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El Hermano Roberto

Ya termino el culto pueden irse. Inmediatamente me fui al área donde venden comida. Compre una orden de empanadas. Mientras miraba como los hermanos se quedaban platicando dentro de la iglesia. Otros salían en montones hacía afuera. De pronto que voy viendo al Roberto con Biblia en mano dirigiéndose hacía mí. ¿ Cómo has estado? Fue la pregunta que me hizo y se sentó en la silla de la mesa donde estaba. Yo le respondí que bien y le dije que si no quería que le invitará una orden de comida. Él me dijo que sí. La hermana encargada de la cocina; le trajo una orden de empanadas junto con una Coca Cola.
El Roberto era un muchacho de 28 años, flaco, de piel blanca, ojos negros y colocho, estado Civil Soltero. Que inspirado mensaje dio hoy el pastor, y las alabanzas estuvieron más alegres que el otro domingo, comentó mientras se metía por la boca su empanadas y le daba un sorbo a su refresco. Lo que sucede que el domingo pasado fue navidad y muchos hermanos se fueron a provincia a pasar el año nuevo con sus familiares, y supongo que el pastor no tuvo ánimos para predicar tan inspirado porque había poca gente, respondí.
De pronto paso la hija de la hermana Magdalena, una niña muy bonita, con un cuerpecito de sirena. Sabías que le pedí que fuera mi novia y me rechazo, comento Roberto. Lo que el no sabía era que Martita, o sea la hija de la hermana Magdalena ya era mi novia. Pobre Roberto, me dio tanta lastima que no me atreví a confesarle la verdad. No te preocupes pronto encontraras a otra hermana, y puede que más espiritual que Matiz, le dije. El me quedó mirando y me respondió: no me interesa nadie, me enamore perdidamente de ella.
Al escuchar esas palabras, creí haberme visto en él. Hace tres años que yo sentí lo mismo que estaba sintiendo Roberto. Me enamore de la hija de mi pastor y ella me había rechazado. Recuerdo que se hizo novio del que tocaba el teclado. Pero a mi no me importo y la seguía a todas partes. Recuerdo que la iba yo a buscar en su preparatoria y que llegue a tener problemas con el pastor por causa de eso. Mi hija ya te dijo que no te quiere, ella tiene un novio que es un buen siervo de Dios, déjala de molestar, ya hemos orado bastante por ti y no entiendes, me veo obligado a pedirte en el amor del Señor a que abandones esta iglesia, me dijo el Pastor. Durante seis meses no quise congregarme en ninguna parte. Pero finalmente comprendí que mi salvación no estaba condicionado a que sintiera o no sintiera por una persona. Por lo cual me decidí buscar otra iglesia. Recuerdo que recorría yo hasta la periferia de la ciudad, con tal de encontrar una congregación que a mi me llenará. Estuve en varios templos hasta que llegue acá, y ahora intento restaurar mi vida. En eso estaba yo pensando cuando el Roberto me seguía comentando sobre que haría si mi novia le diera la oportunidad de luchar por su amor. En mi interior empecé a sentir coraje contra Roberto, todavía yo amablemente le estaba invitando la comida y él estaba mirando a mi novia con lujuria. No cabe duda que Dios me estaba haciendo pagar con la misma moneda lo que yo había hecho hace tres años. Solo que en aquella ocasión yo sabía que Carlitos era novio de la muchacha que a mi me gustaba y en cambió el Roberto ignoraba que ayer le había yo pedido a Martita que fuera mi novia. Mira Roberto ya basta, Matis ya te dijo que no te quiere déjala de molestar, no creas que no te entiendo yo hace tres años tuve tus mismos problemas pero me he deleitado en Dios y él me ha mandado lo que mi corazón necesita, cuando menos lo pensaba me dio el amor de una buena mujer. Para que lo sepas de una vez Martita y yo desde ayer somos novios y te exijo que dejes de expresarte así de ella. Desde que vine a esta iglesia tu me has caído bien, y hemos sido Hermanos y amigos no eches a la basura el respeto y la confianza que siempre nos hemos tenido. El Roberto comenzó a llorar, yo lo consolé y le invite otra orden de empanadas con su respectiva Coca Cola. Perdóname Hermano, porque te quiero y sé lo doloroso que se siente te perdono y deseo en lo más profundo de mi corazón que encuentres a una Sierva de Dios, Hermano Roberto siempre estarás en mis oraciones, te pido que no cometas una tontería y no te encapriches por nadie, recuerda que Jesucristo nos vino a dar Libertad, no dejes que en tu corazón entre la amargura. Que tu gozo no dependa de nadie, que tu fortaleza este siempre en Cristo. Verás que entre más te entregues a él, tú ya no pensarás en ninguna muchacha y será ahí cuando Dios te mande a una mujer que te quiera. Porque Dios siempre cumple sus promesas, solo espera, no con la mente ni el entendimiento sino con el corazón. Que tu fe crezca llénate de Dios cada día él es el único amigo fiel que nunca te fallará. Después de decirle esas palabras a Roberto me dirigí hacía donde estaba Marta y le dijimos adiós a nuestro buen hermano Robert.
Datos del Cuento
  • Categoría: Religiosos
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