Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento

El pez mordedor

El fondo del mar está lleno de criaturas curiosas. En unas aguas profundas vivió una vez un pequeño pez muy peculiar al que un día le salió un diente de leche chiquitín y del que estaba muy orgulloso porque lo hacía diferente al resto de los de su especie. Como era un pez que se alimentaba sólo de plancton y plantas marinas, utilizaba su diente para morder jugando a otros peces como él o incluso más grandes. Él pensaba que era divertido, pero la verdad es que a los demás no les hacía nada de gracia.

El pez mordedor poco a poco se fue quedando sin amigos, hasta que se quedó más solo que la una. Y como no tenía amigos con los que jugar, empezó a morder a peces desconocidos. Estos peces no sabían que el pez estaba de broma, y se enfadaban mucho cuando les mordía. En una ocasión, mordió a un enorme tiburón que se enfadó tanto que estuvo a punto de comérselo. Menos mal que se dio cuenta a tiempo y se escondió en un arrecife cercano.

Los que habían sido amigos del pez mordedor estaban preocupados por él. Puede que él creyera que sus juegos era muy divertidos, pero si seguía así iba a acabar muy mal. Así que decidieron ir a hablar con él urgentemente para que cambiara.

Pero alguien se les adelantó. Unos peces a los que el pez mordedor había mordido en un par de ocasiones le regalaron una piedra que habían pintado de verde diciéndole que era una nueva clase de alga marina. El pobre pez se la quiso comer y se rompió su preciado dientecillo. 

Cuando los amigos del pez mordedor acudieron en su ayuda se lo encontraron llorando, muy angustiado por haber perdido sus valioso diente.
-¿Qué hacéis vosotros aquí? -dijo el pez mordedor a los otros peces-. Creía que ya no queríais saber nada de mí.
-Veníamos a advertirte de que algo como esto te acabaría pasando -dijo uno de ellos-. Pero parece que hemos llegado tarde.
-¿No te das cuenta de que tus juegos son sólo divertidos para ti? -dijo otro de los peces-. Cuando juegas con otros lo bueno que es que todos se diviertan, no sólo tú.
-Lo siento, amigos -dijo el pez mordedor-. He aprendido la lección demasiado tarde. Espero que al menos podáis perdonarme.
-¡Por supuesto, te perdonamos! -dijeron todos los peces a coro. ¿Para qué están los amigos?

En ese momento apareció el Hada Sirena, un criatura excepcional que no suele dejarse ver entre sus vecinos marinos. Todos los peces quedaron maravillados ante su belleza y ante la ternura y la paz de su mirada.
-Como veo que estás arrepentido te voy a hacer un regalo -dijo el Hada Sirena-. Si prometes no volver a morder a nadie te devolveré tu diente.
-Por supuesto, así lo haré -respondió el pez.

El Hada Sirena devolvió al pez su diente y el pez mordedor recuperó también a sus amigos, que le regalaron un pez de mentira para que lo mordiera cuando tuviera ganas de jugar. Y así todos vivieron felices para siempre.

Datos del Cuento
  • Categoría: Infantiles
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 74
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.221.151.175

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.633
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.508
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 53.552.815