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Categoría: Ciencia Ficción

El Príncipe Perdido

THE ADVENTURES OF JOLLY

CAPITULO CUARTO
“El príncipe perdido”


El muchacho un poco agitado se incorporó nuevamente y dio un suspiro de alivio, inspeccionó cuidadosamente a su alrededor intentando cerciorarse que estuviera solo, divisó entonces la roca en la que Jolly había estado sentada y se dirigió hacia allá con pasos más tranquilos y seguros, la examinó durante unos segundos y se sentó luego a descansar.

Jolly desde su escondite había observado atentamente a aquel misterioso joven y por sus ropajes ella dedujo que era un personaje importante, tal vez de la realeza de algún otro lugar (a lo mejor era un príncipe o un Rey muy importante, lo observó detenidamente por unos momentos más hasta que se armó de valor y salió de la seguridad de su escondite.

Cuando él la miró salir del otro lado de la roca detrás de un árbol de tronco ancho se sorprendió muchísimo, era inusual el hecho que hubiera alguien allí y aún más una mujer y tan hermosa como esta, y al salir de ese lugar significaba que ella había presenciado todo aquel espectáculo bochornoso, había inspeccionado el lugar y no había encontrado nada, hubiera jurado que se encontraba solo.

El joven se levantó, hizo una venia y la invitó a sentarse a su lado; Jolly titubeo antes de acercarse y responder al saludo, no parecía haber problema alguno con ese muchacho, sin embargo el monstruo podría encontrarse aún cerca, con pasos indecisos se dirigió hacia dónde él se encontraba…

Mientras tanto en la fortaleza que la Hechicera había improvisado en el planeta…
- ¡Dónde está!!!!!-
- Im aroñes, le epicnirp yarpus on oziuq raserger-,
-¿cómo que no vino?, ¡debías traerlo ante mí por las buenas o a la fuerza!-
- Is im aroñes, orep le epicnirp on abatse olos-,
¿Que quieres decir con que no se encontraba solo?
-Is im aroñes, aibah arto anosrep-.
-¡Ahhh!!!!-.
!Otidlam Yarpus!, ¡atse em al sagap!.
¡Se elbiercni!, ¡Ese erbmoh em av a receuqolne!
(Los gritos de Dimania hicieron eco por todo el lugar).

De regreso en el bosque…
- Mi nombre es Supray - dijo aquel joven, -Supray Fate-. ¿Cuál es el tuyo?
- Me llamo Jolly - respondió ella tímidamente, -Jolly Light-.
- Es un hermoso nombre -, musitó el muchacho.
- ¡Es un gusto conocerte Jolly Light!-, Me alegra que te encontrara en este bosque… (Jolly se sonrojó, sus mejillas tomaron un leve color rosado)
- Bienvenido a Boreal Supray Fate-
- Ya comienzo a sentirme como en casa-
- Eso me alegra-
- A mi también- (Dijo finalmente Supray con un tono de alivio y algo risueño)
- Y… ¿se puede saber qué haces sola por estos parajes escondidos?-
- Acampar -.
¿Acampar?
Si, acampo aquí en el bosque.

(Entonces Jolly le contó sobre su viaje hacia el reino vecino y de cómo había resultado allí en ese bosque mientras él escuchaba atentamente).

-¿Eso quiere decir que llevas mucho tiempo allí escondida?-
Si.
-¿Es decir que presenciaste todo?-
Si.
Y se puede saber ¿Qué era esa cosa que te perseguía? (Preguntó ella bastante intrigada)
-Era un Comdey-
¿Un qué?... (Preguntó ella confundida);

Supray titubeó un poco antes de responder nuevamente a la pregunta…
“El monstruo que me perseguía era un comdey”, Uno de los fieles sirvientes de Dimania la hechicera.

- Así que esa mujer extraña tiene nombre- musitó Jolly para sí…
- ¿Por qué te perseguía? -,
Pues veras... (Dijo Supray mientras hacía un ceño pensativo)…

Arribé a este planeta con Dimania la hechicera, yo era su prisionero. Esta mañana el guardia que se encargaba de custodiar al celda en la que yo me encontraba se descuido… por primera vez en mucho tiempo, se quedó dormido, entonces yo aproveché la oportunidad para escapar de allí, había esperado mucho por una oportunidad como esa y no la iba a desaprovechar, me di mañas de abrir la cerradura y caminé con cuidado, desafortunadamente se despertó antes que yo pudiera escapar, dio la alarma a los demás guardias y este me alcanzó mientras yo salía corriendo a través de la puerta principal de la fortaleza en la que me tenían prisionero y comenzó a perseguirme…

Corrí lo más rápido que me permitieron las piernas, entonces, luego de un rato divisé a lo lejos el bosque y pensé en esconderme de el comdey que me perseguía entre los gigantescos árboles y por esa razón estoy aquí, el resto ya lo conoces.

Y… se puede saber… -¿Por qué te tenía prisionero Dimania?- (preguntó Jolly en voz baja)
(Supray titubeó nuevamente antes de responder a la pregunta…)

-“El último planeta en el que Dimania estuvo era un planeta muy hermoso, era un poco más grande que este, estaba ubicado en la galaxia que esta al sur de esta; Un buen día, estábamos celebrando el año nuevo “Si mal no recuerdo la noche anterior había nevado, la primera vez en más de cien años…”, era una gran fiesta, “La principal celebración del planeta”, nos encontrábamos todos muy contentos…-.

Había comida en abundancia, bebidas surtidas, música, baile y algunas otras cosas agradables, era el día perfecto, todos estaban alegres y… (Supray titubeó…), Ese era el día más importante para mí, ese día mi prometida llegaba a vivir palacio para terminar los preparativos de la boda que se celebraría un mes después.

Mis padres habían arreglado mi matrimonio con ella desde que cumplí Doce años, era una joven de familia humilde que había sido destinada a ser criada para ser mi esposa, “Costumbres de mi planeta” “Esposa del Futuro Rey, Heredero al trono, gobernante y soberano del planeta”, se que debe sonar raro, ya que yo no la conocía, al menos no en persona, nos habíamos escrito y había aprendido a quererla, no la amaba aún, pero estaba dispuesto a aprender…

Cuando llegó y la vi pensé… he aquí a la mujer con la que voy a pasar el resto de mis días… Pero sabes… el destino hace las cosas de la manera más extraña posible, tal vez nos jugó una mala pasada, tal vez no… lo cierto es que nunca llegue a tocarla pues ese día en mitad de la fiesta apareció Dimania envuelta en un campo de energía y nos amenazó diciendo que nos daba un plazo de una semana para entregar a su merced al planeta entero o ella lo destruiría junto con todos sus habitantes.

Yo, siendo el príncipe y soberano me negué rotundamente a sus demandas, entonces ella se acercó a mí, me observó y dijo mientras olfateaba mi cabello… “Nunca olvidaré sus palabras”:
- ¡Euq nevoj nat ovitcarta! Nev ogimnoc y es im yer, “Et oserfo sol sam sednarg serecalp euq yah ne im ozadep ed nobmob oneller! -.
- En ese momento no entendí lo que me dijo, pero me sentí ofendido en lo más profundo de mi ser…-
Fue mucho tiempo después en el que aprendí a interpretar el idioma que utilizaba la Hechicera para comunicarse con sus monstruos lacayos. Ahora… también yo hablo esa lengua y no me enorgullece.
Ante mi negativa de cederle el poder sobre mi mundo ella se enfureció y antes de marcharse del lugar hizo una amenaza aún más grande… a estas alturas no se si el haberla desafiado fue lo más correcto.

A dimania le gusta el poder, se complace al dominar a los más débiles y siente placer en ello, no le interesa nada más que subyugar a los demás a su voluntad, “El poder absoluto es lo que ella busca” y tiene todos los métodos, artimañas y demás recursos necesarios para conseguirlo por encima de quien sea sin importarle las consecuencias de sus actos.

Inmediatamente después del suceso convoqué a una junta mundial a la que asistieron todos los delegados de los pueblos del planeta; el motivo: “Decidir el destino del planeta y el de sus habitantes”. Se sometió la decisión a votación colectiva en la que participaron todos los habitantes de mi mundo y por unanimidad se decidió hacer frente a Dimania y no ceder ante las amenazas que ella hacía. Teníamos la tecnología necesaria para hacerle frente, la ciencia nos favorecía para la victoria en el campo de batalla, nadie podría derrotarnos, obtendríamos fácilmente la victoria, “Al menos eso era lo que nosotros creíamos que sucedería”.

Sin embargo hubo una cosa que no habíamos tenido en cuenta, un hecho que no calculamos… ingenuamente pensamos que podíamos ganarle a Dimania únicamente con nuestro intelecto y ciencia avanzados, solamente con pensar que como teníamos tal tecnología la consideramos suficientes para ganar, pero… “pronto nos daríamos por enterados que nos encontrábamos en un gran error”.

Supray detuvo su relato, levantó la mirada y observó melancólicamente el cielo durante unos segundos, luego bajó de nuevo la mirada y la fijó en Jolly…

- Ya anocheció-, lo mejor será que encendamos la fogata y nos sentemos alrededor de la hoguera (dijo Supray con voz algo afligida).

Dicho esto se levantó y caminó unos pasos en dirección a un montón de leños secos que Jolly había dejado cerca unas horas atrás, tomó algunos y se volvió de nuevo, luego apiló unos cuantos y les prendió fuego.

Jolly había escuchado atentamente la historia que Supray había estado contando y ante su silencio quiso reconfortarlo con una palabra, quizá con un abrazo amistoso, sin embargo se contuvo, decidió esperar a que él por iniciativa propia continuara su historia, y mientras él preparaba en campamento ella quedó inmersa en sus pensamientos; En ese relato habían tantas similitudes con lo que estaba aconteciendo en Boreal que se sintió abrumada, ¿Cómo podía ser posible que esa mujer albergara tanta maldad en su corazón?, debía darse prisa en reunir a las princesas para decidir lo que se iba a hacer con respecto a Dimania, no tenía tiempo, este de momento no se encontraba a su favor…

-¡Vamos Jolly despierta!, ¡reacciona!, estos no son momentos para distraerte, (se dijo para sí intentando aterrizar y concentrarse), observó a Supray que se encontraba intentando encender la fogata y preparando todo para la noche…
-¡que lindo es!- (pensó para sí)
-Vamos… ¡REACCIONA!- (se dijo de nuevo mientras sacudía la cabeza y hacía un gesto de reproche)

Luego tomó su mochila y sacó un poco de comida que aún tenida guardada, la echó en un recipiente y lo colocó en el fuego que acababa de encender Supray. Esa noche cenaron a la luz de la luna, al calor de las brasas y bajo las estrellas; luego cada uno se dirigió hacia su lugar y después de platicar durante un rato más se quedaron profundamente dormidos mientras el fuego consumía las brasas lentamente en el silencio de la noche.

CONTINÚA...

CAPITULO QUINTO
"El Encuentro"
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