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Categoría: Misterios

EL CAZADOR

Salió del cuarto en puntas de pie para no despertar a su esposa. Fue a la cocina, calentó una taza de café bien negro, y mientras lo tomaba, observó el día desde la ventana.

Cargó su escopeta al hombro, la mochila y partió hacia el bosque. Era un día espléndido. “Espero obtener buena caza hoy.” Silbando, comenzó la caminata. Cada tanto miraba la copa de los árboles.

Durante una hora caminó internándose en el bosque. Al amparo de enormes eucalyptus, se sentó sobre una piedra y cargó la escopeta. ¿Qué esperaba cazar? No importaba. Lo que fuera, lo que apareciera. Le daba lo mismo.

Pasaron las horas, no se veía ni un ave, ni corretear animalito alguno. Cansado de esperar se recostó sobre el follaje de hojas secas. Y se durmió. Soñó que estaba cazando en el África. Leones, tigres, rinocerontes. Hasta que, se presentó un hombre alto, delgado, de la tribu de los moharis, y en su idioma le dijo: ¿Por qué matas a los animales, si tú no te alimentas de ellos.? Matas solo por placer. ¿Qué te parecería si alguien te matara por placer, sin un motivo alguno? Piensa por un momento lo que sentirá la presa, o piensa si esa presa fueras tú.

A pesar de no conocer el lenguaje de ese hombre, en el sueño él le entendía perfectamente. No le respondió nada, porque en realidad él tampoco sabía por qué le gustaba cazar. En general, las presas obtenidas, las dejaba abandonadas, salvo cuando salía de noche a cazar liebres y esas sí, después las comían en la cabaña. Pero el resto era solo el desafío de matar . Era como tener un poco de poder en sus manos.

Pasó muchas horas durmiendo y soñando. Cuando se despertó ya era noche. Sintió un sabor amargo dulzón en la boca. Tocó con la mano ese líquido espeso que manaba por la comisura de sus labios. Encendió la linterna y miró: era sangre. Se palpó el cuerpo, y nada. Se tocó la frente, y ahí sí, sintió que el líquido magenta brotaba en abundancia bajando por su rostro. No comprendía. Después de una hora, no solo dejó de comprender sino que dejó de existir. Cerró los ojos y se durmió para siempre.

A la mañana siguiente el Inspector de policía le decía a su ayudante: “Parece ser que alguien confundió las plumas de su sombrero con un ave y le disparó.”
“Estos hombres que salen a cazar lo que sea... y terminan siendo la presa...”

JAZMÍN DEL PAÍS/BE@
Datos del Cuento
  • Categoría: Misterios
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
ANTICAZA
invitado-ANTICAZA 04-12-2004 00:00:00

Este cuento esta muy bien, ademas sirve de ejemplo en el tema de la caza, creo que deberias enviarle a alguna web o algo asi anticaza,serviria de algo.

xavier
invitado-xavier 17-11-2004 00:00:00

tenia que hacer unha historia para el cole y la tuya me a inspirado muchas gracias por hacer esta historia.

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