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LA ABEJITA QUE TOCABA MUSICA

Había una vez una abejita que estaba enferma, pero cada día que dormía soñaba que era la mejor tocando violín. Al día siguiente decidió entrar a clases de violín, tocó y tocó, hasta que aprendió. Y como tocaba tan bien, un día pasó un “busca talentos” y escuchó un sonido precioso, buscó de donde venía hasta que encontró la hermosa melodía que tocaba la abejita y le pregunto el “busca talentos”.

– “Hola ¿quisieras estar en una orquesta de violines? ¡Nos falta una abeja más!”

Y la abeja respondió: – “Claro que si”

Y el busca talentos le dijo: – “Vale, te doy mi contacto, y por cierto, soy Julio”.

– ” Yo soy Lola”.

– “Adiós, te espero mañana en mi oficina a las 12, los ensayos empezaran el jueves 27 de este mes”.

Y la abejita siguió en sus clases aún más contenta.

Días después la abejita decidió salir de sus clases para ir a los ensayos con su nuevo amigo Julio.
Y como tocaba tan bien, el Julio dejó a las demás abejas que tenía para la orquesta por Lola. La abeja Lola ya se llevaba bien con las demás abejas, entonces las demás abejas se enfadaron con ella y Julio indicó a Lola por donde tenía que ir, hasta que un día la abejita vio que las demás abejas estaban tristes porque Julio las había dejado solas y a ella eso no le gustaba, se les acercó a las demás abejas y les pregunto:

– “¿Qué les pasa amigas?”

Y las demás abejas le respondieron:

– “No nos hables Lola, estamos enfadadas contigo”.

Y les preguntó: – “¿Por qué, que les hecho?”

– “Lola, pues lo que nos has hecho fue que desde que llegaste, nuestro profesor Julio solo le has importado tú”.

– “Oh, lo siento, ahora mismo iré a hablar con él”.

Minutos después…

– “Julio, debo de hablar contigo, sé que crees que soy talentosa, pero mira, no soy la única”.

– “Lo siento Lola, pero ahora estoy muy ocupado organizando tus cosas”.

– “No Julio espera, lo siento, pero no puedo seguir siendo tu estrella”.

– “Ahora no puedo hablar, ¿me esperas un segundo?”.

Pero la abeja Lola pensó que si era ella la estrella podía hacer lo que quiera.

– “Julio, si yo soy la estrella exijo que las dejes presentarse conmigo o si no, no tendrás concierto. Adiós”.

– “No Lola espera, de acuerdo, podrás salir con ellas”.

Y después, las demás abejas perdonaron a la abeja Lola y volvieron a ser muy buenas amigas.

FIN

– Moraleja del cuento: Debemos ayudar a los demás sin importar nada más.

Datos del Cuento
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