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La Española Cuando Besa... ¡Olé Cap.4!

“La española cuando besa... ¡Oooolee!
Capítulo – 4
“Luna lo paseo”

Pasamos una velada inolvidable en la discoteca “Yesterday”.
Ahora estamos subiendo por el ascensor a mi habitación.
Ella conmigo.
Las mariposas en el estómago aletean más aprisa. Mi corazón también entró en un ritmo acelerado.
Soñé tanto con que fuera mía.
Ella me dedica sonrisas pero no puede ocultar su nerviosismo.
Abro la puerta, ella pasa. Pongo el cartelito de “No Molestar”.

La habitación es preciosa y llena de lujosos detalles tanto en su moblaje, cortinas, adornos, cuadros, etc. Y esa terraza tan romántica.
El ambiente es sumamente agradable y acogedor.
Ella parada en medio de la habitación la observa girando sobre sí misma. Mira las luces del techo, las difusas en las paredes. El bar, la sala, la terraza y por supuesto... la cama.
Por el inmenso ventanal se ve la enorme luna asomando entre las montañas lejanas...
Me acerco a ella. Me regala una sonrisa pero la noto tensa.
Empezamos a besarnos... pero al menor roce se sobresalta.
Algo no está bien.
Le pregunto si se siente bien, si está a gusto.
Julieta – No... esteeee... si... ¡Ay!... Perdóname pero “no puedo”.
Una lágrima le asoma. Se aparta.
Miro a ninguna parte mientras “razono” lo que está pasando.
Rubén – Quieres explicarme que era “todo aquello” en la discoteca.
Me dijiste “guarda tus deseos y tus besos para más tarde”.
Julieta – Se lo que dije pero es que yo nunca estuve con otro hombre que no fuera mi ex marido y me siento mal. Te deseo pero me “bloqueo”. ¿Podrías entenderme?
Rubén - ¡Ah!.. tu “ex”. Ahora si te entendí.
¿Entonces qué hacemos?... Ya se.

Tomo el teléfono – ¡Llámalo! Que venga a darse la fiesta contigo. La habitación está pagada... recojo mis cosas y te dejo tranquila.

Julieta – ¡Por favor! Deja ese teléfono, no lo necesito.
Rubén – Está bien. Tu sabes que en lo que atañe a estas “cosas”
las que mandan son las mujeres y si tú “no quieres” ... ni modo.

Me voy a la terraza.
Me pongo a ver la luna que asoma enorme entre las montañas.
Ella se acerca y me dice algo... yo no la escucho. La dejo sola.
Voy al refrigerador a buscar un refresco. Saco una botella de agua tónica y un limón.
Ella llega.
Parto el limón, lleno el vaso con el refresco y agrego el jugo.
Julieta - ¿Podemos hablar?
Rubén - ¿Y de qué se supone que hablaremos... de tu “bloqueo”?
Yo no soy psicólogo, perderíamos el tiempo.
Mira... es tarde, mejor vamos a dormir.
Me observa como una oveja que ve pasar al lobo.

Rubén – No te preocupes... yo dormiré en el sofá.
Julieta queriendo “diluir” la tensión - ¿No vas a convidarme de tu refresco?
Rubén - ¡¿Qué?! ... ¡Ah... claro!... aquí tienes.
Se lo dejo sobre la mesa y me voy al sofá.
Ella apaga la luz, se desviste en lo oscuro y se acuesta.
Rubén – Debajo de las almohadas está la pijama. Puedes usarla.
En la penumbra noto que se la está poniendo.
Cierro mis ojos e intento dormir.
Al rato Julieta - ¿Estás dormido?
Rubén – ¡Si!
Julieta – Deberíamos hablar.
Rubén - ¡De acuerdo! Escribe a mi correo mañana lo leeré.
Julieta dos minutos después - ¿Estás enojado?
Rubén – Pero bueno... ¿es que no me vas a dejar dormir?
Julieta - ¡Si! Estás enojado.
Rubén – Ni yo se como estoy. Dudo que tú lo sepas.
Lo único que si se es que te amo. Aunque parezcas una escoba.
Julieta - ¿Cómo que parezco una escoba?
Rubén – Flaca y rubia... una escoba.
Julieta – No volveré a hablarte más nunca... no señor.
Silencio por un rato.
Julieta - ¿Sabes? Ahora se que eres “confiable”.
No le respondo.
Julieta – Me siento bien contigo... quiero decir que se que estoy a salvo, protegida.
No le respondo.
Al rato Julieta - ¡Ay! No quise decirte nada antes pero me parece que tengo un esguince en el tobillo. Me duele mucho.
Rubén - ¡¿Qué?!
Julieta – Si, en la discoteca...
Me dirijo a la lámpara que está sobre la mesita de noche y la enciendo.
Rubén - ¡Muéstrame! ¿Cuál tobillo te duele?
Julieta - ¡Ay! Es el derecho. Si me hicieras un “masajito”, eso me aliviaría.
Rubén – Pero si te torciste el tobillo un masaje no te haría bien. Mejor traigo hielo y mañana veremos un traumatólogo.
Julieta - ¡No!... hielo no. Mira mejor me sostienes hasta que me duerma.
Rubén - ¿Quieres que sostenga tu tobillo hasta que te duermas?
Pero bueno Dios mío... ¿Qué me estas “cobrando” al mandarme a esta mujer?
Julieta – Mi tobillo no ... a mí.
Me tumba sobre las almohadas y se “acomoda” abrazada de mí con su cabeza en mi pecho.
Alza su rostro y me mira - ¿No vas a abrazarme?
La abrazo.
Quince segundos después Julieta – Mejor apagamos la luz.

Se estira sobre mí y apoya uno de sus senos en mi cara.
Por supuesto que accidentalmente... pero tiene sus efectos en mis hormonas de INMEDIATO.
Continúa su “viaje” hasta la lámpara... ahora la zona cerca de mi cara huele a “desodorante íntimo”... no aguanto más.
Apaga la luz.
Rubén fingiendo estar “ileso” del ataque - ¡A dormir!
Julieta -¡Ni te atrevas!... yo no tengo sueño.
Rubén - ¡Qué karma Señor!...
Julieta – Mira al ventanal.
Miro y veo la luna enorme, como si estuviera cayendo a la Tierra.
Julieta reacomodando su cuerpo junto al mío – Qué noche tan romántica... ¿verdad?
¿Y si ponemos música y bailamos?
Rubén – Ni sueñes. En mi jaula ya no caben más conejos.
Julieta - ¡¿Qué?!
Rubén – Por lo que veo tú no sabes lo que es la “conejera”.
Julieta pecando de inocente - ¿Qué es eso?
Rubén – Mejor no te cuento. A propósito, ¿qué pasó con tu esguince?
Julieta con cara de “yo no fui” – Nunca vi una luna tan grande ¿y tú?
Rubén - ¡Mmmmmm! …Tampoco.
Me parece que esa luna ya me está afectando.
Julieta sonriendo - ¿Cómo te afecta?
Rubén con los ojos agrandados y las manos en garras – Cuando hay luna llena me convierto en lobo.
Julieta - ¡Tranquilo!..Cuando te hayas convertido... yo te sacaré a “pasear”.
Rubén – ¡Maravilloso! pero... se supone que deberías asustarte.
Julieta cubriéndose la cara con las manos - ¡Ay! Ya se te ve otro “colmillo”

No está viendo mi cara... es mucho más abajo.
Rubén relamiéndose – ¡Pero que ovejita tan parlanchina!
Creo que empezaré por comerle la lengua.
Julieta con los puñitos cerrados contra sus mejillas y la carita fingiendo susto tras la sonrisa - ¿Y ya me vas a comer?
Rubén – Si... a besos.
Julieta - ¡Ayyyyyyy!... salvaje, que eres un salvaje...
(Continuará)
Datos del Cuento
  • Categoría: Románticos
  • Media: 5.23
  • Votos: 57
  • Envios: 0
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Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
Pau
invitado-Pau 01-08-2004 00:00:00

Llevadero...sutil...gracioso...tierno...Capítulo de comedia romántica genial Pau

Nahimé Magrini
invitado-Nahimé Magrini 16-02-2004 00:00:00

pero no encuentro la continuación!!!!! está muy buena tu historia, muy linda y súper romántica... bueno... voy a seguir entrando para buscar la continuación, porque este cuento está alucinante nada más un beso nahi

Angel F. Félix
invitado-Angel F. Félix 12-02-2004 00:00:00

Joaquín describe con lucidez la reacción imprevisible de mujer se aferra con tozudez al ¡no!..., siendo accesible. ("La española cuando besa...(4)", de Joaquín Ledo)

Lourdes
invitado-Lourdes 11-02-2004 00:00:00

Fantástico este episodio. Las mujeres tenemos la manera de hacerlos caer a nuestros pies, pero en ocasiones no nos entienden. Lourdes

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