Los sensores del escarabajo joya.

(Evolución o Creación. 57)

Los coleópteros, comúnmente conocidos como escarabajos, son un orden de insectos con unas 375 mil especies descritas, tienen tantas especies como las plantas vasculares o los hongos y 66 veces más especies que los mamíferos.

Los escarabajos son insectos, como las mariposas, las libélulas, o caballitos del diablo, las hormigas, moscas y saltamontes. Ellos tienen su cuerpo dividido en tres regiones: cabeza, tórax y abdomen … El tórax también tiene las alas para volar que usualmente están protegidas bajo un par de alas duras llamados élitros. 

Muchos escarabajos adultos comen alimentos vegetales o insectos, y otros pueden provocar grandes daños a las plantas decorativas y los jardines.

Algunas especies de escarabajos se alimentan de comida almacenada, semillas y determinadas telas.

Ellos atacan con frecuencia los cereales, leguminosas, hortalizas y flores. Al destruir su sistema foliar aceptan la actividad fotosintética y la respiración de las plantas. Estos insectos se alimentan además, de hojas, tallos, brotes, frutos, semillas y sus daños aparecen como cortes y perforaciones en las hojas.

Los incendios forestales espantan a la mayoría de los animales, pero atraen al escarabajo joya o el escarabajo del fuego (Melanophila acuminata). ¿Por qué? Porque la madera recién quemada es el lugar ideal para poner sus huevos. Además, como los depredadores huyen de la zona, pueden comer, aparearse y desovar con tranquilidad. Pero antes que nada, el escarabajo tiene que encontrar el incendio aunque esté muy lejos. ¿Cómo lo logra?. 

Piense en lo siguiente: El escarabajo joya está provisto de unos órganos sensoriales situados junto a las patas centrales, los cuales sirven para captar la radiación infrarroja emitida por un incendio forestal. Al absorber dicha radiación, se calientan y emiten una señal que dirige al insecto hacia las llamas.

Pero hay más. En su caja de herramientas también tiene otros sensores. Cuando arden sus árboles favoritos, perciben a través de las antenas cantidades minúsculas de ciertas sustancias que los incendios arrojan al aire. Con estos “detectores de humo” es capaz de localizar un solo árbol humeante a una distancia de casi un kilómetro [más de media milla]. La combinación de estas habilidades le permiten ubicar incendios a unos 50 km [más de 30 millas] de distancia. 

Los científicos estudian los órganos sensoriales y las antenas del  escarabajo joya con miras a mejorar la eficacia de los detectores de incendios y de radiación infrarroja. Como los sensores infrarrojos de alta resolución tradicionales tienen que ser enfriados, la intención es crear sensores superiores a los actuales que funcionen a temperaturas ambiente. Inspirándose en las antenas del escarabajo, los ingenieros han diseñado sistemas de detección más sensibles y capaces de distinguir los compuestos producidos por los incendios forestales y otros compuestos químicos.

A los investigadores les admira el singular modo como el escarabajo joya encuentra un lugar donde desovar. “¿Cómo desarrollaron la capacidad de poner huevos de esta manera?”, pregunta E. Richard Hoebeke, especialista en escarabajos de la Universidad de Cornell, Estados Unidos. Y agrega: “!Qué poco sabemos de los insectos con mecanismos sensoriales tan sensibles y complejos”.

¿Qué le parece a usted amigo lector, será la capacidad del escarabajo joya para detectar incendios forestales producto de la evolución o de la creación?. ¿Qué cree usted, casualidad o diseño de un Creador Todopoderoso?. Si consulta con un Testigo de Jehová del lugar donde vive, le mostrará muchos puntos que la ciencia y la Biblia tienen en común y hacen reales la palabras del Salmo 104, verso 24: “!Cuántas son tus obras, oh, Jehová!. Con sabiduría las has hecho todas. La Tierra está llena de tus creaciones”.