Había un vez un niño llamado Shim, su sueño era ser vaquero. Vivía en un pueblo muy pobre que no tenía alguien que les defendiera en las guerras de pueblos.

Cuando Shim cumplió 20 años, reunió a todo el pueblo para anuciar que él quería salvar a su pueblo porque si no en cualquier momento sería gobernado por los pueblos vecinos.

El juzgado del pueblo decidió que Shim con veinte vaqueros iban a defender el pueblo.

Shim por fin cumplido su sueño, el pueblo estaba muy entusiasmado porque sabían que Shim era muy valiente y que no iba a dejar que nadie gobernara de malas formas el pueblo.

En la primera batalla ganó el equipo de Shim, pero en la segunda batalla ganó el pueblo vecino. Shim no se puso mal porque sabía que en las batallas siguientes ellos ganarían. Finalmente ganaron y jamás fue gobernado por otras personas. Todos los habitantes vivían en paz y felices.

FIN

– Moraleja del cuento: jamás hay que rendirse y dejar de soñar.

– Valores del cuento: valentia.