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Los Chicos contra Cabeza de Piña cap. 2

Cabeza de Piña ya había llegado a Buenos Aires y fue a un callejón muy inseguro y solitario de la ciudad argentina; éste era su punto de encuentro. Poco después de la legada de Cabeza de Piña, llegó un hombre vestido con abrigo y sombrero oscuro, era el hombre que Cabeza de Piña contrató para sus planes.
Los dos se encontraron, pero el contacto aún no mostró su rostro.
-Llega tarde monsieur -dijo el contacto.
-Sabias -dijo Cabeza de Piña- que debía caminar, sino entonces la gente sospecharía. Olvidemos las indiferencias, pasemos a los negocios. ¿Recibiste la carta del señor Fred?
-Oui -dijo el contacto, o sea "sí" en francés-; me dijo que tenías un plan para impulsar tu proyecto. Tiene algo que ver con el profesor Franklin Hopkins. ¿Verdad?
-Exacto, por eso es que te contactado... Jean-Yvón Beauchamp.
El contacto se quitó el sombrero y dejó ver su rostro... Jean-Yvón Beauchamp. ¿Pero quién es este personaje Beauchamp? Se trata de un ladrón de bancos francés y un criminal muy escurridizo. Beauchamp es buscado por la Interpol por robo de bancos masivos; en 1994, robó 50 millones de libras del Banco de Francia, fue su más grande truco. Pero al año siguiente fue arrestado en Lyon y encarcelado; logró escapar de prisión en 1999 y volvió a robar bancos, ahora sólo trabaja por dinero y vence sus servicios al mejor postor; desde su escape, ha robado más de 1000 millones de libras en todo el mundo; también es un ladrón de joyas y diamantes. Olvide decir que es frío, calculador, tenaz, impasible y temerario, pero lo que más lo distingue es su ropa elegante... Y su bigote.
Jean-Yvón Beauchamp se encontró con Cabeza de Piña y esperó sus instrucciones.
-¿Cuál es mi labor? -preguntó el francés.
-¿No olvidas algo? -terció Cabeza de Piña sonriendo, luego sacó un bastón largo- ¡La prueba!
-¡Quand les poules, auront des dents! -exclamó Beauchamp, y dijo "Cuando los cerdos vuelen"- ¿Es necesario?
-¿No leiste la carta? ¡Tengo que estar seguro!
-¡Oui, oui, lo que sea!
En ese momento, Beauchamp puso la mano en un bote de basura, fue ahí cuando Cabeza de Piña lanzó su bastón con fuerza, golpeándole la mano. Pero Beauchamp no se quejó... ¡Ni siquiera movió un párpado!
-¡Impresionante! -exclamó Cabeza de Piña- Eres tan y como me dijeron tus contactos.
-Mieux vaut plier que rompre -"Mejor prevenir que lamentar"- Ahora que ya te cercioraste de mi resistencia. Dime cuál es mi trabajo.
-Bien -siguió Cabeza de Piña-, un científico vendrá al Simposiio del Futuro de América Latina. Necesito que lo captures y me lo traigas: El profesor Franklin Hopkins. -Cabeza de Piña sacó una foto- ¡Ésta es su imagen!
Beauchamp la recibió y la miró cuidadosamente.
-Un gran científico, según veo -afirmó Beauchamp-; ¡Aux innocentes les mains pleines! -"Mucha suerte para los principiantes"- Cabeza de Piña, eres muy afortunado por encontrarme y pedirme esta labor. No te preocupes, me haré cargo de traer a este científico a ti; me dijeron que es descuidado, será más sencillo. ¡Por cierto! ¿No has olvidado la otra parte del trato?
-¡No! -exclamó Cabeza de Piña- ¡Que insistente eres! El dinero ya fue trasladado a París, el resto se te entregará cuando hagas el trabajo.
-¡Aussitot dit, aussitot fait! -dijo Beauchamp, lo que significa "Inmediatamente dicho, inmediatamente hecho"- Me haré cargo Cabeza de Piña, y si es necesario, también dispondré de los niños que lo acompañan.
-Esos no importan, sólo traeme al profesor.
-¡Oui Monsieur!
Los dos se alejaron de ahí y se fueron por caminos separados. Por su parte, Beauchamp entró a un baño, se encontró completamente solo y...
-¡Ayyy! ¡Ayyyy! ¡Ayyyy! ¡Mi mano! ¡Me duele mucho! ¡Que dolor tan tenaz! Paris ne s'jest pas fait en un jour. ¡Buaaaa! ¡Mi mano!
¡¡¿Qué es esto?!! ¡Beauchamp es un llorón! ¿Les dije que él era impasible! ¡No! ¡Pero lo dije para no dejarlo mal!
En realidad Beauchamp es un pillo torpe, irresponsable, despistado, lelo, bobo, innato y lo arruina todo. Siempre se confunde con las cosas y nunca puede hacer las cosas bien. ¡Es como Peter! ¿Ahora entienden por que fue arrestado en tan poco tiempo?
¡Ya no más villanos! Ahora veamos a los chicos.
Todos ellos se encontraban en Buenos Aires, disfrutando de su Obelisco, la Plaza de Mayo, el Barrio de la Boca, el Puente Nicolás Avellaneda y la Casa Rosada.
El Equipo Hamilton estaban en un restaurante, almorzando mientras el profesor Hopkins estaba viendo un mapa (Para los que no lo descubrieron, se los diré... ¡Es el padre de Anette!). ¿Que es lo que veo? Hay varios platos y tazas en una mesa. Los conté. ¿48? ¡No! ¿49? ¡Increíble! Lo que pasa es que llegó la acción: Los chicos hicieron una apuesta, apostaron cincuenta dólares a que Peter no sería capaz de comerse cincuenta platos de frijoles en menos de una hora. Rebecca y Jessie estaban con Peter, pero Mackey y Michael apostaron a que no era capaz; entretanto Peter estaba en el plato número 50, le faltaba poco y el tiempo era 52:45:23.
-¡Vamos Peter! -exclamó Rebecca, vestida con camisa blanca, tirantes, pantymedias, shorts jeans cafés, y una corbata amarilla- ¡Tú puedes, te falta poco!
-¡Vamos hermano! -dijo Jessie, vestida como en la ida a la mansión de Dublín
-No puedes Hamilton -afirmó Mackey.
-¡Ríndete Peter! -agregó Michael- ¡Vas a perder!
Pero Peter no cedió, así que decidió tomar la copa y bebérsela. Lo hizo, lo hizo, lo hizo, pero... ¡Se detuvo! Sintió que ya no podía más, pero sus amigas no lo abandonaron.
-¡Peter! ¡Peter! ¡Peter! -exclamaron, mientras que Mackey y Michael ya se veían victoriosos.
De repente... ¡La fuerza fluyó en Peter y se terminó el último plato de frijoles... en 54 minutos!
-¡Ganamos! -gritaron las chicas- ¡Ganamos!
-¡Muy bien Peter! -dijo Rebecca emocionada.
-¡Bravo hermano! -Jessie se lanzó a Peter y lo abrazó- ¡Eres mi hermano, a pesar de todo!
-¡No! -gritaron Mackey y Michael en coro. Anette, quien leía un libro de Química Nuclear, los vio de forma jocosa; por su parte, Mackey y Michael hicieron caras de estúpidos.
-Bravo Peter -dijo Rebecca-, eres un glotón poderoso.
-¡Lo sé! -dijo Peter con tono exhaustivo- ¡Mi estómago!
-Lo lograste Peter -dijo Jessie.
Entonces las chicas fueron con sus rivales y hablaron.
-¿Cómo les quedó el ojo? -preguntó Rebecca sonriendo.
-Cincuenta dólares -agregó Jessie de forma irónica.
-¡Maldita sea! -dijo Mackey.
-Me lleva -afirmó Michael.
Ambos no tuvieron más opción que darles cincuenta dólares, cada uno, a las chicas. Después de eso, ambos se acercaron furiosos a Peter.
-Gracias -dijo Mackey- por habernos perder cien dólares Hamilton.
-¡Sí Peter!
-¡Por nada chicos! -exclamó Peter con entusiasmo, pero sus amigos se alejaron- ¡Fue un placer haberles hecho perder cien dólares, amigos!
Muchos pensarían que Anette se perdió semejante espectáculo, pero no fue así: Los vio a todos y se rió del apetito que tenía Peter. De pronto llegó el profesor Hopkins para hablar con su hija.
¿Cómo describir al profesor Hopkins? ¡Ya sé! Tenía 45 años, pelo café oscuro y gafas (como su hija); era alto, esbelto, siempre vestía bata blanca; también tenía bigote y ojos azules. El profesor Hopkins era algo torpe, impulsivo, bromista, exagerado (sobre todo con Anette), buen padre y brillante científico; está a candidato del Premio Nobel y nunca dejá pasar un descubrimiento, así como Anette. Supongo que es cierto lo que dicen: La manzana nunca cae lejos del árbol.
-Anette -dijo Hopkins.
-¿Sí papá? -preguntó Anette cerrando su libro.
-Ahora que tus amigos terminaron -dijo-, creo que ya es hora de que nos dirigamos al simposio. El profesor Rubinstein está por iniciar su prólogo del proyecto "Helios", y tiene cita contigo. Tú has querido conocerlo desde hace mucho.
-Así es papá, el profesor Rubinstein es un genio matemático y su proyecto Helios es muy interesante. ¡Vamos para allá!
-Me alegra verte con ese entusiasmo -comentó Hopkins con los ojos aguados.
-¿Se divierten? -preguntó una voz ubicada en la puerta.
Hopkins y el Equipo Hamilton voltearon a mirar, y vieron a un hombre, parecido a Pierce Brosnan; llevaba traje de paño negro, corbata azul y camisa blanca, sin mencionar un abrigo café. Este hombre se acercó a los chicos y los saludó.
-¡Bienvenidos a Buenos Aires chicos! -exclamó.
-¡Oficial Maldonado!
Chris Maldonado era el nombre de este oficial, era de la Interpol y de nacionalidad británica; trabajó con Scotland Yard y es muy respetado en su cuerpo de policía, ya había ayudado al Equipo Hamilton antes y les había cogido cariño.
Peter, tambaleándose, se dirigió al oficial.
-Oficial Maldonado -dijo-, nos alegra verlos.
-A mí también Peter, me imagino que van al I Simposio del Futuro para América Latina. ¿Verdad?
-Sí oficial.
-Decidí acompañarlos acá, pero también estoy en una misión.
-¿Una misión? -preguntó Jessie.
-Así es Jessie, verán, un criminal francés: Jean-Yvón Beauchamp se ubicó aquí en Buenos Aires, he estado buscando pistas de su paradero, lamentablemente sin resultados.
-Nosotros le ayudaremos -comentó Rebecca-; mi papá tiene lo último en tecnología, eso le puede ayudar oficial Maldonado.
-Te lo agradezco Rebecca, pero no quiero meterlos en problemas; además están en vacaciones de verano, ya estuvieron en Irlanda y ahora están en Argentina. Diviértanse.
-Nosotros ya nos íbamos -comentó el profesor Hopkins-. Iremos, como usted lo dijo, al Simposio de América. Permíteme presentarme, soy el profesor de ciencias Franklin Hopkins, padre de Anette e invitado al simposio.
-Lo sé, mi nombres es Chris Maldonado de la Interpol, es un placer conocerlo. He oído de usted, es un gran científico, y además tiene una hija que anhela ser como usted.
Anette se ruborizó y dio una leve sonrisa ante esas palabras.
-¡Vengan! -exclamó Maldonado- Los llevaré al Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, ahí es donde se realiza el simposio.
-Gracias -dijo Hopkins-, pero no queremos molestarlos.
-No es molestia, insisto, estos chicos ya me han hecho favores en el pasado.
El profesor Hopkins se quedó callado y pensativo.
-Bueno... Gracias... Oficial Maldonado.
El Equipo Hamilton siguió al oficial Maldonado y éste los llevó afuera.
De pronto, un chico argentino, de 18 años, tez morena, pelo café, alto, esbelto y ojos grises vio al Equipo Hamilton y los reconoció. Se emocionó y corrió hacia ellos.
-¡He, Che! -exclamó- ¡Vení, vení!
Los chicos vieron que ellos fueron llamados y se dirigieron al chico argentino, quien corrió a ellos.
-Oye -dijo con auténtico acento argentino- ¡Vos sos el líder de ese Equipo Hamilton! ¡Los que detuvieron a los malos de Dublín! ¡Me alegro de verles! ¡Cho me llamo Alfredo Gutiérrez! ¡Soy un gran admirador de vos! ¡Y vos sos Jessica Hamilton, la de los puños de birome! ¿Me podés dar tu autografo Che por fa? Aquí tengo un birome (esfero) -entonces fue a dónde Rebecca- ¿Oye, vos qué comprás? ¿Una remera? ¡A la madona! ¡Vos si que sos una compradora empedernida! ¿Adónde te dirigís?
-Vamos al I Simposio de América Latina -respondió Peter- ¿Quieres venir con nosotros?
-¡Oye, lo siento, no puedo! -continuó Alfredo- ¡Mi má me mando a hacer un recado y debo cumplirle! ¡Pero cuando terminé, me reuno con vos. Oye, cuidá tu buzarda que está por hacer boom!
-Gracias -comentó Peter sin entender nada de lo que dijo.
-Bueno, me voy, pero el día está celeste. Adiós a vos.
Alfredo se retiró de ahí con un gran entusiasmo e impaciencia, creía que sus amigos le iban a envidiar por tener autógrafo, pero lo veremos nuevamente. ¿Vos qué creés?
El Equipo Hamilton salió del restaurante y vieron el auto del Oficial Maldonado, un Chevrolet Corsa Team de color negro. Todos se subieron a él y el oficial Maldonado los llevó allá. Pasaron por la Plaza de Mayo, la Casa Rosada, El Teatro Colón, El puerto, la Universidad de Buenos Aires... y la Avenida de Mayo... Todo eso hasta que llegaron al Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, ahí los chicos se bajaron y les dieron la bienvenida.
Una vez adentro, vieron muchas cosas que tenía que ver con el futuro: proyectos para mejorar el nivel de vida para el Año 2045, y nuevas innovaciones que nadie esperaba ver.
Entre ellas estaban:
1. Vacuna contra el SIDA.
2. Autos eléctricos
3. Aviones supersónicos
4. Computadores de realidad virtual
5. Aparatos que se activan con la voz
6. Bactecunas (Bacterias que sirven como vacunas)
7. Robots orientales que sirven para ser un amigo.
Y otros inventos que iban a estar funcionando, según muchos científicos, para el 2045.
Cuando vió los inventos, Anette se sintió como en Utopia y vio cada uno de los inventos; por su parte, cuando Rebecca vio la sección de computadoras, se entusiasmó de más y fue a verlas. Todos curiosearon las estaciones, mientras que el Oficial Maldonado fue a hablar con los de seguridad.
Pasaron una hora viendo y probando todo lo que había, les encantó todo, vieron unos "maniquies" que mostraron la modalidad de las bactecunas y no entendieron nada, sólo Anette; pero lo que importa fue que se divirtieron. (¿Y quién no? ¡Con la ciencia, la tecnología y la informática...! ¡A quién engañó!
Los chicos vieron todo y se alegraron, pero el banquete del día fue... ¡Poncho y Concho! Los cuales tenían su propio proyecto: La Coca-Cola como combustible. Peter y sus amigos se acercaron y curiosearon su estación.
-¿La Coca-Cola como combustible? -preguntó Peter.
-¡Así es Peter! -afirmó Poncho- ¡El combustible de fosil ya no es necesario, ahora la Coca-Cola es la nueva inspiración para las masas! ¡Contemplad el futuro!
Poncho y Concho estaban emocionados, pero el Equipo Hamilton se encontraba confundido. Entonces Anette fue con ellos y los interrogó.
-Chicos. ¿Exactamente cómo es que funciona esto?
-Verás Anette -explicó Poncho-, la Coca-Cola entrá en el carro, llegá al motor y ahí impulsa las válvulas, para que la máquina pueda funcionar avanzar hacía adelante. Es algo muy simple y muy coordinado.
Anette guardó silencio ante la explicación de Concho.
-Creo -dijo Rebecca- que es la explicación más pobre que escuchado.
-Y díganme... ¿Ustedes fueron aceptados en el proyecto?
-No -dijo Concho-, sólo nos colamos.
Poncho le dio una palmada a Concho por lo que dijo.
-¡No! -terció Poncho- ¡Nos colamos en el carro y... entramos!
-Ya veo -continuó Anette-. ¿Y qué componentes son los que hacen que la Coca-Cola sea un combustible?
-¿Qué quieres decir? -preguntó Poncho.
-Nadie -argumentó Anette- ha descubierto la fórmula de la Coca-Cola, pero si ustedes fueron capaces de crear este proyecto, asumo que ustedes fueron los que descubrieron la Coca-Cola. Por lo que les pregunto... ¿Cómo se vuelve combustible?
Poncho y Concho se quedaron callados por la pregunta de Anette, obviamente ninguno sabía la respuesta. ¡Ni siquiera sabían la fórmula de la Coca-Cola! por lo que... se me olvidó.
-¡Miren chicos! -exclamó Poncho- ¡Es Brad Pitt!
-Por favor -afirmó Anette-. Nadie se cree que aquí está Brad Pitt.
Entonces Anette volteó a mirar y vio a sus amigos buscando entusiasmados a Brad Pitt, cosa que era falsa.
-¿Nos están tomando del pelo? -preguntó Anette con mirada suspicaz.
-Mira Anette. ¡Es Stephen Hawkins! -pero Anette no se dejo engañar y continuó con la mirada- ¡Bill Gates! -Rebecca se emocionó y lo buscó, sin saber que... ¡Ustedes saben!
-¿Bill Gates? ¿Dónde?
-¡Joseph Stiglitz! ¡Profesor Brinco! ¡Ray Bradbury! ¡Jimmy Neutron interactivo! ¡Amartya Sek! ¡Mark Hamill! ¡George Lucas! ¡Peter Jackson! ¡Marcos Alfonso! ¡El Rector de Harvard!
-Estamos en una feria -comentó Anette sonriendo-, así que tenemos todo el tiempo para hablar con ellos, a menos, claro está, que esto sea para eludir mi pregunta.
poncho y Concho continuaron callados, de repente...
-¡Oh, mira qué hora es! -exclamó Poncho- ¡Hora del café! ¡Vamos Concho!
Los dos se iban a retirar, pero Anette les tenía tazas servidas, frustando otro intento de escape.
-¡Me lleva! -exclamó Poncho.
En ese momento, llegó el Profesor Hopkins con los chicos.
-¡Vengan niños! -comentó- ¡El profesor Rubinstein está aquí y va a explicar su proyecto!
-¡Qué bueno papá! -exclamó Anette- ¡Vamos chicos, un momento histórico nos está esperando!
Todo el Equipo Hamilton fue con el profesor Hopkins, mientras que Poncho y Concho respiraban tranquilos al saber que se libraron de Anette.
Por otra parte, todos los invitados estaban reunidos en mesas, los chicos tenían su mesa y todos esperaron a que el simposio diera comienzo.
-Damas y caballeros -comentó un hombre, el cual era Jean-Yvón Beauchamp, con peluca-, es un honor tenerlos aquí, listos a presenciar el nuevo poryecto histórico de la humanidad, dirigido por el profesor Alphonse Rubinstein. Ahora por fa guarden silencio, todo va a comenzar. ¡Ante ustedes... Alphonse Rubinstein!
Cabeza de Piña apareció y les dio el saludo a los invitados, quienes aplaudieron. Luego Beauchamp le dio un micrófono al profesor y comenzó a hablar.
-Mis estimados invitados -dijo-, es un placer tenerlos a todos aquñi, en un mismo lugar. Este es el I Simposio que se lleva a cabo sobre futuro científico para Latinoamérica; los proyectos vistos anteriormente en las estaciones son maravillosos, pero la atracción principal es el proyecto Helios, el cual será la nueva fase de la ciencia de la Humanidad. Me imagino que los presentes ya habrán leído sobre el proyecto Helios. ¿Quién lo ha hecho?
Todos levantaron la mano, en especial los miembros del Equipo Hamilton.
-¡Eso pensé! -exclamó Cabeza de Piña- Supongo también que tienen preguntas. ¿Alguien?
En ese momento, Peter levantó la mano.
-Sí, tú -afirmó de nuevo.
-¿El proyecto Helios cuando será ejecutado?
Cabeza de Piña se mantuvo en silencio, pero a pesar de eso, respondió la pregunta.
-Ya fue lanzado al espacio, sólo falta abrir el satélite. ¿Alguna más?
Entonces Peter fue el único.
-Tú, otra vez.
-¿Y cuánto pesa?
-El peso no importa, después de todo, está en el espacio y ahí está a salvo. ¿Más preguntas?
Peter fue levantando la mano a cada momento, haciendo una pregunta estúpida; la mayoría no tenían nada que ver con el tema.
-¿Usted tiene diploma?
-¿Tú que crees?
-¿Es zurdo o diestro?
-¡Diestro!
-¿Dónde compró ese traje?
-¡¡En una tienda!!
Entre más preguntas le hacían, más enfadado se encontraba.
-¡¡Muy bien!! ¿Más preguntas?
De nuevo Peter levantó el brazo, pero hubo una diferencia: Era el otro el que estaba arriba.
-¡Sí! ¡El jovencito fastidioso!
-No señor, no tengo preguntas.
-¿Entonces por qué levantas la mano?
-Porque necesito estirarla... Y se siente tan bien.
El público se rió, pero Cabeza de Piña puso una cara de enojo, apretó los puños y chasqueó los dientes, pero después se calmó y prosiguió a explicar de qué trataba el proyecto Helios. Se apagaron las luces y comenzó.
Yo les diré más o menos de qué trata: El Proyecto Helios tiene como propósito generar energía solar que funcione a toda hora. Para esto, Cabeza de Piña mandó un satélite al espacio, llamado "Helios", que significa "Sol" en griego. El satélite tiene unos páneles por los que recibe la luz del sol, luego el satélite, por medio de un generador eléctrico, convierte lo que recibe en luz solar. Esta luz es mandada a una antena que no tiene ninguna interferencia, una antena receptora. Esta antena es la que distribuye la energía y permite el funcionamiento de los aparatos que funcionan con electricidad. Esto se hace para evitar el gaste impetuoso nuestro en energía eléctrica que viene de la Tierra.
Cabeza de Piña lo explicó así, y mientras él hablaba, los chicos, excepto Peter y Anette, se fueron quedando dormidos; tenían mucho sueño y no podían controlarlo. De pronto Jessie fue con Peter, porque le llamó la atención su estado.
-Peter -dijo- ¿Cómo puedes estar despierto ante algo tan aburrido?
-Es costumbre Jessie -respondió sonriendo-. Siempre estoy conectado a este tipo de cosas.
-Ojalá nunca me vuelva en ti hermanito.
Cabeza de Piña continuó con la explicación, de repente Peter sintió muchas ganas de ir al baño.
-¡Oh, no! -exclamó- ¡No ahora! Tengo que irme chicos, necesito usar el baño.
-Yo voy contigo hermano -comentó Jessie.
-No te preocupes Jessie, puedo ir solo.
-Lo sé, pero cualquier viaje a la basura es mejor que estar escuchando a ese doctor.
Los dos fueron a buscar el tocador, tuvieron que salir para hacer eso.
De pronto notaron que el lugar de las estaciones estaba vacío; no había nadie, ni siquiera Poncho y Concho vigilando los proyectos.
-¡Tan raro! -exclamó Peter- ¿Dónde están todos los de esta sección?
Pasaron por la parte de biología.
De repente... Los maniquies usados para la bactecuna comenzaron a moverse; no eran maniquies, eran tipos disfrazados; estos siguieron a los chicos para emboscarlos.
Entonces llegaron al baño.
-¡Aquí estamos! -exclamó Peter, quien iba a entrar, pero Jessie lo detuvo.
-Espera Peter.
-¿¡Qué!? ¡Es una emergencia Jessie!
-Escucha.
Los dos permanecieron quietos por unos minutos, luego se alejaron y Jessie lanzó una patada por detrás, descubriendo a los tipos disfrazados.
-¡Es una trampa! -exclamó Peter sacando su celular "Peterphone"
Jessie sacó los dos Trionchaku y comenzó el combate; en realidad eran cuatro tipos, pero dos de ellos se alejaron y se ocultaron. Cada uno de estos tipos atacó a los hermanos Hamilton con golpes y patadas, luego Jessie lanzó un golpe con su Trionchaku, pero los enemigos lo esquivaron a tiempo.
-¿Qué? -preguntó Jessie sorprendida.
Volvieron los hermanos a atacar, pero vieron que sus ataques fueron esquivados de nuevo; Jessie aumentó su velocidad y trató de darles en la cara, pero ninguno de sus golpes tuvo éxito; dio varios golpes, varias patadas, y varios golpes de Trionchaku, lamentablemente sin resultados. De repente el tipo que él enfrentó le pegó un puño en la cara y la hizo chocar con una estación, la de los autos eléctricos.
-¡Vaya! -exclamó Peter con humor- ¡Te electrocutaste Jessie!
Pero Peter también recibió un golpe en la cara. Jessie se levantó y volvió a atacar.
Por su parte, Peter esquivó los golpes de su contrincante; fue esquivando puño tras puño, patada tras patada, uppercut con uppercut (golpe hacia arriba9, zancadilla por zancadilla, y entre más esquivaba, más se cansaba.
¡Pero que veo! ¡Es un bello paisaje que tiene flores, cielo, montañas, una hermosa doncella bailando y jugando con los pájaros, un hermoso sol, pero además...! ¡Ahhhh! ¡Una espantosa cara que entró al cuadro sin ser invitada! ¡Oh! ¡Sólo es Peter!
Nuestro joven héroe quedó atrapado en el cuadro y fue recibiendo patadas de su enemigo en el trasero.
-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Eso si me dolió. ¡Ay! ¡Ay!
A tiempo logró salir del cuadro, se puso en guardia y continuó esquivando al tipo. Por su parte, éste golpeó un jarrón y lo rompió, pateó una guirnalda y la hizo pedazos, y finalmente... rompió un vidrio; curiosamente, uno de los pedazos cayó en la sien del hombre. descubriendo, sin dañar al enemigo, un aparato que tenía en la oreja y destrozándolo.
De repente, el cerebro de Peter comenzó a reaccionar.
"Hey" pensó "Son de esos aparatos que vimos y que alertan sobre un peligro cercano. !Sensores de aproximación! Con que era eso, ahora es mi turno"
Peter colocó 33 en el Peterphone y se desvaneció; el tipo quedó confundido y comenzó a buscar a Peter, de repente cayó un jarrón en su cabeza, dejándolo inconsciente. Peter se hizo visible una vez que lo venció.
-¡Éxito Calidoto! Ahora debo ayudar a Jessie, pero primero...
Por su parte, Jessie continuó peleando con el segundo tipo disfrazado; Jessie continuó usando sus Trionchaku, y disparó el cojín que tenía el primero, pero el tipo lo esquivó.
-¡Me lleva! -exclamó Jessie con impaciencia- ¡Cómo es que pueden esquivar mi Trionchaku!
Continuaron con la pelea, Jessie se defendió como mejor pudo, pero el tipo le tiró los Trionchaku y le hizo zancadilla, haciéndola caer al piso. El villano se acercó a la joven, mientras que ella retrocedió; pero de repente un enorme chorro de agua lo empapó completamente; Jessie volteó a mirar y vio a Peter.
-¡Hola hermana! -exclamó sonriendo.
-¡Peter! -luego los dos hermanos se reunieron.
-Jessie, estos tipos tienen sensores de aproximación muy avanzados, por eso es que siempre esquivaban tus golpes. Pero ahora que ese aparejo está dañado, puedes proceder... con tu venganza.
-¡Y lo haré Peter!
Una vez que el aparato quedó dañado, Jessie se lanzó contra su enemigo y le arrojó muchas patadas, muchos golpes y demás; todo para mandarlo a volar. El tipo cayó en la estación de la bactecunas.
-¡Ay!
Luego se quedó inconsciente.
-¡Dame esos cinco hermana!
Jessie lanzó con fuerza su mano hacia la de Peter, pero su hermano la quitó y engañó a Jessie.
-Jajajajajaja -rió Peter-, lo siento Jessie, no pude resistirme.
Jessie miró a Peter con ojos de frsutración, pero también le hizo una pregunta.
-Peter. ¿No tenías que ir al baño?
-¡Que curioso! De repente ya no tengo ganas. Pero siento mis pantalones humedos.
Jessie miró a Peter y había... ¡Un pequeño charco de agua! ¡Peter se había hecho en los panatalones!
Al ver eso, Jessie soltó en carcajadas, y no pudo parar de reir; era lo más cómico que había visto en su vida.
-¡No es justo! -exclamó Peter- ¡Me duelen los pantalones!
-¡Peter! ¡No puedo creerlo! ¡No previste esto y te hiciste!
Jessie continuó riendo por ese "accidente".
De repente, algo cayó encima de Peter: eran los otros tipos que hacían falta, tan pronto los vio, Peter se dirigió a su hermana Jessie, y se pusieron en guardia, los tipos hicieron lo mismo.
La nueva batalla estaba a punto de comenzar.

Fin de "Los chicos contra Cabeza de Piña cap. 2"

Les doy mis agradecimientos a:

Expresiones argentinas para mex
Proverbs about the French Language
French Last Name Meanings
Enciclopedia Encarta

Por la información, y a mis amigos por votar en pasados cuentos; también a otros programas de televisión por las ideas, en especial del final en Dublín

Gracias
Datos del Cuento
  • Categoría: Aventuras
  • Media: 5.75
  • Votos: 56
  • Envios: 1
  • Lecturas: 4711
  • Valoración:
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