Aquella tarde; fuimos a ver un partido de fútbol, que si no fuera porque yo lo vi, me parecería que fuera de ciencia ficción, pues eran dos equipos que estaban muy parejos en la clasificación, pero a los nuestros les salio un partido redondo, que casi cuando llegaban a portería marcaban gol, (pero no se créan que fallaba el portero, porque eran goles imparables).

Ya cuando llevaban 8, los espectadores hacíamos rayas en el suelo para apuntar los goles, pues se veía que aquello iba a terminar en una escandalosa goleada, y así fueron cayendo uno tras otro, la mayoría en la segunda parte, hasta terminar en 18-2, la mayor goleada que yo e visto y además entre dos equipos de un mismo nivel clasificatorio.

Los jugadores de ambos equipos (sobre todo los nuestros) al final no sabían como habían quedado, por eso le preguntaban al árbitro.