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Categoría: Religiosos

La Vocación

-Mamá he decidido ser religioso, consagrar mi vida al servicio del Señor en todos los hombres sin atarme a nadie en exclusiva.
Serían las 5 de la tarde de aquel 22 de noviembre de 1972 y Daniel empezaba así el diálogo con su madre, tiene 19 y es hijo único de una próspera familia limeña donde el padre lleva ya fallecido 3.
La madre quedó anonadada, no se imaginaba siquiera a su hijo entrando a misa y ahora le salía con que quería ser religioso.
-Vamos no digas disparates, sino quieres trabajar no tienes que inventar tonterías.
-No es ningún disparate, madre, y ni invento nada ni quiero escapar de algún problema. Es que siento mi vida de otra manera, no puedo seguir viviendo sin sentido y no digas nada porque no voy a cambiar de opinión.
-¿Cómo que sin sentido? ¿Qué son los estudios que tienes? Daniel, piensa un poco y verás que tengo razón. Hijo, yo te quiero y quiero también lo mejor para ti y sé muy dentro de mi que debes terminar tu carrera en la universidad.
-¿Lo mejor para mi madre? ¿Qué es lo mejor para mí? Satisfacer tu orgullo, sentirte oronda y ufana porque todos tus conocidos te dicen buena madre porqué me pagas los estudios de una profesión lucrativa? Madre soy tu extensión, pero tengo derecho a vivir mi vida, tengo derecho a equivocarme por mí mismo. Sé que me quieres y quieres mi bien, por eso te pido que respetes mi decisión, siento que es lo mejor para mí además ...
-Daniel, Daniel, calla, nunca, nunca Daniel, tú nunca me habías hablado de esta forma, increpándome, rechazando mis argumentos, riéndote de mis sentimientos. Dios que he hecho para tener un hijo tan ingrato, pero si me desvelo por hacer de ti un hombre de provecho, respetable, con una posición sólida en la vida. Mi Daniel, le acarició los cabellos con sus largos dedos delgado y ágiles, que te han hecho, quién te ha puesto contra tu madre?
Nadie me ha puesto contra usted mamá María, nadie y no diga eso que me parte el corazón, pero lo que usted dice posición respetable, hombre de provecho es una forma muy elegante y educada para decirme desentiéndete de los demás, busca el dinero, vive para eso, si el día tiene 25 horas diarias pues trabájalas. No te detengas ante nada pues nada es más importante que el dinero. Madre es que no se da cuenta que esta casa que nos dejó mi padre es fría, inerte. Yo no quería tantas cosas hubiera preferido tener más tiempo a papá con nosotros, gustoso cedería todas estas cosas con tal que papá estuviese con nosotros. No me importaría ser pobre si es que una familia puedo ganar. Busca dentro de ti mamá María, busca muy dentro de ti y verás que tengo razón. Por otro lado madre no te he dicho que quiero ser ladrón, muy por el contrario si vieras lo feliz que soy cuando siento que soy necesario en la labor pastoral que realizo, si vieras eso María sabrías que realizado estoy.
Ambos callaron, por primera vez María había escuchado que su hijo en un amistoso tono de voz la había llamado por su nombre, es ese momento supo que no necesitaba ver la labor pastoral de su hijo para saber que no se había equivocado y también descubrió que había encontrado un amigo que la conocía profundamente, por eso dijo:
-Ve Daniel, desde hoy soy tu más grande apoyo en tu decisión, pero escucha bien esto, te aseguro que voy a partirte la cabeza si flaqueas y quieres salirte.
-Oh mamá,
-Nada, nada de mamá, ya te dije te parto la cabeza y nada de mamá. Luego rieron. No María no le partió la cabeza nunca a Daniel.

-Monseñor, Monseñor...
-Eh Oh, si...
-Monseñor, le pregunté hace media hora sino se había equivocado de vocación, estoy esperando su respuesta.
- Qué día es hoy preguntó el obispo Daniel al reportero.
- Pues 24 , respondió.
- Si 24 de marzo del 2003, llevo 30 años de vida religiosa hijo y te aseguro que si volvería a nacer, volvería a elegir ser religioso. Y volvió a fijar su vista en el cuadro de una pareja de esposos que colgaba al frente de su despacho, su vista se perdió lejos, muy lejos...
el reportero supo que no volvería a decir nada porque no había nada más que decir.
Datos del Cuento
  • Categoría: Religiosos
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