Confiemos en Dios.

(Historias Bíblicas para niños.- 67)

“Con alguien leal Dios actuará en lealtad”, así leemos en el Salmo 18, verso 25. Esto nos demuestra que nosotros debemos de ser leales a Dios para que él vea nuestro modo de vivir, como desea que hagamos y entonces, al mantenernos cerca de Dios, actuará en lealtad y nos bendecirá si le somos obedientes a sus leyes y mandamientos.

Un ejemplo de esta forma de actuación de parte de Dios lo tenemos en el caso del rey de las dos tribus del sur, Judá, llamado Jehosafat. El fue un rey que destruyó los altares del dios falso llamado Baal y los ídolos que había en su país. El quería que la gente conociera las leyes de Jehová Dios. Por eso, envió a los príncipes y los levistas, estos últimos eran de la tribu de Leví los cuales fueron nombrados por Dios mismo como los sacerdotes para su templo y para la nación, por toda la tierra de Judá para enseñar las leyes de Jehová Dios a su pueblo. Jehosafat fue un rey bueno igual que su padre Asa fue bueno también. Así que por muchos años la gente del reino de dos tribus del sur goza de una buena vida.

Las naciones vecinas tenían miedo de atacar a Judá porque sabían que Jehová ayudaba a su pueblo. Hasta le llevaban regalos al rey Jehosafat. Pero entonces, la gente de Ammón, Moab y otros pueblos de la region de Seír se fueron a pelear contra Judá. A la gente de Judá le da miedo porque unos mensajeros le dicen a Jehosafat: “Viene a atacarte un ejército grande de los países de Moab, Ammón y monte Seír”. Muchos israelitas se reúnen en Jerusalén para buscar la ayuda de Jehová Dios. Jehosafat sabía que necesitaba de esa ayuda divina, asi que reune a todo el pueblo, tanto hombres como mujeres y niños, en el templo y delante de todos ellos hace una oración a Dios: “Jehová, sin tí no podemos ganar la batalla. Por favor, dinos qué tenemos que hacer”.

Jehová escucha y hace que uno de sus siervos le diga al pueblo la respuesta de Dios: “No tengan miedo, yo los ayudaré. Vayan a sus puestos, quédense quietos y vean cómos los voy a salvar”. “La batalla no es de ustedes, sino de Dios. No tendrán que pelear. Miren nada más y vean cómo los salva Jehová”. ¿Cómo los salvaría Jehová?.

A la mañana siguiente, Jehosafat le dice al pueblo: “!Confien en Jehová!”, entonces, escogió cantores y les dijo que marcharan delante del ejército y mientras que estos cantores marchaban iban cantando alabanzas a Jehová Dios, ellos estaban muy alegres cantando esas alabanzas con voz bien fuerte. Al salir de Jerusalén se dirigen hacia el campo de batalla, que estaba en un lugar llamado Tecoa.

Mientras tanto Jehová Dios luchaba por su pueblo. Confundió a los guerreros de Seír, a los ammonitas y los moabitas y empezaron a pelear entre ellos. Todos murieron. Pero Jehová protegió a su pueblo. !Y cuando los israelitas llegan, todos los soldados enemigos estaban muertos caídos en el suelo!.

Todas las naciones vecinas se enteraron de lo que Dios había hecho para con su pueblo y se dieron cuenta de que él seguía defendiendo a su pueblo fiel de sus enemigos.

Jehosafat fue muy sabio al confiar en Dios, ¿verdad?. Si hacemos lo mismo, seremos sabios también y llegaremos a tener la guía y bendición de Dios siempre. Si necesitas aprender más sobre como Jehová protege a su pueblo hoy día, comunícate con los testigos de Jehová del lugar donde vives y ellos amablemente podrán ayudarte y reponder a cualquiera de tus preguntas sobre Dios. 

Esta historia bíblica la puedes leer en tu Biblia en el libro de 1 de Reyes capítulo 22, versículos 41 al 53, 2 Crónicas 17:1 al 19 y 20:1 al 30.