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La historia de la luna

En una noche estrellada, con la luna reinando en el más alto cielo, dormían muy tranquilas dos pequeñas niñas.

Era tarde ya, cuando una de las niñas; Natalia, se levanto soñolienta a por un vaso de agua. Después de tomárselo, se dirigió a la cama, no sin antes mirar por la ventana. Al ver la luna tan luminosa y llena, sintió curiosidad de saber porqué hoy, estaba toda redonda y blanca, y otras noches no se veía nada de su redonda cara. A su espalda sintió unos pasos, y sabiendo que era su hermana Teresa, se volvió hacia ella para compartir su curiosidad. Al oír tanto cuchicheo, su tía, que las cuidaba por las noches, cuando su mamá salía a trabajar, se acercó a la ventana, a ver qué tanto estas curiosas niñas miraban.

¿Qué hacéis despiertas tan tarde, nenas?-preguntó su tía viendo sus caritas adormiladas. Tita, me levanté a por un vaso de agua,-dijo Natalia- me asomé a la ventana y vi la luna, ¿Has visto que grande está hoy, tita? Si, Nati,- dijo su tía- hoy es luna llena, por eso se ve redonda y toda blanca. ¿Y por qué no está siempre así de grande?-preguntó Teresa, ya más despierta por la curiosidad. Bueno, cariño, es una historia larga, pero si la queréis escuchar, tendréis que acostaros en la cama. Yo me acostaré con vosotras, así os puedo contar la historia de la Luna. Sí, tita “porfa” – pidieron las dos niñas entre saltos. Está bien, nenas, vamos a la cama.

Una vez acostadas las tres en la cama, la tía de las curiosas niñas, empezó su historia:

La luna es parte muy importante en nuestra vida, porque es la guardiana de los niños que están por nacer.- No entiendo- dijo Nati con cara desconcertada- Te lo explicaré, cariño- contestó con paciencia su tía.- ¿Habéis visto esas mamás en el colegio, que tienen unas barrigas muy redondas y grandes?- las niñas asintieron con la cabeza- pues dentro de esas barrigas hay un bebé, creciendo para poder venir al mundo. Su mamá se ocupa de que ese bebé esté sano y se fortalezca dentro de su tripa, para que al nacer, pueda llorar con mucha fuerza y no se ponga malito. Pero,- siguió contando su tía- los bebés, antes de nacer, son angelitos del cielo a los que guarda la luna, hasta que sea el momento de nacer. Por eso, hay días que la luna está llena y hermosa como hoy, porque está llena de angelitos que tienen que nacer. Después, llega un momento, que ya no puede más, así que va entregando los angelitos a sus mamás, para que ellas puedan traerlos al mundo y se conviertan en hermosos bebés. Poco a poco, la luna se va desinflando, a medida que va entregando los angelitos a cada una de las mamás, hasta que llega un momento, en que está vacía, y desaparece. Ese día, la luna lo toma de descanso, y deja a sus amigas las estrellas, a cargo de cuidar los sueños de cada niño, niña o bebé que esté durmiendo, para que puedan ser dulces y no tengan miedo.- Pero tita,- interrumpió Tere- si los angelitos están con la luna, ¿no saben que sus mamás les quieren?- Su tía se acomodó hacia atrás y le explicó. – Los angelitos saben que son queridos, porque sus mamás les quieren tanto que su amor llega hasta la luna y  más lejos aún. – Las niñas estaban con los ojos muy abiertos mirando a su tía y escuchando atentas la hermosa historia- Después de ese día, la luna vuelve a ocupar su lugar, y empieza a recoger angelitos, que pronto han de nacer para cuidarlos y mimarlos hasta que llegue su hora de llegar al mundo, y estar junto a sus mamás.- Pero tita, - dijo Nati con curiosidad- ¿de dónde saca la luna tantos angelitos?- Su tía sonrió y contestó- La luna, le pide a Dios los angelitos, para complacer a las mamás que tanto quieren tener un bebé, y Dios, que es tan bueno, le da a la luna, los angelitos que ella pida, para que puedan convertirse en los bebés hermosos que las madres acunarán con tanto cariño. Así, cada vez que veáis la luna grande y hermosa como hoy, sabréis que dentro de muy poco, muchos bebés irán naciendo, pues la luna está dando su angelito a cada mamá, y si veis que la luna no está en el cielo, es porque tiene su día de descanso. Eso sí, no tengáis miedo, porque las estrellas están cuidando vuestros sueños. Sabed, que la luna, nunca deja de cuidaros, una vez os entrega a vuestra mamá, siempre está en vuestros sueños, para que no tengáis miedo.- Tan concentrada estaba la tía en su historia, que no se dio cuenta que sus pequeñas niñas estaban dulcemente dormidas con una sonrisa en los labios. Con cuidado se levantó de la cama, y tapando a las pequeñas, les dio un dulce beso a cada una y les dijo- Soñad con los angelitos, que pronto serán vuestros amigos, preciosas.- Y mirando una vez más a la luna, se dirigió a su cama a soñar con un angelito en especial, que pronto estaría en sus brazos.

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