Jesucristo, su mensaje y usted.

(Relato Religioso.-75.)

En el relato anterior hablamos de Jesucristo y el Reino de Dios y además presentamos la siguiente pregunta: “¿Qué repercusión tendrá en cada uno de nosotros la venida del Reino de Dios?”. En la actualidad cada cristiano hoy día recita la oración modelo enseñada por Jesús a sus discípulos llamada ‘oración del Padre Nuestro’ en la cual pedimos, no que seamos llevados al reino celestial, sino que ése reino celestial “venga” sobre la tierra para que se cumpla la voluntad de Dios en todo el globo terráqueo. Por eso la repercusión del establecimiento de ese Reino sobre la tierra habitada dependerá de cómo respondamos individualmente al mensaje de Jesús, sí, cada uno de nosotros personalmente.

Jesucristo vino a la Tierra para dar, no para recibir. “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”, él nos dijo estas palabras en Juan 10:10. De hecho, el mensaje que predicó es un valioso regalo para la humanidad, pues dió a conocer la verdad a cerca de Dios y su voluntad. Gracias a sus enseñanzas, millones de cristianos verdaderos disfrutan de una vida mejor. Los verdaderos discípulos de Cristo no solo afirman que son cristianos, sino que además lo demuestran viviendo de acuerdo con lo que él les enseñó a cerca de Dios y su voluntad. En Mateo 7:21 al 23 leemos: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre ejecutamos muchas obras generosas?’. Sin embargo, entonces les confesaré: !Nunca los conocí!. Apártense de mí, obradores del desafuero”. También, su mensaje nos permite reconocer el mayor regalo que hemos recibido: el sacrificio de la vida perfecta de Jesús, y nuestro bienestar eterno depende de como respondamos a ese aspecto clave de su mensaje.

Consideremos ese regalo de Dios y de Jesucristo: Jesús sabía que sus enemigos lo harían sufrir hasta morir. (Lea en su Biblia el texto de Mateo 20:17 al 19). Aún así vino a la tierra. Como indicarían sus conocidas palabras registradas en Juan 3:16, “Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruído, sino que tenga vida eterna”. El propio Jesucrsito admitió tiempo después, que vino “para dar su alma (esto es, su vida), en rescate en cambio por muchos”. (Mateo 20:28). Ahora bien, ¿por qué dice que daría su vida y no que se la quitarían?.

Debido a su inmenso amor por los seres humanos, Dios quizo librarlos de las consecuencias del pecado que todos habían heredado: la imperfección y la muerte. Con ese objetivo envió a su Hijo Unigénito a la tierra para que ofreciera su vida humana perfecta como rescate por todos nosotros. Y Jesús, por su parte, estuvo dispuesto a sacrificar su vida. Este rescate que Dios pagó es el mayor regalo que nadie ha hecho a la humanidad, pues nos dá toda la posibilidad de vivir para siempre. Hallará más información sobre la doctrina bíblica del rescate en el capítulo 5, titulado “El rescate, el mayor regalo de Dios”,  del libro “¿Qué enseña realmente la Biblia?”, editado por los Testigos de Jehová.

¿Cómo puede usted aprovecharse de éste regalo divino?. La cuestión ahora es si usted personalmente se beneficiaría de este regalo. Piense en lo siguiente: si alguien le ofrece una caja en papel de regalo, ¿qué se espera que usted haga?. “Fácil, diría usted, extender los brazos y aceptarlo agradecido”. Lo mismo pasa con el rescate que Dios ofrece a los seres humanos. Todo aquél que quiera beneficiarse de el tiene que demostrar que desea aceptarlo. ¿Cómo?.

Vimos antes que, según Jesucristo, solo recibirán vida eterna los que tengan fe en él. Y claro, la fe se demuestra por la manera que uno vive. En Santiago 2:26 leemos: “En verdad, como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”. Asi que ejercer fe en Jesús implica vivir de acuerdo con lo que él enseñó e hizo. Y para eso, hay que reconocerlo bien a él y a su Padre. Ya lo dijo Jesús: “Esto significa vida eterna, el que estén obteniendo conocimiento de tí, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviastes, Jesucristo”. (Juan 17:3). Debemos aprender y llegar a conocer de Jesucristo y de Dios, no ligeramente, sino, profundizar nuestro conocimiento acerca de los dos.

Hace dos mil años, Jesucristro predicó un mensaje que ha cambiado la vida de millones de personas de todo el mundo. ¿Le gustaría aprender más de ese mensaje?. ¿Quiere saber cómo puede beneficiarle a usted y a su familia, ahora y para siempre?. Póngase en contacto con los Testigos de Jehová, y ellos con gusto le ayudarán a hallar la respuesta.

Para nuestro proximo relato religioso daremos más detalles sobre Jesucristo, el hombre que predicó un mensaje que puede cambiar su vida para siempre. Consideraremos algunas afirmaciones y aprenderemos cuales son ciertas y cuales son falsas.  Por ejemplo: Jesús nació el 25 de diciembre. Tres reyes magos lo visitaron cuando era un recién nacido. Fué hijo único. Era Dios hecho hombre y también consideraremos si fue mucho más que tan solo una buena persona. Estas son alguna creencias populares sobre Jesús, pero, ¿serán ciertas o falsas, tienen apoyo bíblico alguno?. Veremos las respuestas proximamente.