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Categoría: Hechos Reales

ÉRase una señora en una casona

+Erase que se era...

Existía en una vieja casona una señorona que no encontraba qué hacer con su tiempo extra, con su tiempo libre, además le gustaba el ocio al que tanto trabajo le había costado acostumbrarse, pues esta señora relataba que de las cosas más difíciles que le había tocado vivir en su vida, había sido precisamente a estar lo que mucha gente llama: sin hacer nada. Mucho se quejaba de lo difícil quele había sido, de ser pura algarabía, a tener que estar en casa.

Pues bien, esta señora , un buen día recibió una tarjeta postal. Era una tarjeta especial y creo, me parece, que hasta música contenía. La miró sin verla mucho, no le prestó o no le tomo toda la atención que el remitente hubiera deseado.

Un par de meses más adelante en el tiempo, dos meses que ya habían transcurrido en los cuales había habido alguna corta charla de vez en vez con este amigo de internet, desconocido en especie, pero conocido en esencia, su un buen amigo, volvió a enviarle a esta señora otra postal muy similar. Era decía, un regalo vistual.

En el ocio de la vida de esta señora y ya en las postrimerías de su vida, se dijo a sí misma: está bien, le pondré más atención a su postal, pobre chico, se ve que ha pasado su buen trabajo eligiendo como conformar dicha e-postal, merecía pues, se le prestara algo de atención ya que además era muy bonita.

Revisando entonces con esmero y mucho cuidado la postal, esta señora del cuento, se percató de que venía de una página web que al parecer tenía muchos y muy variados segmentos. Encontró al revisar , gracias a la postal enviada, toda o casi toda la página web de dónde la postal había sido mandada, se entretuvo un tiempo considerable en revisar tantas y tantas cosas que ofrecía ese portal.

Entonces se encontró asombrada de ver que por esta página especial, había una Inter relación, la gente transitaba en ella y de una u otra forma, se relacionaban entre sí. Más adelante en esta visita, encontró un lugar que decía le ofrecían un espacio para escribir. Ya fuera un cuento que a ella tanto le gustaban, lo mismo que un lugar donde se reúnen los poetas a escribir casi todos los días , hasta que de alguna manera se llega a coincidir. Es así como nacen amistades internacionales unidas por la red o sea internet.

Pues para no hacer un cuento largo, que además es muy ingenuo y nada deja a la imaginación, la señorona que se sentía tan aislada en este mundo, se puso a escribir o a tratar de hacerlo, para de alguna manera quitarse el tedio y la dura vida de no hacer nada, vamos, ella relata y les cuento, que ni a su ocio le hallaba el hilo, no sabía la pobre qué hacer con él además de atender a la casona en los típicos y naturales deberes, que aalgunas mujeres les dan placers, pero no en el caso de mi amiga.

Ya dije que no deseo extenderme así que terminaré mi relato de este cuento de la señora que navegando en la red se topara con lo que es ahora una especie de afición. Se encontró que le gusta escribir y lo disfruta mucho. Y ahí, dice ella, le brindan espacios para escribir lo que a su mente venga en gana. Si quiere inventar un cuento, puede. Si desea hacer un relato también, tienen me cuenta hasta refranes y chistes en los que puede participar. Total que se encuentra enganchada a este lugar, tratando de escribir y nada menos ue desea aprender a escribir poesía.

Pero creo que de todo lo que a lo largo de su estancia por esa página le ha pasado, además de permitirle escribir, es que ha llegado a conocer unas bellas personas en ese web que como ella por alguna razón que no la sabe, se encuentran en dicho lugar, donde se pueden explayar y la gente ahí se inter relaciona de una manera muy sana y se unen más por el cariño o como le llaman algunos: el amor al arte de escribir.

Aquí se termina el cuento de mi amiga la señorona que se sentía tan triste y sola en una casona quizá un poco demasiado grande y las casas grandes o se sufren o se gozan a la hora de tenerlas que cuidar, que asear y darle mantenimiento, pero ese es otro cuento.

El final feliz del que nos ocupa, es que la dama ahora está acompañada no solamente de sus múltiples pensamientos, sino que sabe que a cualquier hora que vaya ahí, se encontrará con personas gratas y además podrá leer todo lo por ellos escrito... y aún más; si ella lo desea puede sentarse a escribir y lo hace... así vive muy feliz y a las dos, a ella y a mí, quizá por ligero, nos parece un buen cuento


Lara Elra Cira
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 5.91
  • Votos: 32
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