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Leprechaun cap. 8

Michael y Reegan estaba inconscientes e indefensos, por lo que fueron llevados al cuartel del Amo de Las Ilusiones y atados con sogas muy fuertes.
Después de un tiempo, alguien abrió los ojos y lo primero que vió... fue al Amo de las Ilusiones, con su máscara blanca y su sombrero.
-Veo que ya despertaron -afirmó con su tono de voz impasible-, eso es maravilloso, ya verán por que.
El que abrió los ojos fue Michael, quien vió a Reegan inconsciente.
-Menos mal que los atrapé -continuó el mago criminal-, no quería que ustedes se perdían el plan maestro, después de todo... Ustedes se vieron cuenta de mi secreto.
-¿Qué clase de plan es? -preguntó Michael.
-Pronto lo verán ustedes mismos -concluyó el mago.
En ese momento, Reegan fue recuperando la conciencia de forma paulatina, entonces abrió sus ojos para darse cuenta que estaba frente a su ex-ídolo.
-¡Amo de las Ilusiones! -exclamó Reegan.
-Reegan O'Hara -dijo el mago-, es un honor volver a verte.
Por su parte, Reegan se puso más firme que nunca: no mostró temor y miró al mago con frialdad.
-¡Quier decirte -jamás había estado más decidida que nunca- que ya no me das miedo! ¡Me di cuenta de que no necesito de tu guía! ¡Mis amigos, mi familia, y las personas que se interesan por mí son las únicas que necesito, sin mencionar un montón de gente importante en Irlanda que tú nunca igualarás!
-¡Qué tierno! -dijo Abigail con sarcasmo- ¡La niña recuperó la fe en sí misma!
-Me alegra Reegan O'Hara -afirmó el Amo de las Ilusiones-, pero tenmo que no podrás usar esas enseñanzas en tu vida. Los traje aquí para que vieran qué plan tengo entre manos, lo verán con sus propios ojos lo que tengo para Irlanda, y después... ¡Ustedes verán el último brillo de sol de sus vidas!
Michael y Reegan se sorprendieron por eso, pero luego Michael reaccionó, démosle gracias a sus reflejos.
-¡Escucha, Amo de las Idioteces! -exclamó- ¡Deja ir a Reegan, ella no te ha hecho nada malo! ¡Acaba conmigo en su lugar!
-¡No Michael, no te dejaré! -replicó Reegan- ¡Tú y los demás me protegieron, ahora es mi turno!
-Admiro su solidaridad -confesó el Amo de las Ilusiones-, pero temo que no durará mucho, porque hoy se convertirá en el último día de su vida.
-¡Jamás nos rendiremos! -dijo... ¡Reegan!
-Ya les dije: Los dos morirán después de ver todo lo que he hecho. Ahora si me disculpan... Tenemos que ultimar unos detalles para el plan. Discúlpennos.
Toda la pandilla se fue y se colocaron en una computadora, dejando a Michael y a Reegan solos.
-Reegan -dijo Michael-. ¿Por qué dijiste eso?
-Porque no quiero que algo te pase -confesó Reegan-, tú me has protegido, ahora es mi turno. Además, te debo un beso.
Michael sonrió, pero Reegan se quedó pensativa.
-¿Qué haremos Michael? Hay que desatarnos para poder detener a estos miserables.
-No te preocupes Reegan -afirmó Michael sonriendo-, como dijo mi amigo Peter; la A y la B son geniales, pero AB dan mejores resultados.
-No entiendo.
-Yo tampoco, pero me llena de inspiración.
De su manga derecha, Michael sacó su "Mega llave" y puso su parte filosa, con ella cortó la cuerda y quedó libre. Luego fue con Reegan e hizo lo mismo, en un momento, ambos estaban a salvo.
-Gracias Michael.
Cuando se liberaron, fueron a ver al Amo de las Ilusiones y a su pandilla; por fortuna, escucharon todo lo que decían.
-¿Cómo haremos para transmitir la información Michael? -preguntó Reegan- No tenemos forma de ello.
-Despreocúpate Reegan, en este momento, Peter y los demás nos están escuchando y nos están rastreando. ¿No es así Peter?
-¡Así es, Michael! -dijo una voz, que parecía la de Peter.
-¿Qué es eso? -preguntó Reegan- ¿De dónde salió esa voz?
-De la "Mega llave", ésta y el celular de Peter están conectados.
Mientras tanto, Peter y los demás escuchan a Reegan y a Michael desde la mansión de Johnson Enterprise Unlimited en Dublín.
Peter puso en auto parlante para que todos los oyeran.
-¿Dónde estás Michael? -preguntó Jessie.
-No lo sé -confesó Michael-, es un lugar oscuro y familiar; Reegan está conmigo y estamos escuchando al Amo de las Ilusiones.
-Trata de -sugirió Anette- escucharlos y dimos lo que tengas, nosotros ayudaremos a saber qué tienen planeado.
-Entendido -concluyó Michael.
la preja escuchó al Amo de las Ilusiones para descubrir su plan, en una conversación entre éste y Abigail.
-¿El misil estña preparado? -preguntó el jefe.
-Sí señor -respondió Abigail-, el lanzamiento está programado, sólo falta que esos inútiles llenen el combustible y el misil podrá ser disparado.
-¿Y cómo se dispara?
-En su bastón jefecito. Lo que debe hacer es descubrir la tapa y verá un botón que está conectado con el misil, éste lo acciona y el artefacto se dirigirá al blanco gracias a las coordenadas.
-¿Y cómo programaste eso?
-El computador programó las coordenadas, y se pueden alterar, a menos que el misil esté a cincuenta metros del objetivo. Como puede ver, hemos pensado en todo, sólo falta que usted orpima el botón y mande el misil muy lejos.
-¡Excelente! -concluyó el mago- ¡Con esta operación, tendremos un gran lugar al lado de Número Uno! ¡Y en cuanto al Taoiseach.. sólo podré decir que su dirección está en la caja con el serrucho, y no sobrevivirá!
-Lo sé jefe, lo sé.
Ambos concluyeron con una risa macabra.
Entretanto, Michael y Reegan habían escuchado todo.
-¿Qué paso Michael? -preguntó Rebecca- ¿Qué descubriste?
-No lo sé, algo sobre un misil chicos; creo que lo dan a usar con algo que es llama... Teo, taese, tech...
-Taoiseach -aclaró Reegan.
-¡Eso! ¡Taoiseach!
-¡Oh Anderson! -inquirió Mackey- ¡No más extraterrestre, por favor!
-No Mackey -terció Rebecca-. Taoiseach quiere decir "líder" en irlandés. Es el título que tiene el jefe de gobierno de Irlanda.
-Una conspiración -murmuró Reegan.
De repente, la idea se organizó en su mente.
-¡Claro, eso es! -exclamó Reegan de pronto- Chicos, ya se lo que tienen pensado hacer esos tipos... ¡Planean acabar con la vida del Primer Ministro!
-¡Es cierto! -exclamó Poncho- ¡Todo tiene sentido!
-¿Dónde estás Michael? -preguntó Anette con determinación-. Ya tenemos los resultados de la prueba y podremos rescatarlos muy pronto.
-No lo sé Anette...
-¡Espera, yo sí! -terció Reegan- Este lugar... ¡Es el mismo en que se hizo la última presentación del Amo de las Ilusiones! ¡Estamos en el circo!
-¿Y cuándo dispararán el misil? -preguntó Jessie.
-No sabemos Jess -contestó Michael-, pero apostamos a que va a ser muy pronto; tienen que venir acá cuanto antes.
-¡No digas más Michael! -agregó Peter- Ustedes espérennos, nosotros vamos para allá; mi celular acaba de encontrar la "mega llave" y ahí estaremos y te encontraremos. Si pueden escapar, háganlo, nosotros no nos demoraremos.
-Bien Peter, aquí los esperamos. Buena suerte a todos.
La conversación terminó y Peter fue con sus amigos.
-¡Prepárense chicos, vamos al circo! ¡Poncho, Concho; nosotros iremos al circo, mientras ustedes llamen a la policía!
-De acuerdo Peter -comentó Poncho- Llamaremos a la policía... del frente.
Poncho y Concho se rieron, pero Peter y sus amigos no lo hicieron.
-Le iré avisando a Rodham -afirmó Rebecca.
-Bien -contestó Peter-, vamos chicos. ¡Tenemos trabajo que hacer!
Todos tomaron sus inventos y se encaminaron a la avnetura.
-¡Equipo Hamilton! ¡Adelante!
El grupo de seis fue con Rodham y éste salió a toda prisa al circo. Por su parte, Peter se comunicó con Reegan.
-¿Dónde queda el circo Reegan? -preguntó.
-Se los diré amigos, lo que tienen que hacer es...
Reegan le transmitió las instrucciones a Peter, luego éste se las pasó a Rodham, el chofer; quien obedeció.
Mientras tanto, apareció el mismo policía irlandés, barrigón y panzón, con una taza de café.
-¡Ahh, qué día! -el oficial se bebió el café- Es otra hermosa mañana irlandesa, quizás le tome una foto a este paisaje.
Pero el policía no se percató que la limosina pasó a gran velocidad; pero la vió a última hora y lo tomó por sorpresa. Su reacción fue tan, pero tan impulsiva, que terminó regando el café en todo su cuerpo.
-¡Ahhhh! ¡Qué caliente! -el policía corrió para tratar de apagar el fuego, corrió como loco y acabó tropezándose en una fuente, terminando empapado- ¡Tontos niños! ¡Me las van a pagar todos ustedes!
Entretanto, la limosina se dirigió al circo.
De vuelta a éste, Reegan y Michael fingieron estar atados para no despertar sospechas; por su parte, el Amo de las Ilusiones y su pandilla fueron con los chicos.
-Ya es la hora -comentó el mago-, ustedes van visto demasiado y ahora tienen que mantenerse callados; me dio gusto concerles. Abigail, lo dejo en tus manos.
-¡Sí señor! -la malvada asistente miró frente a frente a los chicos- ¡Se ha cerrado el telón para ustedes!
Todos iban a proceder, pero Michael los detuvo.
-Esperen -dijo- , queremos un último deseo.
-¡Bah! -exclamó Abigail- ¡Ustedes los chicos siempre son tan impertinentes! ¡Acábenlos!
-Por favor -pidió Reegan-, concédanla a mi amigo su deseo, después de todo... Ustedes son unos genios.
-¡Sí claro! ¡Acábenlos!
Pero el Amo de las Ilusiones los detuvo a todos.
-No seamos Abigail, son chicos, y tienen derecho a una última voluntad. Pero después, acaba con ellos.
-Sí señor -entonces Abigail se acercó- ¿Qué quieren?
-Una adivinanza -comentó Michael.
-¡Ay, adivinanzas! -exclamó Abigail con entusiasmo- ¡Está bien, pero sólo una! ¿De qué se trata?
-Díganme... ¿Qué es pequeño, redondo, incómodo, y provoca muchas cosas feas; pero no se mueve? "Ésta es mi pista. ¿Quién soy yo?"
Todos se quedaron pensando en la respuesta de esa adivinanza, se tomaron unos minutos y luego se dieron por vencidos.
-Nos rendimos -aclaró Abigail.
-¡Vamos! -exclamó Reegan- ¡Den un poco más de esfuerzo!
Pensaron más tiempo en eso, agotaron todas las opciones, pero no tuvieron la respuesta. Entonces fueron con Michael.
-No sabemos -admitió Abigail-. ¿Qué es?
Michael... ¡Con un rápido movimiento de manos, sacó una pequeña boma de humo y la lanzó!
-¡Una bomba de humo!
Ésta explotó y dejó a todos cegados y despistados. Aprovechando la oportunidad, Michael y Reegan se tomaron de la mano y se escaparon.
-¡Atrápenlos! -ordenó el Amo de las Ilusiones- ¡No dejen que escapen!
Los cuatro matones sacaron metralletas, las cargaron y persiguieron a los chicos.
Por su parte, Michael y Reegan comenzaron a escapar del Amo de las Ilusiones, con sus matones detrás de ellos. Michael y Reegan se colocaron detrás de unas cajas, para protegerse; pero no sabían que Abigail y los cuatro matones se habían dividido para encontrarlos más rápido. Luego pasó que dos de los matones los vieron y apuntaron sus armas, Michael se percató de eso y gritó:
-¡Cuidado!
Los tipos dispararon sus armas y los chicos alcanzaron a esquivar las balas, corrieron tomados de la mano y... Se toparon con los otros dos matones.
-¡Cielos! -exclamó Michael.
Trataron de escapar, pero los matones atraparon a Reegan para llevársela.
-¡No la toquen patanes! -exigió Michael.
Entonces vió un cañón, lo encendió, apuntó a los matones, pero el cañón cambió su puntería; entonces éste se disparó y Michael... ¡Cayó en un charco de lodo! Levantó su cara mientras que los matones se rieron.
-Creo que eso fue una muy mala idea -admitió Michael.
Se quitó el barro y lanzó una bomba de humo contra los matones, los cuales soltaron a Reegan. Ambos se reunieron y continuaron escapando, con sus enemigos detrás de ellos.
Los matones rodearon a los chicos y estos se quedaron pensando en una manera de escapar.
-¡Están rodeados! -exclamó Abigail- ¡Ahora no van a revelar nada!
Michael hizo caso omiso de lo que Abigail dijo, entonces vio un edificio largo y tuvo un plan.
-Prepárate Reegan -murmuró-, vamos a escapar.
-De acuerdo Michael.
Los matones iban a darles una paliza, pero Michael no hizo nada; entonces estuvieron muy cerca y...
-¡Ahora!
Reegan se montó en Michael, quien saltó bien alto y pudo eludir a los matones. Una vez a salvo, los chicos subieron por las escaleras y se dirigieron a la azotea; pero los malos los persiguieron y los hallaron en el último piso. Una vez que llegaron allá, Michael y Reegan no tuvieron salida y se encontraron entre la espada y la pared, por su parte, los matones apuntaron sus armas contra ellos.
-¡Michael! -exclamó Reegan.
Los tipos iban a disparar, pero de pronto un palo pequeño golpeó a uno de los tipos, cayó al suelo y se escuchó: "No está permitido que me lastimes, prepárate para la venganza". Un corrientazo alcnazó a dos matones, los cuales quedaron inconscientes. Michael aprovechó la oportunidad y le dio una patada a un matón, lo tumbó del edificio y éste cayó en... ¡Un balde de harina boca abajo!
-¡Ay!
Pero el segundo matón alcanzó a Michael y lo tiró al vacío.
-¡Oh no! -exclamó el joven preocupado.
-¡Michael! -dijo Reegan preocupada.
-¡Creo que es mi fin!
Micahel siguió cayendo y Reegan no pudo ver nada, pero lo que si vió fue... ¡Que algo colgando de arriba se subió a gran velocidad, con Michael!
Nuestro héroe no pudo ver nada, pero luego abrió los ojos y vio arriba.
-¿Te llevó? -preguntó sonriendo... Jessie, colgando de su primer Trionchaku.
-¡Jessie! -exclamó Michael con entusiasmo.
Reegan pudo ver y se puso muy feliz, pero no puedo decir lo mismo de los matones. Primero apareció Rebecca detrás del último, colgando de su yo-yo no yo; el matón votleó a mirar y Rebecca le lanzó una patada, la cual lo mandó abajo y... Lo obligo a caer en... Estiercol.
-Auch.
Finalmente apareció Anette, quien recogió su bolígrafo; entonces las chicas fueron con Reegan y Michael.
-¿Se encuentra bien chicos? -preguntó Anette.
-Sí -dijo Reegan-. Ahora que están ustedes aquí, podremos con estos tipos.
-¿Pero dónde están Peter y Mackey? -preguntó Michael.
-¡Aquí estamos! -exclamó Mackey, quien estaba jadeando, así como Peter- ¡Llegamos! ¡Dios, subir eso es sólo para profesionales!
Todos se reunieron y se cercionaron de que sus amigos estaban a salvo.
-Llegamos chicos -dijo Peter.
-Ya sabemos Peter -comentó Reegan sonriendo.
Entonces todos bajaron y... Sin siquiera esperarlo... Se toparon con todos los matones, Abigail y el Amo de las Ilusiones.
-¡Vaya, vaya, vaya! -exclamó Abigail sonriendo- ¡Pero si están aquí el grupo de idiotas! ¡Éste es nuestro día de suerte!
-¿Listos amigos? -preguntó Peter, luego señaló a la pandilla mala- ¡Al ataque!
Todos corrieron contra los matones, quienes no pudieron cargar sus armas. Entonces Jessie sacó sus Trionchakus y Anette las pistolas de agua que compró, cargados con polvos pica-pica.
-¡Jessie, Michael, Rebecca, Mackey! ¡Tomen! -lanzó las pistolas de agua, y cada quien las tomó- ¡Hora de las bromas!
Anette fue con Abigail y disparó varias ráfagas de agua contra ella.
-¿Qué estás haciendo... -de repente, Abigail sintió mucha rasquiña en todo su cuerpo; se rasgó de forma incontrolable. Entonces se topó con Jessie, quien le lanzó una patada voladora en la cara, dejando completamente inconsciente.
Anette y Jessie se reunieron.
-¡Dame esos cinco! -exclamó Anette.
Las amigas chocaron sus manos y fueron a ayudar a sus demás amigos.
Por su parte, un matón estaba frente a frente con Mackey, lanzó varios golpes que Mackey esquivó; entonces Mackey sacó sus patines y se los puso, para patinar alrededor del matón. Vio varias vueltas y el matón lo siguió con la mirada, gracias a eso se mareó y vomitó, lo que hizo reir a Mackey.
-¡Buen disparo vaquero! -rió del tipo y continuó girando.
Pero luego el matón se levantó y se puso muy furioso, corrió hacía Mackey, pero el chico se quedó quieto. De repente Mackey hizo un rápido movimiento, seguido por una zancadilla, la cual tumbó al tipo; por su parte, éste se golpeó la cara con una roca, quedando atontado e inconsciente. Mackey colocó su pie en la espalda del tipo y festejó.
-¡Hercules! -Mackey rió y presumió.
-¡Mackey! -gritó Anette- ¡Déjate de tonterías y ven a ayudarnos!
-¡Ya voy! Aguafiestas -murmuró Mackey.
Finalmente, Peter se encontraba con los tres matones; éste corrió de forma frenética mientras que sus amigos iba a ayudarle, pero luego Peter se estrelló con un muro y cayó al piso. Se quedó así un rato y después se levantó... Solo para toparse con la punta del cañón de una de las metralletas. Por eso Peter fingió una cara de angustia, pero en secreto, sacó su celular y marcó 99, con lo que encendió el "Peterphone"; pero la luz de éste era realmente cegadora.
Los tipos se alejaron y Peter aprovechó para marcar... "000", cuando lo hizo, el celular sacó una especie de bola negra que acaparó la atención de todos. Todos se quedaron mirándola durante un minuto, luego la bola... ¡Se convirtió en una cara horrorosa y un grito horrible, el cual los asustó a todos! En especial, a Peter y a sus amigos.
Peter, quien estaba en el suelo, dijo con sarcasmo:
-¡Vaya arma secreta! ¿Verdad Poncho?
Entonces Peter vio al Amo de las Ilusiones escapar. Se puso de pie y fue en su búsqueda, pero llegaron los otros y pelearon con los tipos, dándoles una páliza.
-¡Peter! -exclamó Jessie- ¡Nosotros nos encargaremos de estos tipos! ¡Tú ve por el Amo de las Ilusiones!
-¡De acuerdo Jessie! -concluyó Peter.
Peter corrió y fue por el Amo de las Ilusiones; la corrida fue corta y ambos terminaron en una tienda.
-¡Alto malvado! -exigió Peter- ¡Tú vendrás con todos e irás a la policía!
-¿En serio? -dijo el Amo de las Ilusiones.
-Sí, la policía está por llegar y te atraparán en cualquier momento.
-Jamás, el Amo de las Ilusiones nunca irá a prisión.
Peter se puso en guardía e hizo danzas de karate mal hechas, luego fue contra el Amo de las Ilusiones, el cual se envolvió en su capa y desapareció, haciendo que Peter golpée un palo.
-¡Ayyyyy! -se sobó la mano un minuto.
Por su parte, el mago apareció detrás de Peter y sacó su espada; Peter se dio la vuelta y alcanzó a esquivar un ataque de espada que lanzó el Amo de las Ilusiones. Pero a ese le sucedieron otros que Peter sólo logró esquivar de suerte; entonces Peter tuvo que pensar en una forma de detener al mago. Se le ocurrió una cosa: Pensar como un mago. Jugar a que es mago. Para esto vió la casa de espejos y corrió como el Correcaminos hacía allá, mientras que el Amo de las Ilusiones lo siguió como el Coyote.
Los dos entraron a la casa de los espejos, pero el Amo de las Ilusiones sacó una pistola y la cargó. Buscó a Peter por todas partes, pero de repente... ¡Encontró a varios Peter reflejados en el espejo!
-Hola mago -dijo sonriendo.
-¿Qué es esto? -preguntó el Amo de las Ilusiones confundido.
-Anda -continuó Peter-, trata de vencernos, te retamos.
El Amo de las Ilusiones comenzó a disparar a los espejos, pero todos sus tiros fueron errados; cada vez que aparecía Peter, el mago disparaba y le daba a un espejo; eso pasó por muchos minutos, hasta que el Amo de las Ilusiones se le acabaron las balas.
-¡Te caché! -exclamó Peter, quien luego rió.
-Bien Peter Hamilton -continuó el Amo-, ya que eres tan gallina, te haré salir de tu truco... ¡Por las malas!
El Amo de las Ilusiones sacó el botó del misil y lo presionó. Esto provocó que el misil saliera de una caja y una antena se encendiera; al poco tiempo, el proyectil se disparó y se dirigió a su blanco.
-¡Oh no! -exclamó Reegan- ¡El misil ha salido!
-Demasiado tarde -dijo Jessie.
-Si no lo detenemos -agregó Michael-, será un día de luto para Irlanda.
Por su parte, las luces de la Casa de espejos se apagaron, dejando todo a oscuras. Peter aprovechó para activar 66 y liberar las risas del miedo.
-¿Qué es esto? -preguntó el Amo de las Ilusiones- ¿Quién se está riendo? ¿De dónde salen esas cosas?
Pero para el mago, sucedió lo inevitable: Peter presionó 99 y la luz cegadora volvió a encenderse, cegando al Amo de las Ilusiones.
-¡Mis ojos! ¡Mis ojos! -¡No puedo ver nada!
Peter, después de ver al mago, se lanzó contra él para golpearlo; pero notó que el Amo de las Ilusiones se quedó aturdido, como si alguien lo hubiera golpeado. Cayó al suelo y Peter vio a Jessie.
-¡Jessie! -exclamó Peter sonriendo.
-¡Sabía que estarías aquí! -respondió Jessie con cara de orgullo- Vamos Peter, tenemos problemas.
-¿Qué pasa?
-El misil acaba de ser disparado, se dirige a su objetivo; y si no lo detenemos antes de que esté a cincuenta metros del objetivo, ya no podremos hacer nada.
-Vamos.
Los hermanos Hamilton salieron de la casa de espejos y se reunieron con sus amigos; por suerte, Michael y Reegan los guiaron adonde los matones operaron el misil y Rebecca se sentó en frente de la computadora.
-¿Qué vamos a hacer? -preguntó Mackey.
-Nuestra única salida -afirmó Rebecca- es hacer que el misil busque otro blanco. ¿Pero cuál?
Todos se quedaron pensando, hasta que Peter tuvo una idea. Sacó el Peterphone y llamó a alguien.
Llamó a Poncho, quien tenía una emergencia.
-¡Desagüe! ¡Desagüe! ¡Desagüe!
Poncho tenía que ir al baño, llegó a él y esperó hacer sus necesidades; de pronto escuchó el sonido de su celular, lo contestó y habló con Peter.
-¿¡Qué!? -preguntó Poncho.
-¿Poncho? -dijo Peter.
-Peter. ¿Qué sucede?
-¿Cuáles son tus coordenadas? Si entendiendo. 45 grados latitud, 67 longitud. ¡Anótalos Rebecca!
Rebecca los escribió y el computador los transmitió a la antena, la cual reaccionó e hizo que el misil buscara un objetivo diferente al de el Primer Ministro de Irlanda.
Mientras tanto, Poncho se hizo varias preguntas.
-¡Qué raro! ¿Por qué Peter me preguntó mis coorednadas? ¿Y qué es ese sonido?
Luego Poncho se relajó e hizo lo suyo. De pronto el mismo misil lo ubicó y pasó los cincuenta metros; llegó a su objetivo y se estrelló provocando una poderosa explosión en los baños.
Entretanto, Jessie cogió el Peterphone, pero escuchó advertencias del teléfono.
-¿Poncho? ¿Poncho? ¿Poncho?
El teléfono contestó: "El número que marcó está errado, por favor, espere y llame nuevamente"
Jessie colgó y miró de forma sospechosa a Peter.
-Peter -dijo-. ¿Por qué llamaste a Poncho?
Peter, de forma pícara, trató de guardar discreción.
-Eh... Pues... Bueno...
Entretanto, el baño del lugar se encontró destrozado, lleno de escombros y de humo. Pero Poncho estaba con la cara quemado y la ropa arrancada.
-Ay! ¡Ay! ¡Hamilton, te odio! ¡Te voy a matar por esto!
Luego se quedó inconsciente y llenó de escombros.
Después de unos minutos, había llegado la policía Metropolitana de Dublín, así como la Garda Siochána. Los matones y Abigail fueron arrestados, los chicos ayudados, los residentes locales interrogados y el Amo de las Ilusiones desaparecido: dijeron que buscaron por todas partes, pero que sólo encontraron su máscara, la cual fue confiscada.
Por su parte, un comisionado de policía de Dublín se acercó a los chicos con alegría.
-¡Chicos! -dijo ¡Buen trabajo! Ustedes evitaron que Irlanda sufriera una tragedia, son unso héroes. Felicitaciones.
Todos los chicos se sonrojaron y dieron las gracias, pero de pronto, apareció el policía barrigón y barbudo, con el uniforme sucio, completamente calvo, y con mirada de poco amigos.
-¡Allí están! -exclamó furioso.
-¡Oh no! -dijo Michael pasmado- ¡Es ese policía!
-¡Tú! -dijo éste- ¡Eres el culpable de mi infortunio! ¡Me las van a pagar todos ustedes!
El policía los persiguió y los chicos escaparon, tratando de evitar la furia de este policía, quien no olvidó lo de la bomba, la rampa, las donas y las tazas de café.
En la noche, los chicos regresaron al hotel y celebraron su victoria.
-¡Salud! -todos bebieron las copas de soda irlandesa.
-Lo logramos amigos -dijo Peter-. Evitamos un día de infortunio y nos alabaron como héroes. ¡Somos los mejores!
-¡Yeeah! -exclamaron todos.
-Gracias amigos -dijo Reegan-, ustedes me ayudaron arecuperar la fe en mi país y en mí misma, y también a ti Michael, que me protegiste y me ayudaste a recuperar esa fe. ¡Eso me recuerda!
Reegan se acercó a Michael y le dio un beso en la mejilla.
-Te lo mereces Michael -concluyó Reegan sonriendo.
Michael se sonrojó y Peter y Mackey lo molestaron.
-¡Qué románticos! -exclamó Mackey- ¡Michael y Reegan sentados en un árbol! ¡B-e-s-a-n-d-o-s-e! ¡Primero el amor, luego el matri...
-¡Cállate Mackey! -dijo Michael avergonzado.
-¡Oh vamos Michael! -exclamó Peter- ¡Por una vez en tu vida, coopera! ¡Michael tiene novia! ¡Michael tiene novia! ¡Michael tiene novia!
-¡Cállense los dos idiotas!
En ese momento, oyeron una llamada teléfonica; Peter fue y la contestó.
-¡Alo!
-¿Peter Hamilton?
-Sí.
La llamada venía... del Áras an Uachtaráin (El palacio presidencial) y la persona era... La Presidenta de Irlanda.
-Soy la Presidenta de Irlanda, y quiero agradecerles a ustedes, a sus amigos, y a Reegan O'Hara el haber arriesgado sus vidas para salvar a Irlanda del desastre.
Todos escucharon y se pusieron muy contentos, festejaron, bailaron y celebraron a lo grande, aunque Peter se quedó pasmado y alagado.
-¡Muchas gracias señora Presidenta!
-En agradecimiento a esto, los quiero invitar a una cena especial en el palacio presidencial, para vitorear su logro y pasar un rato genial.
-¡Con mucho gusto señora presidenta! ¡Aceptamos!
Todos festejaron y la Presidenta se sintió contenta, entretanto, Peter fue con sus amigos y dijo:
-¡Chicos, somos unos héroes! ¡Iremos al palacio presidencial a celebrar! ¡Vamos Equipo Hamilton!
-¿Equipo Hamilton? -preguntó Rebecca- ¿Así nos vamos a llamar?
-Sí así lo quieren amigos -dijo Peter sonriendo-. Ese será nuestro nombre.
Todos estuvieron pensativos, pero a lo último...
-¡Equipo Hamilton! -dijo Jessie.
-¡Equipo Hamilton! -Mackey.
-¡Equipo Hamilton! -Anette.
-¡Equipo Hamilton! -Michael.
-¡Equipo Hamilton! -Rebecca.
-¡Equipo Hamilton! -Peter.
-¡Hurra por el Equipo Hamilton! -terminó Reegan.
Así todos festejaron y celebraron su nuevo nombre: El Equipo Hamilton.

Final de "Leprechaun" pero el Equipo Hamilton volverá en... "Los chicos contra Cabeza de Piña"
Datos del Cuento
  • Categoría: Aventuras
  • Media: 6.21
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