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Categoría: Terror

El vagabundo.

Para mí era una noche era más, a la que iba al cyber a conectarme un rato a la web.
Mi barrio es muy tranquilo, nunca pasa nada.
Es muy raro un asalto o algo similar.
Siempre que volvía a mi casa, tomaba el mismo camino, y me sentaba en un banco que había en una de las esquinas.
Una de las tantas noches, que estaba sentada contemplando la bella noche, se me acercó un vagabundo a pedirme una moneda.
Como no tenacee fue muy enojado por mi “mala voluntad”. Pero para mí fue un hecho aislado, ya que no lo vi durante mucho tiempo.
Otra noche más yo contemplando la luna y las estrellas después de haber estado un largo rato conectada a internet, aparecí, otra vez el mismo hombre y se repitió la situación anterior.
Se fue ofuscado y yo quedé lamentando mi mala suerte.
Cuando volví a mi casa, me tomé un yogurt y me metí en cama para descansar (a la mañana siguiente tendría un día largo.
Después de acomodar las almohadas y taparme hasta las orejas(había refrescado mucho)me fui quedando dormida.
De la nada sentí como si se cayera un televisor al el do de mi cama, de un sobresalto me levanté y revisé mi habitación, nada se había caída y nadie se había despertado por el ruido.
Me volví a acostar, dispuesta a dormirme, estaba temerosa por lo sucedido, pero nadie había oído nada.
Imaginación MIA no era posible, pero yo oi ese impacto. Y con gran dificultad me dormí.
Eran como las 4 de la madrugada mi ventana se abre de par en par, se oyó como si fuera un puño de aire lo que la abrió ruidosamente.
Llamé a mi mamá porque yo estaba aterrada, no podía creer lo que pasaba.
Le conté lo que había oído un rato antes, pero mi mamá trató de tranquilizarme con “habrás soñado hija, no te preocupes, algunas pesadillas son muy reales”.
Le pedí ue se quedara conmigo hasta que me durmiera, mientras me acariciaba el pelo dulcemente le conté lo del mendigo.
Y mi mamá se queda pensativa un rato, luego me contó la historia de un mendigo que también tenía la costumbre de insultar y maldecir a quien no le daba una moneda.
Y que una noche de fiesta venia manejando lo atropelló, ya que venía ebrio.
Pero hay quienes lo siguen viendo pedir monedas en la calle, y teníamos que hacer una misa por su alma para que su maldición no cayera sobre mí.
Por la mañana, tenía que llevar a mí beba Angélica de 2 años y medio al pediatra para un control y luego pasaría por la iglesia para encargar una misa.
Angélica estaba pálida y con signos de estrangulación, llamé a una ambulancia.
Le habían apretado su pequeño cuello casi hasta el ahogo.
Tuvimos que hacer bendecir la casa.
Pero algunas noches sigue sintiéndose ruidos.
Datos del Cuento
  • Autor: Ana Maria
  • Código: 4446
  • Fecha: 19-09-2003
  • Categoría: Terror
  • Media: 6.34
  • Votos: 104
  • Envios: 4
  • Lecturas: 4537
  • Valoración:
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