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Del cielo al infierno.

Faltaban ya solo seis días para las celebraciones de año nuevo, fecha en la cual las familias se reúnen para festejar un año mas y esperar con ansias el siguiente, deseándose lo mejor, e intentando no volver a cometer los mismos errores.
Así pasan los días, realizando los preparativos para este día tan importante para todos, apartando el pavo en el supermercado desde días antes por que como todos sabemos la cena que tiene que ser perfecta, la familia la mejor, y este día el más especial de todos.
Llega por fin el día en que las familias cenan, festejan, se divierten, perdonan y reciben el perdón de los demás, se prometen cosas, y anuncian sus propósitos de año nuevo, que algún dichoso entre tantos lograra cumplirlos con esfuerzo y un poco de suerte que para nada esta de más.

Una noche fría de invierno, la espesa niebla que no permite ver mas allá de dos metros, los vidrios empañados, todos celebrando en sus casas a acepción de uno que otro vagabundo que pasea solitario entre las calles de las grandes ciudades.
Así como todas las familias había una no más especial, aunque será muy importante en nuestra historia.

En la casa de los Sánchez, una familia con un nivel mas o menos respetable, con algunas restricciones económicas como en la mayoría de los hogares mexicanos, se celebraban las fiestas de año nuevo. Arturo, orgulloso padre de dos pequeños, y esposo de una bella mujer llamada Claudia, disfrutaba del alcohol y de los juegos de baraja, y como en toda ocasión no tardo en ofrecer a algunos de sus tíos jugar una partida de póquer, y así, con sus apuestas sobre la mesa comenzó el juego. En el transcurso de la noche, con las apuestas a veces ganadas y otras perdidas, ya con el alcohol hasta la cabeza, los jugadores comenzaron a irritarse, y lo que empezó como un juego, termino en tragedia. Joaquín, uno de los tíos de Arturo, al ver que ese día la suerte no estaba de su lado, y a causa de la poca conciencia que tenia después de tanto alcohol, saco un arma de su bolsillo, Arturo también con algunas copas encima, trató desesperadamente de quitarle el arma, y entre el forcejeo se disparo y Arturo cayo muerto.

En un día donde se supone que todo era felicidad, Cesar y Martha de 6 y 9 años de edad, presenciaron la muerte de su padre. Y así pasaron los años, sin poder borrar el recuerdo de aquel día que había marcado el resto de sus vidas, sin mas que la resignación de los niños y de su madre.
Con el paso del tiempo, Claudia conoció a un hombre de nombre Mauricio Álvarez, un abogado, delgado, de cabello lacio y oscuro, quien a pesar de no ser muy guapo, resaltaba entre los otros por su actitud y elegancia. Ellos decidieron casarse, y Para Claudia fue como empezar una nueva vida, con una nueva familia, un intento de olvidar la muerte de su esposo y volver a encontrar la felicidad que había perdido. Martha a su pesar, acepto poco a poco a Mauricio a quien con el tiempo llegaría a querer casi como a un padre.

Cesar por su parte, tenia muchos problemas, siempre fue un niño inquieto, poco sociable y demasiado agresivo, el paso casi toda su infancia visitando a psicólogos que inútilmente intentaban mejorar su situación causada por un accidente provocado por el alcohol ya algunos años atrás, Cesar jamás pudo aceptar a Mauricio como parte de su familia a pesar de que este lo trataba bien y le cumplía todos los caprichos que un niño de su edad podría tener.

Ya con los 17 años cumplidos, Cesar solía vagar por las calles de pequeñas colonias, donde habitaba gente con bajos recursos económicos sin estudios, y con poca oportunidad de tener un trabajo digno, o mejor dicho, sin deseos de superarse, en estas calles se podía apreciar basura en las banquetas, entre la cual destacaban las colillas de cigarros, también habían algunos niños jugando con un mal aspecto, con la ropa sucia y los pantalones rotos, las personas afuera de sus casas veían a Cesar extrañados de que estuviera en ese lugar. El rostro de aquellas personas no reflejaba amabilidad, aunque en ese tipo de lugares en donde consumir alcohol y drogas es común es lo que menos se espera.

Cesar con sus constantes visitas a esos lugares, consiguió algunas amistades, quienes pasaban la vida paseándose por la calle, consumiendo altas cantidades de drogas y molestando a las personas que se cruzaban en su camino, y esos supuestos amigos lo incitaron a consumir drogas.
Esto, termino de dañar la vida de Cesar, que de por sí ya lo estaba desde la muerte de su padre. Su actitud empeoro, ahora era un ser violento y más disperso que de costumbre. Poco a poco esta situación fue afectando también a su mama y hermana, quienes habrían podido sobreponerse por completo con el pasar de los años de no haber sido por Cesar, Mauricio ya cansado de esta situación, y de haber tomado una responsabilidad que no le correspondía decidió dejar a Claudia y a sus hijos.

Cesar se ahogo por completo en las drogas, ese ser que acababa con su mente y se apoderaba de ella sin dejarlo pensar mas allá de sus instintos, algo tan grande que no lo permitía dejar ir, y solo vería ese lado suyo en su delirio con las drogas. Se convertía cada vez mas en algo necesario, le permitía hacer cosas que no podría de ninguna otra manera, y ver mas allá del mundo que esta a la vista de los nosotros. Era algo especial poder estar en contacto con esa parte de el, sin oposiciones ni restricciones, solo seguir sus instintos.

Eran las cuatro de la mañana, cesar despertaba poco a poco y dejaba atrás aquel sueño, y fue entonces que decidió que no necesitaba mas a su familia, y así se marcho, solo con lo necesario para sobrevivir, sin importarle lo que pudiera pasar con su familia, caminando sobre la orilla de la banqueta, durmiendo por las noches en las bancas de los parques que se encontraba en el camino, y caminando de día, la mayoría de las veces metido en su paraíso. Las drogas no son un paraíso ni un sueño, son la lenta destrucción de aquellos que buscan su felicidad en ellas por el miedo a enfrentar la vida que si es de verdad, y no hay nadie que les pueda hacer ver esto si ellos no lo desean.

Inicio su viaje, y después de unas cuantas horas de camino, sin comida, sin agua, y con el cansancio de haber caminado tanto tiempo, sintió la necesidad de volver a soñar y encontrarse con eso que le causaba satisfacción, y entonces comenzó de nuevo. Así se siente libre, se apodera de su ser tímido y sale a relucir aquel sin inhibiciones, aquel que es dueño de lo que le rodea, y así, entre sueños sigue su camino. Despierta cada que lo desea y de igual manera vuelve a soñar.

Después de tres meses aproximadamente, entre sueños y fantasías, Cesar se ve en la necesidad de buscar trabajo, necesita reencontrarse con las drogas. Después de tantos intentos fallidos, tocando puertas que no se abrirían para una persona en ese estado, logra encontrar trabajo en una ladrillera, es un lugar demasiado grande para la cantidad de trabajadores que tiene, donde las áreas mas apartadas resultan un poco tenebrosas, un sitio en el cual en vez de ser tratados como seres humanos, los trabajadores son tratados como maquinas que trabajan mas de lo que una persona puede aguantar. Pero cualquier cosa en poca para Cesar si con eso logra conseguir reunirse con su otro yo a través de las drogas.

Un día, Cesar decide irse a meter a un bar del rumbo con una muy mala reputación, en uno de los lugares más peligrosos y escondidos que hay en los barrios donde se encuentra en esos días. Va caminando y preguntando la ubicación exacta del lugar, y así entre calles estrechas y la oscuridad de la noche con la única luz de las lámparas que pone el gobierno para aparentar su interés en la sociedad, por fin se encuentra enfrente del bar, Cesar se queda quieto por un instante, pensando sobre la mala fama que tiene y las cosas que habla la gente sobre ese lugar, es entonces cuando decide entrar. Ahí dentro se percibe un fuerte olor a marihuana, y se puede ver a todos aquellos señores ya bien felices con todo eso, entre alcohol, drogas y cigarros, y también todas esas mujeres que no se tienen ningún respeto. Un aspecto de verdad despreciable que podría deprimir a cualquier persona con un poco de decencia que se le ocurriera tan solo pararse por ahí.

Cesar sin dudar mas pregunta a la primera persona que se le pone enfrente con quien puede conseguir las drogas, y sin ningún descaro en conducido hacia la barra, ya bien sentado en los incómodos bancos del bar Cesar le pide una dosis al barman, quien al igual que el bar tiene un horrible aspecto.

Y es entonces cuando vuelve a entrar a ese paraíso que lo tiene tan alegre cada vez que se encuentra con él, cada vez más intenso, parece el mismo cielo, se pueden percibir las nubes mientras que se siente la suave brisa del aire en su cara, poco a poco va cambiando ese ambiente, hace mas calor, Cesar no se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, comienza a sentir mareos, los siente mas fuertes cada vez, se siente mal, quiere despertar pero hay algo que no se lo permite, ya no es como antes, ya no puede controlarlo mas, es una necesidad, no puede soportar esa sensación y se desmaya.

Ya es de mañana, Cesar empieza a salir de ese trance en el que cayo la noche anterior, regresa nuevamente al mundo real, esta demasiado cansado, al abrir los ojos observa un lugar distinto al que se supone debía encontrarse, es un cuarto de hospital, muy limpio para lo que esta acostumbrado, con un pequeño mueble al costado de su cama y flores sobre el, sabanas blancas y una grande ventana que deja ver a través de ella un hermoso paisaje. Sin darse cuanta entra una enfermera, muy amable y atenta. Cesar no sabe como ha llegado a ese hospital, y al momento en el que se dispone a preguntarlo una mujer entra al cuarto, es Mayra, la persona que lo llevo ahí cuando cayo desmayado.

Cesar no logra recordar muchas cosas sobre la otra noche, pero si recuerda haber visto en uno de los rincones del bar a esa mujer. Cesar no hace mas que dar las gracias y sin alguna otra palabra esperar que Mayra se retire del lugar, pero ella no lo hace, y en vez de eso decide iniciar una conversación con Cesar. Después de treinta minutos aproximadamente, un hombre interrumpe su conversación, se anuncia como Emilio Cuevas y se dirige a Cesar, Mayra sin dejarlo acercarse demasiado a el, ya sabiendo a lo que va lo lleva hasta la puerta del cuarto, ahí charlan un poco, y en uno de lo no muy extraños casos de corrupción de este país, se arreglan para olvidar el asunto, y cesar como sabe lo que le conviene decide quedarse callado.

Para no causar alboroto, Emilio le pide a Cesar a abandonar el hospital, Mayra lo da de baja y después de unos minutos le permiten la salida, ya fuera, los tres hacen como si nada hubiera pasado, el agente se retira con una ligera sonrisa marcada en su rostro, y los otros dos continúan su conversación, así pasan las horas y recordando lo que había sucedido sin ninguna vergüenza Mayra ofrece a cesar ir a su casa y volver a drogarse, Cesar sin ninguna oposición acepta.

Lo hace otra vez como siempre, solo que ahora tiene compañía, el tiempo se pasa demasiado rápido, y sin darse cuenta el cielo se obscurece, Cesar al darse cuenta de esto cree que debe irse de ahí, pero Mayra lo detiene, no tiene que irse, no tiene tampoco a donde y lo invita a quedarse en su casa. Cesar no tiene un lugar donde dormir y se le hace muy fácil quedarse con ella, así pasa un tiempo, hasta que deciden formar una pareja, y auque Mayra es una mujer mayor, no resulta un impedimento, después de todo Cesar ya no necesita trabajar, se conforma con lo que Mayra le da, un lugar donde vivir, comida y la droga que es indispensable para ellos.

Así inician una vida juntos, si es que eso se puede llamar vida, entre drogas, Antes el paraíso y poco a poco convirtiéndose en un infierno que acabaría con sus vidas.

Cesar se encuentra solo, y comienza a soñar de nuevo, pero no es como en el principio, ya no hay cielo, ni nubes ni nada de eso, ahora solo hay desesperación, ese ser que se mostraba valiente ha cambiado por uno que aparenta serlo, pero dentro de el solo hay temor, Cesar se da cuenta de esto y quiere dejarlo pero ya es demasiado tarde, ya no hay salida, siempre hay algo que lo sigue.

Llega Mayra a su casa y se encuentra con Cesar, ella lo saluda, pero Cesar no se muestra atento, esta pálido, con los ojos rojos, esta perdido entre esos sueños que ahora se transforman en pesadillas, Mayra intenta acercarse pero recibe un golpe de Cesar, Mayra se retira asustada y si hacer nada mas.

Al otro día, Cesar no ha consumido drogas, y siente la necesidad de hacerlo, el ya sabe las consecuencias e inútilmente se resiste, ya no quiere hacerlo, pero hay algo que lo obliga, no puede luchar contra eso, es ese ser que tiene miedo de vivir la vida que es mejor que cualquier infierno provocado por las drogas, pero ya no hay mas que hacer, entra a ese mundo lleno de alucinaciones, su cuerpo ya no resiste mas, y con el mas mínimo esfuerzo este cae, pero ya no esta en un cuarto de hospital, ya no despierta, ya no ve la luz del día, quien sabe si vera una luz al final del túnel, quien sabe si de verdad llegara al paraíso.


(porfavor si no es mucha molestia me gustaria saber que piensan de mi cuento, gracias)
Datos del Cuento
  • Autor: A.R
  • Código: 8575
  • Fecha: 23-04-2004
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 4.84
  • Votos: 68
  • Envios: 2
  • Lecturas: 3156
  • Valoración:
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