Estoy cansado de que primero pongas tú cara mansa para luego mostrarme sólo tu mejor lado como si yo no supiera cual es el temible plan que se oculta bajo tu manto de supuesta felicidad. Te quieres burlar de mí cuantas veces se te antoje, quieres que quede claro cual de los dos es más tonto y te aprovechas de mí por que sabes que en eso yo te llevo cierta ventaja. Tratas de dejarme en ridículo pero ya no lo voy a permitir.
Me engañaste un par de veces, te presentaste bajo un tierno e inocente prospecto cuando yo poco sabía de ti y justamente de eso te aprovechaste para caer fácilmente en tu sucio plan. Habrás pensado que una simple mirada era razón suficiente para que yo muy ingenuo creyera en esos ojos que ahora no voy a ver. Maldito perverso pues si tú me pones el pie yo no me vuelvo a caer. Piensas que no puedo vivir en soledad seguramente por que me has visto muy acompañado últimamente, hoy alegremente te digo que precisamente de la soledad nacen mis misterios y en ella se esconde mi fuerza y mi verdad tal vez no por que quiera, sino más bien por que no tengo más remedio que perderme y encontrarme en ella.
Adoptaste un dulce nombre que me encanto y fingiste muy bien que te gustaba el mío. Me hiciste creer perfecto y seguro, la mirada antes pálida, ya no se me perdía en el piso, ahora atravesaba el horizonte buscando un futuro o tratando de imaginarme uno sin saber que él sólo estaba invitado mis penas. No contento o contenta, pues ignoro a que sexo perteneces, con engañarme también robaste lo poco bueno que escondía dentro de mí. Aquellas cosas que con inocencia envolví ahora se han quedado contigo, en el egoísta placer que no te permite usarlas.
Debo ser presa fácil para ti y de mi sensibilidad te basas para cometer tus fechorías. No puedo luchar contra mi naturaleza y bajo mi escudo de cruda seriedad se esconde mi franco débil. Pegas donde más duele canalla, suerte que ahora estoy armando y te advierto que la guerra esta declarada.
No seré más tu esclava marioneta que esta dispuesta a ir a donde más se te antoja. Ese idiota se murió. Ahora ambos nos miraremos de frente y serenos enemigo dignos de enfrentar, cada cual con su mejor estrategia: Tú con las más dulces armas y yo con el corazón o lo que queda de él, no importa. Basta de llantos y de dar miles de vueltas en la cama. Adios a ese trago de alcohol, perdí algunas batallas insignificantes pero no todo el proceso de la guerra. Me atacaste por la espalda, cobarde, no tuve posibilidad de reincorporarme pero todo esta vez será distinto. Yo también se jugar sucio, te advierto, soy un buen enemigo cuando de luchar se trata y siempre guardo un as bajo la manga.
Y si no lo has notado aún siendo tan listo, ahora bien lo sabes: Te estoy declarando la guerra, amor.
Que manera mas bella de expresar un amor, un amor que hace daño, sin embargo... Ya había opinado sobre otro cuento de Jesús Salcedo(En el cielo no estás), a pesar de que esa vez quedó mi comentario, ahora no está, ¿...? en todo caso en esa ocasión también encontré bellísima tu prosa, la atmósfera que creas, el final que das, en fin, soy tu admiradora.