRRAQUITAS?. ¡ Pues eso mismo le contestamos nosotros!.

5. Añadiré, ahora, para completarte lo que te ya te llevo dicho, cuáles eran las ocho Oraciones que obligatoriamente nos teníamos que aprender y que, por supuesto y con no poco esfuerzo, nos aprendimos. Te las voy a explicar tal como nos las explicaba a nosotros el mismo DON TOMAS, para que mejor las entendiéramos y más nos gustaran: 1) El sabernos SANTIGUAR, persignar o hacer la Señal de la Cruz y que, como ya te habrán enseñado, consiste en poner en cruz los dedos índice y pulgar e irlos llevando desde la frente hasta el pecho, trazando con ellos tres cruces; la primera en la frente, para no tener malos pensamientos ni deseos; la segunda en la boca, para decirle alabanzas a Dios y pedirle remedios en nuestras necesidades, y la tercera en el pecho, para amarle con todo nuestro Corazón; 2) el PADRE NUESTRO, que fue la Oración que el mismo JESUS nos enseñó cuando sus Apóstoles le pidieron que les enseñara a rezar; 3) el AVE MARIA, que repite las palabras que el Arcángel San Gabriel le dijo a la VIRGEN MARIA cuando le anunció que Dios la había elegido a Ella, entre todas las Mujeres, para ser la Mamá de JESUSITO; 4) El GLORIA, que es un Canto de alabanza y de adoración a las Tres Personas de la Santísima Trinidad, pues si Dios es Amor no puede vivir en soledad; 5) el CREDO, que es la relación de todas las Verdades y Misterios en los que tenemos que creer porque el mismo Dios nos los ha ido revelando; 6) la SALVE, que es un Canto de Amor y de Esperanza a la VIRGEN MARIA, ya que, al ser Madre de JESUSITO y ser JESUSITO Hombre y Dios a la vez, también la consideramos doblemente Madre de Dios y nuestra; 7) el YO PECADOR, mediante el que confesamos y reconocemos que somos Pecadores, nos arrepentimos de serlo, pedimos perdón por nuestros pecados y prometemos no volver a pecar más; es algo así como el lavarse el Alma antes de comulgar, igual que nos lavamos las manos antes de sentarnos a la mesa para comer, pues, como ya te he dicho, eso es precisamente la Comunión que vas a hacer: un Banquete en el que te vas a comer al mismo JESUSITO, hecho Pan de Vida, y para el que preparas y adornas la Casa de tu Alma, dejándola toda limpia y bonita para que, cuando entre en ella, se sienta lo más cómodo y; y 8) El SEÑOR MIO JESUCRISTO, que es como darle las gracias a JESUSITO por habernos perdonado y decirle que contamos con El para, en lo sucesivo, poder llegar a ser cada vez mejores.

6. A LEONARDO LUPERCIO fue al que más le costó aprenderse tantas Oraciones y teniendo miedo de que no las rezara bien o de que se le pudiesen olvidar, le preguntó a DON TOMAS si es que no había otras formas más fáciles de rezar y que le gustaran lo mismo o más a JESUSITO. ¡Eso, eso!, dijimos también al unísono MÁCEAL, ABANCEYIYO y yo, sumándonos así a la propuesta de LEONARDO LUPERCIO. Y fíjate bien en lo que DON TOMAS, que sabía mucho y que vivía como un Santo, nos contestó: “mirad, Hijos Míos, rezar no es otra cosa que hablar con JESUSITO, contarle lo que os pasa y pedirle lo que necesitáis y hacerlo con la misma confianza y sencillez y empleando las mismas palabras que si estuvieseis hablando con vuestro Papá o vuestra Mamá; y estad seguros de que, cuánto más ingenuos y espontáneos seáis y más como Niños le habléis, con tanto más agrado os escuchara y atenderá JESUSITO, pues al fin y al cabo, El también es un Niño como vosotros y Niños como vosotros nos mandó ser a todos, aunque por la edad ya no pudiéramos serlo”. No te puedes imaginar, PIRRAQUITAS, qué contentos que nos pusimos los Cuatro al oírle hablar así a DON TOMAS y pensar que era el mismo JESUSITO el que, por mediación de él, nos estaba hablando.

7. Ya te he dicho que éramos Cuatro los que nos preparábamos al mismo tiempo para hacer nuestra PRIMERA COMUNIÓN.. Pero, de los Cuatro, era ABANCEYIYO el que siempre quería llegar más lejos que los demás. No se conformaba con ser el “primero” en todo. Quería ser, además, el “único”. Quería destacar sobre todos y que nadie le superara en nada. Así es que tomó la palabra y ante nuestra sorpresa, le preguntó a DON TOMAS que de todas las formas que hubiera de rezar, cual era la que a Dios le gustaba más, porque él quería rezarle de esa forma, por mucho que le costara el aprenderla. Y te volveré a decir lo que DON TOMAS nos dijo: “mirad, Hijos Míos, me habéis puesto en un aprieto, pero como os merecéis y os debo una respuesta, os diré que la forma de Oración que a Dios más le gusta es la que se le dice cantando o con música y, por eso veréis que en todas las Catedrales hay un Órgano con muchos tubos mirando hacia El Cielo para recoger y amplificar los sonidos y que en muchas Iglesias las Personas Mayores y, sobre todo, los Niños se agrupan formando Coros y Escolanías para cantar en las llamadas, por eso mismo, “Misas Cantadas” o Solemnes. Y tan es esto así que los Frailes y Monjes que pasan su vida rezando en los Monasterios y Conventos se inventaron esa forma de Oración tan grata a Dios que conocemos como el “Canto Gregoriano”. Y tan es esto así, concluyó, que JUAN SEBASTIÁN BACH, uno de los Músicos más famosos, de entre los muchos que compusieron música religiosa, llegó a constituir un Coro familiar con sus doce Hijos a los que les dijo, un día, cuando mejor estaban cantando, “cantáis como los Ángeles”, y nadie está más cerca de Dios que los Ángeles que, desde que Dios los creó, viven en El Cielo con El, mientras que, nosotros, los Hombres, como castigo a nuestros pecados, tenemos que vivir en La Tierra y tendremos que pasar por la Muerte antes de que nos lleve al Cielo”.

8. Una vez más, las palabras de DON TOMAS, no sólo nos llenaron de alegría, sino que despertaron en nosotros el Deseo de ponerlas en práctica cuanto antes. Así es que, aquella misma tarde, nada más salir de la Catequesis, en vez de irnos a la Plaza a jugar al fútbol, como teníamos por costumbre, nos reunimos en mi Casa y fingiendo que jugábamos, para que nadie pudiera sospechar de nuestras intenciones, nos pusimos a pensar y a darle vueltas a nuestras cabezas sobre cómo podríamos inventarnos una Oración que fuese a la vez Canción y que, por ser las dos cosas al mismo tiempo, también le gustara por partida doble a JESUSITO cuando se la rezásemos cantando o se la cantásemos rezando, que, para el caso, sería lo mismo. Sería tan maravilloso, nos decíamos mutuamente para darnos ánimo y no desistir de nuestro propósito, como cuando nuestras Mamás, para que más pronto y más placidamente nos durmiéramos, nos cantaban, abrazadas a nuestras Cunas y cogiéndonos de nuestras manitas, una dulcísima Nana o Canción de Cuna. Sólo que, ahora, nosotros haríamos de Mamás y JESUSITO haría de NIÑO.

9. Te puedes imaginar, PIRRAQUITAS, que durante muchos minutos, horas, días y hasta semanas, -todavía faltaban dos meses para hacer nuestra PRIMERA COMUNIÓN- estuvimos devanándonos los sesos para ver a cual de los Cuatro se nos ocurría alguna de las dos cosas que necesitábamos para componer nuestra Oración Cantada: la Música y la Letra. A propuesta de LEONARDO LUPERCIO empezamos por la Letra y como era a mí al que mejor se me daba redactar, me encargaron que la escribiera, dándome una semana de plazo para presentarla. Mientras tanto, los otros tres irían repasando y combinando mentalmente la música de todas las Canciones y Villancicos que mejor conocían y tarareaban hasta dar con algunas estrofas que, por lo suficientemente melódicas y pegadizas, todos fuésemos capaces de cantarlas a coro, sin necesidad de muchos ensayos. Y se ve que cómo JESUSITO, que todo lo ve, estaba contemplando con enorme agrado e inmensa satisfacción nuestros esfuerzos, nos los quiso recompensar y, para alegría y sorpresa nuestra, volvió a hacer el que, para nosotros, fue su QUINTO MILAGRO: la Oración Cantada o el Canto Rezado estaba, al fin, compuesto. Y compuesto por quienes no teníamos la menor idea ni de Música ni de Poesía. Estaba compuesto, sí. Y decía así:

Vamos Niños a la Iglesia
Que JESÚS llorando está,
Pero al ver a tantos Niños
¡Qué Contento se pondrá!.

No llore, JESÚS, no llores,
Que nos vas a hacer llorar,
Que ABANCEYIYO y LUPERCIO
Y LUISITO y MACEAL,
Como te queremos tanto,
Te queremos consolar
Y para que no estés solo
Te venimos a rezar
La Canción que para Ti
Acabamos de inventar,
Pues como rezan los Ángeles
Hoy te queremos rezar,
Para rezarte cantando,
Para al cantarte, rezar.

Tanto Amor en ella hay
Que seguro que, al oírla,
A Música Celestial
Y a Divina Poesía
Te va a tener que sonar.

10. Es verdad, PIRRAQUITAS que, desde muy Niños, los dos, tú y yo, amamos la Música, pero, cómo ni yo sé escribirla ni tú sabes leerla, ya te cantaré esta Oración tan pronto como nos veamos, para que te la aprendas de memoria y puedas cantársela a JESUSITO el Día de TU PRIMERA COMUNIÓN, sola o acompañada de los demás Niños o Niñas que la hagan contigo. Y verás cómo, al oírla, volverá a ponerse muy contento. Tan contento como se puso cuando se la cantamos nosotros Cuatro. Tan contento como tu y yo queremos verle siempre. ¿A que sí?.

Te quiere, hasta casi la adoración,

Tu ABUELITO LUIS.
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