Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento

La cigüeña que aprendió a viajar

Las cigüeñas son aves de color blanco y negro, grandes y a las que les gusta mucho viajar por el mundo. Son tan viajeras que cuando llega el invierno suelen marcharse a países más cálidos, como los del continente africano, desde su casa en Europa. 

Llegaba el invierno cuando a la pequeña cigüeña Popita le empezó a entrar miedo. Popita vivía en un campanario de un pueblecito de Ciudad Real en España y era lo único que había conocido hasta ahora. 

Una tarde, cuando el sol ya empezaba a desaparecer, dando paso a un fuerte viento, su madre le dijo:

-Popita, ya empiezas a ser una cigüeña mayor y tus alas son fuertes para volar conmigo y con tus primas para otras ciudades. Aquí llegará el invierno y nosotras sobrevivimos peor en estas zonas – dijo Mamá Popi.

Popita se quedó parada, cerró su pico naranja y pensó si contarle a tu madre o no todos esos miedos sobre los viajes hacía otras tierras. 

-¿Qué te pasa, mi piquito favorito? ¿Tienes miedo? -dijo Mamá Popi, tocando tiernamente la cabeza de su hija.

-Si, mamá -respondió Popita-. Pienso que mis alas no soportaran el vuelo, que allí nos costará encontrar para comer. Además, me da pena no ver a mis amigas hasta el próximo verano.

-No te preocupes Popita, por el camino tenemos muchos sitios para reposar para que no te canses mucho -respondió su mamá-. Ya sabemos que es tu primer viaje. Además no cruzaremos por el mar mediterráneo para evitar muchas corrientes de aire. Por lo de la comida no te preocupes, todavía eres joven y para eso está mamá, para cuidarte. Y tus amigas al final tendrán que pasar por su propia vida, así que probablemente en invierno jugaríais menos.

Popita se quedó más tranquila y esperó a que llegará el día de partir hacia tierras africanas. El día llegó y mamá tenía todo preparado, el nido bien guardado en el campanario, las alas bien fuertes y limpias.

Le recordó a Popita todo lo que había aprendido en los entrenamientos de vuelo y, cuando acabó la prueba, alzaron el vuelo.

Popita, de repente, quedó asombrada. Vio cómo el mundo se alzaba bajo sus pies y abrió su pico de felicidad. El viento movía sus plumas de una manera deliciosa y se cruzaban con un montón de aves que las saludaban y parecían muy contentas también.


Cuando llegaron a África volaron por encima de un montón de lagos, aprendió a cazar algún insecto, construyó el nido con mamá y con las primas Polita y Petrina. Sus primas entendían su ilusión, porque era su tercer viaje y recordaban todas las aventuras que habían vivido el primer año. 

Popita disfrutó del viaje corriendo mil aventuras con ellas y, cuando llegó el invierno y estuvo de regreso al campanario de su viejo pueblo, en Ciudad Real, les dijo a todos que había aprendido una lección:

-Viajar no es solo moverse de un lado a otro, es aprender cosas de uno mismo y descubrir las cosas más interesantes de lo que nos rodea.

Datos del Cuento
  • Categoría: Infantiles
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 530
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 54.198.45.0

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.633
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.508
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 53.552.815