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Categoría: Misterios

El Faro de las Sombras

La mañana estaba cerrada de grises nubes que le daban un tono melancólico
y sombrío a su atmósfera. Debía abordar el tren de la diez para iniciar aquel
viaje a una lejana ciudad. Introduje la mano en mis cosas y mis dedos tocaron
aquel libro, sonreí ligeramente al sentir su contacto y deseé observarlo.
Lo saqué y miré con nostalgia, me lo habías enviado tú desde tu
lejano país, era un libro de misterio...con mi dedo índice acaricié
su tapa y leí su titulo: El Faro de las Sombras, de...Lewis Harrison.
Volví a sonreír al recordar que los libros de misterio no son mis preferidos
pero me lo habías regalado tú y debía leerlo, no estaba distante el día
que preguntarías: ¿ Y qué tal aquel libro?, de eso no tenía dudas,
pues tú amas el misterio, escribes y lees de esa índole. Abordé el tren
y busqué un lugar solitario, sólo deseaba observar el paisaje y leer lo que
a ti te había encantado. A pocos minutos de la partida, la ciudad desaparece
y en la soledad de mi ubicación en el tren, comparto lectura y contemplación
de paisajes. En el inicio de la lectura me llevo una gran sorpresa: La
editorial me aclara que es una obra inconclusa pues su autor había fallecido
antes de concluir el texto completo, sólo se habían hallado capítulos
posteriores manuscritos que se cree pertenecen a la obra y que
lamentablemente no había sido posible encontrar su continuidad lógica
con lo que había alcanzado a escribir el autor, esto me trajo a la
memoria la famosa obra de Franz Kafka, "El Proceso". Desafortunadamente
mi intimidad en aquel tren de pronto se ve interrumpida por un señor
que se sienta frente a mí. Inmediatamente me acomodo en mi asiento
y dejo escapar un largo suspiro para hacer saber a mi improvisado
acompañante mi molestia por su presencia. Sin embargo, él no se da por
enterado y en una actitud natural, saca de un antiguo portafolio una
serie de hojas manuscritas...las lee, las repasa, las observa con
aprobación y otras veces, reprueba lo escrito. Intento ignorarlo,
continúo leyendo y observando a través del cristal como las imagines
cambian de perspectiva según avanza el tren. Observo a mi obligado
acompañante...viste a la usanza antigua y posee aspecto distinguido,
mirada inteligente y profunda. ¿Un artista? No sé, pero lo que sea, mi
deseo sigue siendo el mismo: que se retire así como llegó. Pero pasan
los minutos y mis anhelos no se cumplen...ignorarlo será lo mejor y
me dedico a lo mío...leer y mirar por la ventana.
De pronto, él rompe el silencio y sin mirarme dice: El misterio no es su tema favorito,
no sé por qué lee ese libro. ¿Qué ha dicho usted?- respondo con sorpresa -
mientras le miro con cierto enfado.

- He dicho que el misterio no es su tema favorito, mucho menos El Faro de
las Sombras de Harrison.
- Sorprendente, no sólo conoce mis gustos literarios sino que además sabe
el título y el autor de lo que leo - respondo mientras le miro
con mis ojos enormemente abiertos para expresarle mi malestar.
- No debe sorprenderse ni enfadarse, es sólo una sencilla observación.
- Y..¿Cómo ha logrado el señor saber que el misterio no es mi tema favorito?.
- Es muy sencillo saberlo señorita, verá; cuando usted lee parece ausente
sin embargo, cuando contempla el paisaje, sus ojos comienzan a soñar y
no precisamente con temas misteriosos. ¿Cómo me enterado del título? pues
ha sido muy fácil descubrirlo, recuerde usted que hace unos instante
ha llevado el libro hacia arriba dejando descansar la parte superior
de éste entre sus labios. Mientras miraba usted hacia el exterior, sus
ojos han destellado nostalgia y recuerdo por alguien ausente. En el
el éxtasis de esos recuerdos o anhelos, ha usted mordido la parte
superior del libro. Entonces he sabido que extraña a alguien y quisiera
que ese alguien estuviese sentado aquí a su lado.
- Veo que el señor es muy observador, pero no sé que le hace pensar que
deseo que alguien lejano estuviese ahora aquí, a mi lado.
- Me recuerda usted a mi madre, siempre ella decía que soy muy observador
que debería dedicarme al arte o cosas por el estilo, respecto a su
pregunta, debo recordarle que mientras miraba el paisaje, su mano
izquierda acaricio levemente el asiento que está a su lado. Eso me indica
que extraña a alguien.
- ¿También el señor me indicará a qué pagina he llegado en mi lectura?
- Sin duda alguna - me responde sonriendo - ya ha alcanzado la página
26 del primer capítulo. Pues usted ha dejado descansar el libro abierto
sobre su falda.
- Creo que en un minuto usted ha descubierto toda mi vida, mi intimidad
no existe estando frente a usted.
- No se enfade señorita, son observaciones muy sencillas y evidentes
sin embargo se sentiría mejor usted leyendo poesías de Lewis Harrison.
Verá, justamente hoy he traído esta colección de poesías que Harrison
llamó "Cantos de Esperanza y Juventud", son 24 poemas de Lewis escribió
en plena adolescencia cuando su carrera de escritor comenzaba en Londres.
- ¿Y qué le hace pensar al señor que aquellos poemas de Harrison serán
de mi agrado?
- Eso no puedo saberlo, pero Harrison también al igual que usted anheló
en su juventud un largo viaje en tren junto a una persona que amaba.
ahh, el tren posee un extraño romanticismo para las personas que se aman.
Usted podrá comprobarlo en los nueve primeros poemas.
- Veo que es usted un experto en la vida de este autor, él falleció ya
hace muchos años, lo he leído en la nota posterior del libro.
- Tiene usted razón, Harrison falleció hace buen tiempo atrás en América,
admiraba a Poe y deseaba entrevistarse con él. Creo que Poe le inspiró
el género del terror y el misterio. Sin embargo, como le sucede a usted,
no era su tema preferido. Tome por favor, me sentiré honrado si acepta
estos poemas de Harrison.
- Gracias, es usted muy amable - respondo mientras recibo el pequeño libro
que me ofrece - Enseguida puedo observar que es una edición muy antigua
y su data de impresión es de 1862.
- Le agradezco que lo acepte, sabía que algún día lo iba a obsequiar a
alguien.
- He observado que revisa y escribe algunos manuscritos, ¿es acaso usted
escritor?
- ¿Escritor? Mi madre me recomendaba aquello, me decía que debía dedicarme
a las letras, ella veía en mí un desarrollado talento, pero como usted
comprenderá...ella era mi madre.
- Veo que no desea responder a mi pregunta, por otra parte...¿sabe usted
que esta obra de Harrison está inconclusa ?
- Ciertamente señorita, lo editado alcanza solamente hasta el capitulo 19
y El Faro de las Sombras completo debiera concluir en el capitulo 24,
se encontraron posteriormente tres capítulos correspondientes que son
el 20, 21 y 23.
_ ¿Cómo sabe usted esa numeración? Los editores no han podido seguir
la secuencia lógica de los capítulos. Vea usted, aquí lo dice la
nota inicial. Además...¿Cómo sabe que la obra concluye en el capitulo
24 ?
- Como ha dicho usted, soy muy observador.
- Ha logrado usted confundirme.
- Señorita, usted estaba confundida antes que yo llegara a hacerle compañía.
pero creo que es hora de visitar el comedor y considerar lo que tendremos
para el almuerzo, por lo tanto, si usted me disculpa, la dejaré en
la soledad que tanto anhela para leer su libro, mirar el paisaje y
pensar en aquella persona que tanto ama.
- Siga usted por favor.
- Gracias.
-
De esta manera, vuelvo a quedar sola con mis pensamientos, pero la
conversación con esta persona me ha perturbado profundamente, su
distinción y sabiduría me han sorprendido, su acento levemente
extranjero me hace pensar que se lengua madre podrá ser inglesa o alemana,
pero no lo sé. Involuntariamente abro el pequeño libro de poesía que
me ha entregado me dispongo a leer esta obra distinta de Lewis Harrison.
Según voy leyendo, descubro la belleza y sensibilidad de este autor que
ahora canta al amor con delicada lírica, poco a poco percibo su gracia
y sensibilidad poética y me siento fascinada por las imágines románticas
que forja en mi mente y mi alma.

De pronto una voz conocida me interrumpe en mis ensueños...

_Lluce usted luminosa.
- ¿Luminosa ?
_ Sí, ¿ha sido tal vez la poesía de Harrison?
- Ah, es usted un adivino impertinente.
_ No, sólo veo la luz que irradia su alma, por eso asumo que usted se ha
impregnado de lírica poética.
_ No me diga usted, a decir verdad... me sorprende cada vez que examina mi
alma y mis pensamientos.
_ Vamos, vamos... no sólo de poesía ha de vivir usted, le invito al comedor,
ya es hora del almuerzo, le ruego me honre con su compañía.
_ Está bien, le honraré con mi compañía si es lo que desea.

De esta manera, nos trasladamos al coche comedor y compartiendo deliciosos
platos, conversamos de los más diversos temas. ya no tengo dudas, él es un
artista distinguido, un hombre de gran cultura que encanta con la fuerza
y belleza de sus palabras e ideas. Sin embargo, me dice que debe bajar en la
próxima estación, lo que de verdad, lamento. Ya me estaba acostumbrando a su
compañía y a la fascinación de su florido lenguaje.

_ Este viaje hubiese sido muy distinto sin udsted - me dice - con tono sincero.
lamento haberla molestado con mis primeras palabras.
_ No debe preocuparse Usted, igualmente he disfrutado de su compañía y he de
lamentar que no continúe en este largo viaje.
_ Yo soy el que debe lamentar, señorita...
_ Pilar
_ Eso es, señorita Pilar. Debo pedirle que conserve las poesías de Harrison
pues he comprendido que han sido de su completo agrado. Guardará así un
pequeño recuerdo de mí.
_ Debo decirle que guardaré un gran recuerdo de usted, señor...
_ Ya sabe mi nombre, solo que no lo ha comprendido.
_ Sé su nombre y no lo he comprendido...es usted la encarnación misma del misterio.

El sonríe y se despide afectuosamente de mí...vuelvo entonces a la soledad de mi
asiento para retomar lo que había olvidado, mirar el paisaje, leer y pensar en ti.
El tren se detuvo en la estación donde debía descender mi misterioso acompañante
pero no le vi bajar ni tampoco caminar a su destino. Me pareció muy extraño no verle
descender, tenía el deseo de decirle adiós agitando mi mano.

El tren continúa su camino y a los pocos minutos alguien pregunta :¿ Es usted la
señorita Pilar ?
_ Así es, ¿ qué desea usted?
_ Debo informarle que tiene usted un mensaje en el coche de correos.
_ ¿Un mensaje? ... es muy extraño, de parte de quien?
_ Déjeme ver... ah sí, es del señor Lewis Harrison.
_ ¿Lewis Harrison? ¿ No sabe usted que Lewis Harrison es un escritor que falleció
hace ya mucho tiempo?... Mire, estos libros son de Harrison... ¿Cómo podría yo
tener un mensaje de él?
_ No sé mucho de libros señorita, sólo sé de mensajes de personas que dejan a otras
personas. Acuda usted por favor al correo del tren.

Acudí al correo pensando qué tipo de broma podía ser aquella, al requerir mi mensaje
me fue entregado un gran cantidad de papeles manuscritos y un mensaje aparte. en él
pude leer : Querida señorita Pilar, ruego a usted entregue estos manuscritos a la
editorial indicada, son los capítulos faltantes de mi obra El Faro de las Sombras,
espero que los editores lo sepan ensamblar con los capítulos anteriores y así la
obra quedará completa. Diga usted a ellos que encontró estos papeles mientras paseaba
por un lugar remoto de Londres y no en el tren a París, pues nunca le creerían.
Sé que no lo ha notado, pero he escrito una dedicatoria en el pequeño libro de
poesías que le he regalado. Debe considerar que no existen libros que contengan mi
firma, lo que usted posee ahora es único. Asombrada y perpleja busco con desesperación
aquel pequeño libro de poesías que me ofreciera mi misterioso acompañante... abro la
primera página y leo :
A mi querida amiga Pilar, en recuerdo de un viaje maravilloso junto a ella.
Lewis Harrison (escritor)
Datos del Cuento
  • Autor: Pilar
  • Código: 12869
  • Fecha: 12-01-2005
  • Categoría: Misterios
  • Media: 5.84
  • Votos: 80
  • Envios: 1
  • Lecturas: 1297
  • Valoración:
  •  
Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Nathalie Ledo
invitado-Nathalie Ledo 12-01-2005 00:00:00

Amiga Pilar: ¡¡¡Me sorprendió este cuento!!! Hace mucho tiempo no leía un cuento de este género y me has dejado satisfecha. Una atmósfera que sigue trayendo calidez, pero que a la vez trae consigo intriga. ¡Qué misteriosa te has vuelto! Jajaja. Muy bueno el cuento de verdad, amiga mía. Creo que estás como Harrison con Poe. Dos buenos amigos escritores, congiándose los estilos de narrar, ajajaja. De la misma manera con nosotras. ¡¡¡Sólo me queda felicitarte!!! Has mejorado muchísimo, jajaja...No lo digo porque te hayas puesto a escribir misterio, no. Sino porque ya no te encierras sólo en tu poesía. Has aprendido a diversificar. Sigue así, explora cada género...Es así como un escritor crece y se realiza en plenitud. Innova amiga, sigue descubriendo tus límites. Felicidades. Con cariño Nathi.

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