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Enseñe a sus hijos la humildad.

Enseñe a sus hijos la humildad.

(Relato Religioso. 113)

El presente tema sobre enseñar a nuestros hijos la humildad, está basado en experiencias relatadas o escritas en libros y revistas que junto a consejo y ayuda que también obtenemos de la Biblia, La Palabra de Dios, nos muestra como tratar el problema de los niños y es además, una ayuda para las familias, donde podemos visualizar el problema y solucionarlo.

Quizás su hijo muestra aires de superioridad. !y solo tiene 10 años!. El espera que todo el mundo lo trate como a un rey. Esto es un problema que va en aumento en los dias de nuestra sociedad del siglo XXI. “¿Qué le pasa?.” Se pregunta usted. “Quiero que se sienta bien consigo mismo, !pero no que se crea mejor que los demás!”. ¿Es posible enseñarle a un niño a ser humilde sin dañarle su autoestima?.

Lo que deben saber los padres: En las últimas décadas, sea fomentado que los padres consienten a sus hijos en todo, lo llenen de elogios, aunque no hayan hecho nada para merecerlo, y se retengan de corregirlos y disciplinarlos. Se creía que, si a los niños se les sentía sentir especiales, crecerían con una autoestima sana. Pero ¿cuál ha sido la consecuencia?. El libro ‘Generation Me’ [La generación Yo], explica: “En lugar de niños adaptados y felices, el movimiento de la autoestima, ha generado un ejército de pequeños narcisistas”.

Muchos niños criados con constantes alabanzas llegan a la vida adulta sin estar preparados para las decepciones, las críticas y los fracasos. Como se les enseñó a centrarse en sus propios deseos, de adultos les cuesta forjar relaciones duraderas. Y el resultado es que muchos padecen ansiedad y depression.

Los niños desarrollan verdadera autoestima cuando consiguen logros auténticos, no porque alguien les diga todo el tiempo que son especiales. Por eso, necesitan algo más que creer en sí mismos: deben aprender ciertas habilidades, ponerlas en práctica y pulirlas. [Lea por favor en su Biblia el texto de Proverbios 22:29]. También tienen que interesarse por los demás. [1 Corintios 10:24]. Para todo esto hace falta humildad.

Lo que pueden hacer los padres y familiares: Felicítelos cuando de verdad se lo merezcan. Si a su hija le va muy bien en un examen, felicítela. Pero si la ve mal, no culpe automáticamente a su maestro, pues esto no la ayudará a ser humilde. Más bien, ayúdela a ver en que puede mejorar. Es importante felicitar a los hijos cuando han hecho algo bien.

Corrígalos cuando sea necesario: Esto no quiere decir que deba criticar a su hijo cada vez que se equivoque. [Colosenses 3:21]. Los errores graves, sin embargo, deben corregirse. Sucede algo parecido con las malas aptitudes: si no se hace nada al respecto, se arraigará más.

Por ejemplo, si su hijo tuviera la tendencia a presumir y nadie lo corrigiera, podría acabar siendo una persona orgullosa y sin amigos. Explíquele que alardear no se ve bien y podría hacerlo pasar verguenza. [Proverbios 27:2]. También dígale que quien tiene una opinión equilibrada de sí mismo no necesita andar contándole sus logros a los demás. Recibir ese tipo de corrección amorosa le enseñará a su hijo a ser humilde sin que se sienta humillado. Un texto bíblico clave para leer sobre esto es Mateo 23:12.

Prepare a su hijo para la vida real: Cuando a un niño se le concede todos los deseos, quizás llegue a creer que tiene derecho a todo. Asi que, si le pide algo que usted no puede pagar, explíquele por qué es necesario ajustarse a un presupuesto. O, si se debe cancelar un paseo o unas vacaciones, podría decirle que las desilusiones son parte de la vida y contarle que le ayuda a usted a superarla. En vez de proteger a sus hijos de todos los problemas, prepárelos para los desafíos que tendrán que afrontar de adultos. El texto bíblico clave para este punto sería Proverbios 29:21.

Enseñe a sus hijos a ser generosos: Muéstrele que “hay más felicidad en dar que en recibir”. [Hechos 20:35]. Una manera de hacerlo es preparando juntos una lista de personas que necesiten ayuda con las compras, el transporte o alguna reparación. Y, entonces, que su hijo lo acompañe cuando las ayude para que él vea cuánto disfruta usted por hacer cosas por otros. Así lo enseñará a ser humilde de la mejor manera posible: Dándole el ejemplo. El texto bíblico clave que pudieramos citar es Lucas 6:38.

Ayúdelos a comprender a considerar que los demás son superiores: La Biblia dice: “No haciendo nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad mental que los demás son superiores a ustedes. No vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás”. [Filipenses 2:3, 4].

Cuando un niño aprende a valorar este principio desde pequeño, es más probable que se de cuenta de que el resto de las personas siempre serán superiores a él en algo. Al final, la humildad impedirá que se contaguie de la cultura egoísta de este mundo.

Si desea más información, visite el sitio jw punto org y búsque el artículo “Cómo criar hijos considerados en la era del yo primero”, o converse con algún testigo de Jehová del lugar donde vive para que lo ayude con esta información bíblica. Recuerde, si los niños son el futuro del mundo, queremos ver un mañana lleno de personas humildes, laboriosas y amables unas con otras, donde realmente abunde la paz y la justicia del reino de Dios. Mateo 6:33.

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