La llegada del Mesías.

(Historias Bíblicas para niños. 88)

En esta historia analizaremos cómo Jehová Dios nos revela que Jesús de Nazaret es el Mesías prometido, es decir, su Ungido, o Cristo, enviado o escogido por El. Entonces, ¿cómo podría la gente reconocer al Mesías?. ¿De qué forma lo haría?.

Dios mismo se encargaría de revelar su identidad. Cuatrocientos años después de terminar las Escrituras Hebreas, un ángel llamado Gabriel se le apareció a María, una joven que vivía en el norte de Galilea, en Nazaret. Gabriel le anunció a María que iba a tener un bebé. Aunque ella era virgen, Dios haría que quedara embarazada por medio de su fuerza activa, es decir, su espíritu santo. Este niño sería el prometido rey que gobernaría para siempre. En realidad, Dios transmitiría la vida de su Hijo Unigénito, que hasta ese momento vivía con él en los cielos, a la matriz de María. Jesús no fue engendrado por un hombre y una mujer. Su Padre fue Jehová Dios, pues él mismo lo creó. De hecho, fue su primera creación [Lea en su Biblia, por favor, Colosenses capítulo 1, versículo 15 al 17] Como Dios le dio la vida, puede decirse que Jesús es su Hijo. Después, Jehová utilizó a este Hijo espiritual como “obrero maestro” para crear todas las demás cosas, incluido el universo. [Proverbios 8:30].

María aceptó con humildad aquella extraodinaria encomienda. Su prometido, un carpintero llamado José se casó con ella después de que Dios le enviara un ángel para explicarle la situación. Ahora bien, recordemos que se había profetizado que el Mesías nacería en Belén, no en Nazaret [Miqueas 5:2] ¿Cómo se cumpliría esa predicción, si dicha localidad estaba a unos 540 kilómetros [90 millas] de allí?.

Poco después, un gobernante romano ordenó un censo y toda persona debió registrarse en su lugar de origen. Por lo visto, la familia de José y María eran de Belén, asi que ambos viajaron allí cuando quedaba poco tiempo para que ella diera a luz [Lucas 2:3] Jesús nació en un establo, y tuvo que ser acostado en un simple pesebre. Entonces, en un campo cercano, una multitud de ángeles se apareció ante unos pastores y les anunció que acababa de nacer el predicho Mesías, o Cristo.

También habían otras personas que darían fe de que Jesús era el prometido Mesías. El profeta Isaías había predicho que alguien prepararía el camino para la crucial obra de Cristo [Isaías 40:3] Ese hombre fue Juan el Bautista. En cierta ocasión, al ver a Jesús, exclamó: “!Mira, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!”. De inmediato, varios de los seguidores de Juan se hicieron discípulos de Jesús. Uno de ellos afirmó: “Hemos hallado al Mesías”. [Juan 1:29, 36, 41].

Pero el testimonio más convincente aún estaba por darse. Cuando Jesús fue bautizado por Juan, Jehová Dios lo nombró Mesías por medio de su espíritu santo y dijo: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado”. [Mateo 3:16, 17] !Por fin había llegado del Mesías prometido!.

Pero, ¿Cuándo sucedió esto?. En el 29 de nuestra era, justo cuando se cumplieron los cuatrocientos ochenta y tres años predichos por Daniel. En realidad, estas son solo algunas de las muchas pruebas que demuestran que Jesús es el Mesías.

La información sobre esta historia esta basada en los capítulos 1 al 3 de Mateo, el capítulo primero de Marcos, el capítulo 2 de Lucas y el capítulo 1 de Juan. Hemos podido brevemente responder tres preguntas: ¿Cómo dieron testimonio los ángeles de que Jesús era el Mesías?. ¿Qué hizo Juan el Bautista para dar fe de que Jesús era el Mesías?. ¿Cómo demostró Jehová Dios que Jesús era el Mesías?. Si repasas la historia puedes  hallar por tí mismo la respuesta a estas interesantes preguntas que nos demuestran cuándo fue que llegó el Mesías a la Tierra.