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El arcoiris interestelar

Marco e Iris eran dos alienígenas que habían nacido en un planeta muy lejano, a varias decenas de años luz de la Tierra. Su planeta había explotado poco después de su nacimiento. Ellos eran los únicos supervivientes de su mundo.

Marco e Iris fueron lanzados en una cápsula fuera de su planeta antes de la gran explosión. La cápsula estaba diseñada para viajar más rápido que la luz y programada para poner rumbo al planeta habitado más cercano.

Una de las cualidades que tenían Marco e Iris, como todos los de su especie, es que podían tomar la forma de los habitantes más inteligentes del planeta al que llegaran. Por eso, cuando Lucas y Sara los encontraron abandonados no sospecharon nada y los adoptaron.

Marco e Iris tampoco sabían nada de su procedencia ni tampoco sabían cómo era su forma original.

Un día, mientras jugaban, Marco e Iris se dieron la mano con mucho ímpetu. Entonces, un gran arcoiris nació de sus manos. Poco a poco, los hermanos se dieron cuenta de que podían crear arcoiris tocándose si lo hacían con emoción y cariño. Con el tiempo aprendieron a crearlos solo con mirarse.

Los padres de Marco e Iris no sabían nada, pero sospechaban que algo raro les pasaba a sus hijos, que no soltaban prenda cuando se les preguntaba. 

-¿Qué os traéis entre manos vosotros dos? -les preguntó una tarde Lucas a sus hijos.

-Nada, papá, de verdad -contestó Marco.

-¿Seguro? Os noto algo raritos -insistió Lucas.

A los niños no les dio tiempo a contestar. En ese momento empezaron a aterrizar naves espaciales tripuladas por extraños seres extraterrestres.

-Ayudadnos, amigos. Vosotros sois los últimos supervivientes del planeta Pixtaterion, ya desaparecido. Tenéis poder para devolvernos a nuestro hogar -dijo uno de los alienígenas. 

Marco e Iris pensaron que era una broma y empezaron a reírse. De su risa nació un arcoiris enorme de intensos y brillantes colores.

Los padres de los niños se quedaron boquiabiertos. Si los extraterrestres les habían sorprendido, lo del arcoiris no hizo menos.

-Veis. Ese es vuestro poder. Vuestro arcoiris es una pista que nos llevará a nuestro hogar, un planeta hermano del vuestro.

Los alienígenas les contaron toda la historia a los niños, que la escucharon atónitos.

-Ahora entiendo muchas cosas -dijo Marco.

-Os ayudaremos, pero nosotros nos quedamos aquí. Este es ahora nuestro hogar -dijo Iris.

-Está bien, pero tenéis que salir al espacio para crear el arcoiris fuera de la atmósfera terrestre. La capa de ozono frena el arcoiris y podría deteriorarse aún más -dijo un alienígena.

Uno de los alienígenas se fue con un vecino para ceder su nave a los niños que, junto con sus padres, salieron al espacio exterior. 

Una vez fuera, los niños se abrazaron muy fuerte y pusieron todo su amor, su energía y su ilusión para crear un gran arcoiris.

Los alienígenas se subieron encima y, como si de una autopista se tratara, se fueron.
Marco, Iris y sus padres volvieron a casa.

-Creo que será mejor que tengáis cuidado con esos arcoiris que hacéis -dijo Sara a sus hijos.

-¿Por si vienen los científicos a estudiarnos? -preguntó Marcos.

-Yo estaba pensando más bien en la capa de ozono, ya sabéis, por el agujero que tiene -dijo Sara-. Cada uno tiene que poner de su parte.

-Está bien, mamá, tendremos cuidado. La próxima vez que queramos hacer un arcoiris cogeremos la nave espacial -dijo Iris.

-Eso de coger la nave habrá que estudiarlo. De momento, vamos a esconderla, que eso es más difícil de explicar que ese arcoiris vuestro.

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