Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Terror

La Caja (2a parte)

Al principio creí haber leído mal, pensé en que mi mente obsesionada con encontrar algo que pudiera hacerme recordar, había entrelazado y conjugado las palabras haciéndome ver otra cosa que no se encontraba en realidad en el papel. Una segunda repasada desmintió mi teoría del juego de palabras creado por mi mente, en realidad lo que había leído la primera vez se encontraba ahí, plasmada en ese papel.
Mi mirada pasó del papel hacia el profesor, sin emitir palabra le hice saber la terrible impresión que aquel texto provocó en mí.
-¿Y bien? -preguntó el profesor-
-No entiendo
-¿Qué es lo que dice el papel profesor -preguntó Randy
-Míralo por tí mismo -le dije al momento de entregarle el papel al muchacho-
Mi mente se encontraba totalmente confusa, si bien no podía recordar algo sobre mí, mucho menos recordaría si es que yo había escrito esa nota.

Los jóvenes leyeron el papel y obvio era saber la reacción que tendrían. La atención de todos se posó inmediatamente en la caja.
-¿Es esto cierto profesor? -Preguntó Petterson-
No lo sé, eso es algo que sólo usted señor Garland, podría respondernos, claro de no ser por su amnesia.
Sin responderle nada arrebaté el papel, que en ese momento tenía Stan en sus manos, y pedí un bolígrafo que curiosamente traía el profesor en el bolsillo de su camisa, y me apresuré a escribir al reverso del papel, mi prisa tal vez por escribir provocó que las palabras que plasmé no tuvieran elocuencia alguna, pero lo importante era que el tipo de letra diera referencia a la del reverso. No había duda alguna, la letra resultante era idéntica a la del papel, endemoniadamente idéntica. Casi podía asegurar que aquel escrito me gritaba a risadotas, mofándose de mi incredulidad -Claro que fuí escrito por tí imbécil, que ¿no lo recuerdas?, mas el contenido del papel advertía algo que me provocaba escalofríos.

-La letra de ese papel se parece a la mía, pero eso no quiere decir que yo haya escrito tal texto -advertí-
-Ese es un punto bastante discutible -contestó el profesor-
-¿Entonces es cierto o no lo que dice el papel? -cuestionó Randy-
-Creo que sólo lo sabremos abriendo esa caja -dijo el profesor-
-No estoy muy seguro de querer abrirla -repliqué al instante-

Todos voltearon a verme al mismo tiempo. -¿De qué está hablando? -me dijo Stan-
-¿Acaso pretende negarse a abrir la caja? -prosiguió Petterson- ¿A qué le teme?
Me sentí amedrentado por los chicos, pero mantuve la calma.
-Usted mismo ha dicho que no recuerda haber escrito eso, ¿que tal si sólo es una broma mal intencionada?
Fuese broma o no, tenía un mal presentimiento a cerca de esa caja.
-Pues sea como sea, la llave se encontraba en mi poder cuando me encontraron, de tal forma que yo soy el propietario de la misma y quien ha de decidir si se utiliza o no. -La determinación en mi voz provocó un silencio en el lugar, que casi enseguida fué interrumpido por Petterson-
-Pues sea usted el dueño de esa llave o no, sea usted quien escribió el papel o no, no será usted quien impida que veamos qo que hay dentro.

La hostilidad fué en aumento, pero gracias al profesor las cosas se calmaron un poco.
-Calma chicos, calma. Mire señor Garland, cierto es que después de haber encontrado esta caja y ese papel, ha despertado en nosotros una cierta inquietud. Usted es sin reproches el dueño de la llave, eso no lo voy a objetar, pero tome en cuenta algo, quizás lo que hay dentro de esa caja es en verdad algo inmensamente sorprendente y magnífico, algo que puede ser el mayor descubrimiento del hombre en todo la historia de este mundo.
Lo que el profesor decía tenía su punto de certeza.
-Quizá lo que usted vio allí es de una magnitud tan grande que al verlo por primera vez sintió una sorpresa tal, que la confundió con el temor. Y ahora señor Garland, podemos ser testigos de esa magnitud si usted accede a darnos la llave.
Tentado estuve a entregársela, pero tal vez soy muy necio y no sentía adecuado abrir la caja, o tal vez es que soy muy cobarde y esa caja me daba algo de temor, así que me negué una vez más.

Los tres chicos prácticamente me fulminaron con la mirada cuando respondí -¡No!, no quiero abrirla-
-¡¿Pero quien se cree usted para colgarse esos caprichos?! -Me gritó Petterson-
-¡Alto! -dijo el profesor a Petterson, quien casi se me lanzaba encima con ira- Hay otra cosa que debatir señor Garland, supongamos que no abrimos la caja, en cualquier momento pueden llegar los rescatistas de la universidad, se dan cuenta del descubrimiento, abren la caja y ¡al diablo todo!, el crédito se lo adjudicarían ellos Garland, nosotros seríamos desechados, aunque quien hubiera descubierto esa caja fuéramos nosotros. De esta forma, ¿no le parece que es mejor abrir la caja de una buena vez y tomar lo que es nuestro?

Admito que las palabras del profesor tenían mucho poder, pero aún así no me dejé influenciar por ellas.
-Es muy posible lo que usted dice profesor, pero al menos debemos estar seguros de lo que pueda ocurrir al abrir la caja. Les propongo una tregua, llevemos la caja al campamento, pero no la abriremos hasta llegar a la capital, cuando hayan llegado por nosotros no diremos palabra alguna sobre ella. Estando en la capital la abriremos los cinco presentes, lo único que les pido es tiempo para recordar lo que contiene.
Un largo silencio se hizo presente, luego habló el profesor:
-Bien -dijo- así lo haremos
-¡No profesor!, él no puede obligarnos a esperar
-¡Así lo haremos! -repitió el profesor- Pero una cosa debe quedarle en claro señor Garland, abriremos la caja al llegar a la capital, haya o no haya recuperado usted la memoria.
-Bien -no tuve opción más que aceptar-

Tomamos con cuidado la caja, que pesaba una enormidad en comparación a su proporción de tamaño, todo el viaje de regreso al campamento se realizó en absoluto silencio. Si antes los chicos apenas me dirigían la palabra, ahora era evidente que me tenían coraje, pero yo lo ignoré.
Llegamos a donde las tiendas de acampar y metimos la caja dentro de un baúl que sólo contenía algunas vasijas de aluminio. Yo me quedé con la llave de la caja y el papel, y el profesor sería el encargado de la llave del baúl, de esta manera ninguno podría abrir la caja sin necesitar del otro.

Para cenar había el mismo menú que en el almuerzo, carne seca y agua, las provisiones eran ya muy escasas, pero el profesor aseguraba que durarían más de dos días, tiempo suficiente, pues seguramente nos encontrarían en menos tiempo que eso.
Durante toda la cena sentí las miradas de los chicos, balbuceaban seguramente sobre mí, pero yo me limité a cenar y me retiré a dormir.
Pero dormir esa noche sería una compleja tarea, pues después de lo ocurrido no podría hacerlo con facilidad. Sin embargo el cansancio le llevaba ventaja a mi preocupación pues al cabo de unos minutos comencé a sentir los ojos pesados. No supe a que hora fue que me quedé dormido, desperté sin abrir los ojos, escuchaba un sonido a lo lejos, un sonido agradable, un sonido que pronto se convirtió en una voz, no podía entender lo que decía la voz, pero era bastante agradable escucharle. De momento pensé que continuaba dormido y que estaba soñando, pero abrí los ojos para cerciorarme y me dí cuenta de que la voz seguía ahí. Aumentaba de volumen cada vez más, ohh era una voz tan apacible, tan dulce. Me levanté y salí de la tienda, estaba demasiado oscuro. La voz se escuchaba más y más cerca, cuando de pronto me di cuenta de una cosa, la voz parecía provenir del baúl. Era seguramente la caja quien me llamaba con esa dulce voz tan exquisita. Me aproximé hasta el baúl, me sentí adormilado, comos i esa voz me maniobrara a placer llevándome hasta el baúl. Me paré justo frente al baúl observándolo detenidamente mientras la voz se balanceaba como un precioso péndulo entre mis oídos. -¡Oím Sere!, ¡Oím Sere!- repetía la deliciosa voz.
No entendía lo que decía, -¡Thomas Garland!- ¿mi nombre?, ¿había escuchado a esa dulce voz decir mi nombre? -¡Oím Sere Thomas Garland!-
Ahora estaba seguro que la caja me estaba llamando, -¡Oím Sere!- no dejaba de repetir la voz.
-Señor Garland, ¿Que está haciendo?
Una segunda voz interrumpió el mágico romance de mis oídos con la bella voz que provenía del baúl. Esta era una voz ronca y varonil, era el profesor. Me despabilé de pronto y di la vuelta, él me miraba frunciendo el ceño.
-Dígame Garland, ¿Que hace aquí?
-Solo caminaba un poco, no podía dormir -me apresuré a responder-
-¿Y caminaba justo en frente del baúl?
-No se preocupe profesor, no pretendía hacer nada, el acuerdo fué que abriríamos la caja estando todos presentos ¿no?, pues así será, de eso no tenga duda, tiene usted mi palabra.
Sin decir más tomé el camino hacia mi tienda y entré a ella, el profesor se quedó detrás de mí. Unos minutos después me asomé para ver si seguía ahí, pero al parecer había regresado a su tienda.

Desperté cuando el sol me golpeaba la cara directamente, escuché las voces de los chicos afuera. Me levanté con un poco de dolor de cabeza, pero seguía pensando en la voz, esa dulce y apacible voz.
-¡A desayunar Garland! -me dijo el profesor en cuanto me vio despierto-
El menú no me apetecía en lo más mínimo, pero tenía que comer algo. Nos sentamos en el tronco y comenzamos a desayunar. El profesor charlaba con sus alumnos, pero yo no le tomé ningún tipo de interés a la conversación, seguí pensando en esa voz, ¿Que podría haber sido?, ¿me había estado llamando en realidad esa caja?, mi mente daba vueltas. Dejé el almuerzo casi intacto, tomé el papel, lo leí nuevamente, trataba de acordarme de lo que pasó cuando escribí eso, pero no lo podía lograr. Casi sin pensar voltee el papel, al reverso se encontraba lo que había escrito, juegos de palabras mal escritas que no llevaban a ninguna parte, -debí haber estado sumamente nervioso al escribir esto- pensé, sólo así podía no haber escrito ni una sola palabra coherente. De pronto descibrí algo que me dejó pasmado, dentro del texto ortográficamente horroroso escrito por mí, resaltaban dos palabras justo al centro del papel, las palabras eran: ¡OIM SERE!, justo las palabras que la voz me había estado repitiendo una y otra vez. Me sorprendía en demasía, pero trate de no hacer notar mi exaltación a mis compañeros, no podía decirles lo que me había pasado la noche anterior, eso sólo aumentaría sus deseos de abrir la caja.
"OIM SERE", -¿Qué demonios signifíca esto?- Ahora mi mente se encontraba más confusa que nunca.
-¡Oím Sere!- ¡La voz!, nuevamente escuché la voz, me estaba llamando otra vez esa dulce voz, miré en direción al baúl, esa voz era tremendamente seductora, no escuchaba más que lo que me decía -¡Oím Sere!
-¡Garland!
La voz del profesor me despertó del trance en que estaba, la bella voz desapareció al instante.
-Estoy hablándole Garland, ¿en que nube estaba usted que no me hacía caso?
-Lo siento -dije- ¿que me estaba diciendo?
-Que es muy probable que lleguen por nosotros mañana por la mañana, así que sería sano tomarnos una distracción, que le parece si hoy indagamos por ahí, tal vez encontremos algo, digo, hemos venido aquí para buscar fósiles vegetales y minerales, más no hemos encontrado gran cosa, nos servirá de mucho buscar algo por aquí cerca, así dejaremos que pase el tiempo y no se haga tan tediosa la espera.

Asentí no de muy buena gana, pero igual tal vez si me serviría la caminata para distraerme un poco. Después de almorzar descansamos un poco y al medio día emprendimos la caminata. Me aseguré de traer conmigo la llave de la caja, sinceramente desconfiaba de los chicos.
-Nos separaremos para abarcar mayor campo -dijo el profesor-
Petterson, Stan y Randy partieron por su lado, mientras que el profesor y yo tomamos el nuestro.
El recorrido me pareció bastante aburrido, el profesor hablaba y hablaba, pero yo no le puse atención, sólo le respondía con un sí cuando me hacía alguna pregunta, comprobé qué tan aburrida era para mí la arqueología en ese momento. Tendríamos unas tres horas aproximadamente dando vueltas tratando de no alejanrnos mucho del campamento, el calor era potente y nos sentamos a descansar un rato, comimos un poco de carne seca que llevamos y continuamos charlando, el profesor hablaba de la universidad, de su labor en ella, de su familia, de cuanto trabajo le había costado estar en donde estaba, en fin, cosas que no me importaban a decir verdad. El tiempo se escurrió rápidamente, el sol ya comenzaba a caer, yo me encontraba fatigado y le propuse al profesor regresar al campamento. El aceptó sin vacilar, -tal vez los chicos ya hayan regresado también- dijo.

Caminabamos de regreso cuando unos gritos se alcanzaron a oir:
-¡Profesor, profesor!
-¡Que demonios! -dijo él-
Randy apareció detrás de unos árboles. -¡Profesor!, ¡Petterson!...
-¿Que pasa, que hay con Petterson?
-Se ha vuelto loco, hemos regresado al campamento, hablábamos sobre la caja, de pronto Petterson comenzó a gritar como loco y a decir que la caja le llamaba y que le ordenaba que la abriéramos. Intentamos calmarlo pero fué imposible, tomó una navaja y se la enterró a Stan, traté de detenerlo, pero me golpeó y caí al suelo, luego se lanzó sobre Stan y lo acuchilló salvajemente, yo no pude hacer nada y corrí hacia acá.
-¡Demonios! -Gritó el profesor y comenzó a correr hacia el campamento, Randy y yo lo seguimos.
Pronto llegamos allugar, a simple vista no encontramos nada.
-¿Dónde está Randy?, ¿Dónde está? -dijo el profesor mientras miraba hacia todas partes-
Corrí hacia mi tienda, y justo detrás de la tienda de al lado, se encontraban dos cuerpos salvajemente mutilidad. -¡Pro...profesor! -grité con horror-
El profesor observó con repugnancia los cuerpos, uno era el de Satn y el otro cuerpo era el de Petterson, pero, ¿Que acaso no era él quien había matado a StaVoltee a mirar al profesor, Randy se aproximaba detrás de él con una pala en mano y sonriendo maléficamente, sin dar tiempo a que el profesor se diera cuenta de lo que pasaba, Randy golpeó fuertemente al profesor en la cabeza, quien cayó al instante. Randy volteó hacia mí, y sin dudarlo se me abalanzó, lanzó un golpe con la pala que afortunadamente no fue certero. -¡La caja es sólo mía!, ¡Sólo mía!
Decía Randy totalmente fuera de sí, forcejeamos con la pala, me empujó y de nueva cuenta lanzó un golpe con la pala, ahora el golpe fue certero y me dio en un brazo, caí al suelo, Randy alzó la pala preparando un fuerte golpe, para mi fortuna caí al lado de una piedra de considerable tamaño, no dudé en tomarla t con el brazo bueno la lancé tan fuerte como pude, la piedra le dio justo en el estomago, Randy soltó la pala y se inclinó hacia atrás, momento que aproveché para tomar la pala, sin consideración alguna golpee a Randy con ella hasta que no respodió más.
-¡Thomas Garland, Oím Sere!
La voz, la voz otra vez, ahora esa dulzura de voz entró a mis oídos más fuerte que nunca, mientras miraba el cuerpo de Randy yaciente en el suelo, -¡la caja me llama!, ¡me llama!-
La voz se apoderó de mí, es como una embriaquez, me seduce con su dulzura, me llama y tengo que ir.
-¡Garland ayúdeme!
El profesor continuaba con vidad, estaba sangrando en el suelo, pero vivo.
-¡Ayúdeme Garland!
-¡Mátalo Garland!, ¡Mátalo!
La voz me dice que lo mate, me lo pide de una manera tan dulce, no puedo oponerme.
-¡Mátalo Garland, Oím Sere!
Me acerco al profesor, aún tengo la pala en mis manos.
-¡Por piedad Garland ayúdeme!
Levanto la pala y apunto directo al cuello del profesor...lo he degollado.
La llave del baúl se encuentra en el bolsillo de su pantalón -Eso es Garland- dijo la voz
Me dirijo hacia el baúl mientras la dulce voz me sigue llamando, he abierto el baúl, y ahí está esa preciosa caja, que no para de llamarme con su bella voz...

"Aún no sé que es lo que contiene, no recuerdo todavía lo que hay ahí dentro, pero ahora la tengo frente a mí; sé que me está llamando, como si fuera una especie de seducción, al fin lograré saber lo que esconde, al fin saciaré esa sensación que se apoderó de mí. Ya todo dejé atrás, no me importa lo que ocurra, esa hermosa caja y lo que hay en su interior es sólo para mí..."

...Tengo la llave de la caja en mis manos, ahh esa dulce voz, he introducido la llave al orificio, mi corazón late efusivamente, le doy vuelta hacia la derecha y un pequeño empujón hacia adentro...
La caja ha comenzado a abrirse poco a poco, la dulce voz se escucha muy bajo, luego aumenta el volumen, pero comienza a haber un cambio, se está distorsionando, mi corazón late más frenéticamente aún, siento algo, algo horrible oprimiéndolo, la voz se ha distorsionado horrendamente, ahora es acompañada de una especie de ruido que asemeja a un acorde estruendosp y desafinado tocado en un siniestro piano, otro sonido le sigue, y después otro, cada sonido me hace estremecer de terror. La voz que ahora es fangosa, oscura y abominable, parece comenzar a cantar, pero cielos, ni la melodía más oscura que haya existido sobre la tierra se le puede comparar a ese canto espeluznante.
La caja se ha abierto completamente...¡Dios santo! no lo puedo creer, ¡no!, es demasiado, es inaceptable, hay sombras, sombras y oscuridad, ahí dentro hay cosas monstruosas, cosas que la mente humana no podría ver sin volverse loco, son cosas que lastiman a mi mente, mi cabeza no lo soporta, intento cerrar los ojos para no verlas, pero es inútil, no puedo hacerlo, no puedo moverme. Ese olor, un olor pútrido, aceitoso y amargo. ¡Dios mío ayúdame!, me están tomando de los brazos, intentan arrastrarme hacia dentro, ¡esas cosas, esas cosas!, están ya al rededor mío, están saliendo, tengo que cerrar la caja antes de que sea demasiado tarde, ¡Están saliendo!...
...Me he dado cuenta, "eso" no estaba saliendo, era yo quien entraba, ahora estoy atrapado dentro de la caja, con esas cosas burlándose de mí, no puedo moverme, mis ojos lloran al ver cosas que no soportaría ver el ojo humano, mi naríz sangra a causa del hedor y mi boca, mi boca no puede pronunciar palabra alguna.
La voz sigue atormentando a mis oídos, veo una figura entre las sombras, la figura se acerca, de ella proviene esa voz abominable, y la escucho otra vez:
-¡Thomas Garland, Oím Sere!
"OIM SERE", lo entiendo, es sólo un juego de dos palabras dichas al revés: "ERES MIO"
La infernal figura se acerca cada vez más con su voz abominable y viene por mí.
Ahora sé que esa caja era una pequeña puerta al infierno.





*Termina la 2a parte y final de La Caja*

*Nota del Autor*
"Lo prometido es deuda y aquí está el final de La caja, espero y sea de su agrado, sus comentarios son bien recibidos"
Datos del Cuento
  • Categoría: Terror
  • Media: 5.97
  • Votos: 68
  • Envios: 2
  • Lecturas: 3517
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 35.153.156.108

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.633
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.508
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 53.552.815