Que bellas son las tardes que se filtran por tus ojos y caen por tu boca sacra y maravillosa.
Ayer no más eramos tan jóvenes, tan llenos de vigor y de alegría.
Ahora que nos quedará amada mía...
Que nos quedará, mas que ecos y fotos sepia,
que el rouge como sello sobre mi espalda cansina...
Ayer no más, tan lejos y a la vuelta de la esquina... esa complicidad tan tuya y tan mía...
y el olor del cafe, de ese sabor tan amargo y prohibido.
Ahora es tan tarde y tan necesario que lo diga,
aunque pareces dormida se que no lo estás...
Me estoy muriendo amada mía sin tu boca, sin tu aliento...
Si pudiera tejer una red con tu cabello y trepar tan alto, tan alto hasta el mismo cielo...
Ay amor.... que será de mi estos días tan largos, tan vengativos e inciertos...
Los recuerdos son joyas viejas, tiradas al viento...
Parece que no es cierto... si me mirás te prometo que no dejaré que llores jamás...
La gente se agolpa a los costados del féretro y te acunan en tu sueño eterno...
Ay mi amor, es tan amargo, tan cruel el verte tan lejos...
Los días solo serán horas traicioneras sin el perfume de tus manos.
Pero el consuelo es que pronto, muy pronto nos volveremos a ver...