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Categoría: Aventuras

Con doble "Ele"

La mullida alfombra de hojas secas multicolores que el viento habíase encargado, algunas veces con sarcástica delicadeza y otras con furiosa violencia, arrancar de otrora verde follaje de los espesos bosques acallando pausada y sistemáticamente el susurro de los abetos balsámicos y que inequívocamente conformaban el helado paisaje del frío y norteño estado de la Unión Americana o mejor conocida como; estados Unidos de Norte América ( o para ellos solamente América) abreviado como USA, lo cual no me parece muy adecuado ya que el gentilicio correspondiente no les haría mucha gracia que digamos que en todo caso y en español, los habitantes nacidos en ese país serían “USADOS”, lo que me causaba hilarantes y callados pensamientos cada vez que tal idea cruzaba por mi inquieta mente. Por cierto soy un Gnomo o Duende de ochocientos años de edad, pero que en los casi diez y siete últimos años me han parecido casi un milenio y esto lo digo y lo sostengo sin exagerar.
Bueno, bueno volviendo al principio, uno de mis pasatiempos favoritos consiste en pisar las hojas secas con lo que se resultaba un metódico sonar al crujir bajo mis sandalias de piel de foca forradas con pelambre de vicuña y suela de panza de ballena complementadas con gruesas y calientitas calcetas de lana tejidas a la medida puntada por puntada, lo cual me causó un terrible ataque de risa que no pude parar en casi ocho meses con dos semanas, tres días y ocho horas con cuatro minutos y veintisiete segundos ya que fueron tejidas directamente sobre mis piecitos, bueno ya saben que todo en esta vida desde que a este muchacho Alberto o como todo mundo lo conoce, Albert se le ocurrió la famosa Ley de la Relatividad esto de decirle piececitos eso significaría que en México calzaría del número diez, en estas tierras sería del doce y en el llamado Viejo Continente . . .¡Ya me hice bolas! Y para terminar la descripción de mis botas mismas que no ciertamente tenían un olor agradable y no porque me sudaran los pies los que mínimo cada sábado me tocara o no me tocara, me los lavaba en alguno de los riachuelos que alimentan a lo que después se convierte en el Río Mississippi mismo que pasa a un lado, o mejor expresado parte en dos a la Ciudad de Saint Paul, ¡San Pablo! Hubiera gritado Pame. Ya me desvié otra vez, sucede que para hacer impermeables mis botas las embadurne durante seis meses diariamente por la mañana, al medio día y por la noche con grasa de oso polar. Tal globalización lograba que ni los más feroces lobos se me acercaran ni a diez millas ¡Diez y seis kilómetros con noventa metros! Hubiera gritado de nuevo Pame.
Estos parajes son tan fríos como solitarios y por fin en mucho tiempo no he sido requerido por estos muchachos, sin embargo desde aquí los vigilo y a no ser por los lejanos aullidos de algún solitario lobo o el gélido trinar de uno que otro cardenal, pajarillo este de granado plumaje o el tétrico ulular del correr del viento al través de los añejos troncos que entona extraña sinfonía que es capaz de helar al mismo hielo que cubre uno de los tantos lagos que por ahí se encuentran y junto con ello hasta mis más recónditos pensamientos.
Extrañamente y contra lo natural la inquietud, que no su actividad que va más allá de lo que sigue de la hiperactividad, tanto de Pame como de Liann, se encontraban como la temperatura, por debajo de cero. Así que los constantes carreras de Pame de las mesas de corte a las bodegas de telas, de su computadora al teléfono y aunque siempre carga su celular en su bolso, en primera nunca recuerda dónde la deja y por lo general siempre lo mantiene en modo de silencio.
Bueno y que decir de Liann que de los Centros de Abasto de avituallamientos orgánicos corre a la cocina, bueno corre a la velocidad que le permiten las leyes restrictivas de carreteras y calles en su natal Saint Paul, perdón, perdón San Pablo, de la cocina a las mesas, de las mesas a la Cava, de la cava a buscar su celular para tratar de comunicarse con Pame lo cual rara vez logra dando como resultado refugiarse en su pequeña y cómoda así como acogedora oficina haciendo su muy e íntimo refugio personal ya que la decoración nada que ver con sus actividades de Chef sino que está repleto al grado de simular un pequeño museo con recuerdos de cuanto lugar han pisado ella, Pame su prima favorita y Chellín, su hermano favorito (bueno solo tiene ese hermano y con él se basta y le sobra y lo que sigue). Abate las persianas, gira el seguro de la puerta, disminuye la intensidad de la iluminación, enciende su Lap-Top, por cierto obsequio de Chellín e idéntica a la de uso personal de Pame que también es un obsequio para su prima favorita y que son una especia de “Teléfono Rojo” y que solamente utilizan para sus personales comunicaciones ya que no guardan archivo alguno que no sean los de sus conversaciones aunque claro que los complementan con una que otra fotografía de algún diseño de moda, lo que convierte a Liann en ser la primera en enterarse de los trazos en los diseños de Pame y a esta en ver y deleitarse ante que nadie de los increíbles emplatados de las delicias que Liann prepara para sus comensales.
Tal sí fuera Percepción Extrasensorial, ambas inicia al tiempo con precisión de entrada en la ejecución de una sinfonía el inconsciente ritual de encendido de sus respectivos aparatitos de manera que al cabo de escasos segundos ambas se encuentran en contacto. Ya frente al monitor posicionadas frente a la video cámara y sin importar que la diadema de audífonos y micrófono estropeé su peinado se saludan tal como sí hubieran transcurrido siglos sin verse. El monótono repiquetear del uso del teclado que da totalmente mudo he inician dos charlas simultaneas que por supuesto van seguidas por respuestas simultanea aunque no se trate del mismo tema.
Esto es el inicio de una sesión de intercambio de problemas, aventuras y comentarios que daría píe a un casi interminable intercambio de comentarios, fotografías y sus descubrimientos musicales que sin darse cuenta de la hora y el tiempo transcurrido o de la protesta intestinal a la escases de alimentación, se mantenían perdidas inmersas en el ciber espacio. A partir de ese momento el segundero, analógico o digital, se detenía para las dos y a partir del contacto inicial, relegaban sus responsabilidades en sus respectivos asistentes que ya estaban habituados a tales situaciones.
Ventaja era que aunque a varias millas ¡Kilómetros! Gritaría de nuevo Pame, de separación, compartían el mismo huso horario así como también el gusto heredado de Norsi-Bo por el café de grano del cual se hallaban provistas de sendos recipientes de la aromática infusión recién elaborada a base de gafé de grano que directamente les proveían del mismo Coatepec, del náhuatl: cātepēc [ˌkuːaːˈtepeːk], “en el cerro de la serpiente”, es un municipio y una ciudad localizada en el centro estado de Veracruz, México. Y es reconocido por su producción de café de altura y por poseer un clima privilegiado para el cultivo de orquídeas, flor que adornaba la foto bellamente enmarcada de los tres, Pame, Chellín y Liann, tal y como se expresa en periodismo; “de izquierda a derecha” sin Tener relación alguna con su edad ya que al tratarse de años Chellín sería siempre el mayor pero cuando se tratase de autoridad invariablemente Pame llevaba la batuta y esto a pesar de que no era mucha la diferencia en edad.
Liann acostumbraba degustar su cafecito en típico jarro de barro recuerdo de la misma alacena de Kitty y cuyos orígenes se perdían en remotos tiempos pero que en una de las anuales visitas a la casa de los abuelos en la hermosa Ciudad de México, se había heredado. Se trataba de una jarro oriundo de Oaxaca, en barro negro vidriado cuya única decoración era una estrella de cinco picos avatar favorito de Pame la que a la vez saboreaba su infusión elaborada al más puro estilo antiguo, es decir, en una olla de barro, en una elegante taza decorada con un bajo relieve de la figura emblemática de un lobo símbolo del estado natal de Liann y de Chellín.
Por cierto que Liann y Chellín eran los primos gringos favoritos de Pame y a la vez Pame era la prima mexicana favorita de Liann y de Chellín.
Ambos recipientes eran mantenidos a temperatura ideal por medio de ingeniosas planchas eléctricas obsequio de Norsi-Bo.
Desde luego que sus conversaciones no las distraían de sus ideales, Pame le daba vuelo a la imaginación en cuanto a los diseños para su próxima “Pasarela” Liann creaba en su mente platillo tras platillo y establecía menús para sus próximos banquetes.
Chellín contra su costumbre se mostraba en alto grado, hiperactivo al punto que había abandonado sus investigaciones a cambio de preparativos para su partida a los bosques del norte de San Pablo al norte de Minnessota, evitó mencionar Saint Paul so pena que Pame sin importar la distancia que los separaba en ese momento le espetara en cara su relativo y fingido enojo por no expresarse en español.
Pócolo se encontraba feliz en el bosque, solo ya alejado de cualquier contacto con los muchachos, cantaba o al menos lo intentaba algo que decía;
Pócolo soy
soy un gnomo juguetón,
y aquí en el bosque soy feliz
aunque soy más feliz
cuando cuido a Pame, Liann y a Chellín
aquí bajo un árbol
en la rama más alta
vivo yo
junto a su raíz
o en lo alto
viendo una Aurora Boreal.

Pócolo soy
soy un gnomo
y sin necesidad de verte
y por más que tu te escondas
lo que piensas tu
podré adivinar.

Pócolo soy
soy un gnomo
y aunque chaparrito soy
siete veces más fuerte que tu
y por supuesto más veloz,
además siempre estoy de buen humor.

Pócolo soy
soy un gnomo,
anciano entre los ancianos del lugar,
de Floresta, Mami Pera me enseñó
a usar hierbas que yo sé que pueden curar.

Pócolo soy
soy un gnomo,
pequeñito y bonachón,
si me quieres conocer,
mucha atención has de poner.

Pócolo soy
soy un gnomo
y siempre vestido
de overol azul y mi gorra de Sony voy

Evito a mis enemigos,
los trolls y las mofetas,
con mi gorra de Sony y con mi Gopher-Bo
Ardilla que se cree lobo,
voy corriendo de aquí para allá,
subiendo ramas
y sí buscas setas
ten guidado no me pises
que siempre abajo estoy,
no sea que cometas una barbaridad
pues sí me comes
en Gnomo te convertirás.

Pócolo soy
soy un gnomo
y aunque chaparrito soy
siete veces más fuerte que tu
y por supuesto más veloz,
además siempre estoy de buen humor.

Pócolo soy
soy un gnomo juguetón,
y aquí en el bosque soy feliz
aunque soy más feliz
cuando cuido a Pame, Liann y a Chellín
aquí bajo un árbol
en la rama más alta
vivo yo
junto a su raíz
o en lo alto
viendo una Aurora Boreal.

Pócolo soy
soy un gnomo,
anciano entre los ancianos del lugar,
de Floresta, Mami Pera me enseñó
a usar hierbas que yo sé que pueden curar.

en estos bosques, bajo las estrellas,
me encuentro secretos que algún día
a Pame, Liann y Chellín diré.
Trabajo tranquilo, escribiendo mis memorias
y en mil y una cosas,
con Pame, Liann y Chellín yo siempre estaré.

Pócolo soy
soy un gnomo
y aunque chaparrito soy
siete veces más fuerte que tu
y por supuesto soy más veloz,
y siempre estoy de buen humor.

(Nota: “Mami Pera se refiere a la bisabuela mexicana de Pame, Liann y Chellín”)
- ¿Buen humor? ¿Bosques del norte de Saint Paul en Minnessota?
Gritó Pócolo
- ¡No es posible!
En menos de lo que le dura al triste la alegría ya estaba en un rincón del departamento de Chellín, mismo que se disponía a comunicarse por medio de internet con su amigo y compañero para, según ellos lo que sería su gran aventura sin mujeres ya que pretendían acampar en el mismo centro de un congelado lago a fin de practicar uno de sus pasatiempos favoritos y en el que pensaban las mujeres no encajaban.
Encendió su Lap-Top y al momento que bajaba el programa para comunicarse con voz, se escuchó un inconfundible claxon de tono grave y que correspondía al 4 x 4 Toyota Todo Terreno
Un poco exagerado ya que cómodamente sentado en el asiento del conductor Nicolás podía ver directamente el departamento de Chellín en el primer piso.
- Ya voy
Gritó Chellín
- Pásame tus mochilas Marcello. No tiene caso que las bajes y vuelvas a subirlas
- Ja, ja, ja. En eso tienes razón Nicolás. ¡Van!
- ¡Vienen!
En un santiamén y saliendo por la misma ventana Chellín saltó a la parte trasera del Toyota rojo de su amigo, acomodó sus mochilas y sin abrir la portezuela se introdujo por la ventanilla abierta del lado derecho.
- ¡Listo!
- Ya era hora, tengo una eternidad esperando
- No exageres, eternidad es esperar a mi prima y a mi hermana.
- Pues aunque no las conozco, te creo
- Bien, basta de plática. ¡Vámonos!
- ¡Vámonos!
El rugir de los tres cientos cincuenta caballos de fuerza producidos por el potente motor de ocho cilindros en “V”, hicieron vibrar los vidrios de las ventanas de cuando menos una cuadra.

La plática entre Pame y Liann descolló en la falta de comunicación de Chellín y aunque estaban conscientes de que cuando se encerraba en su oficina se adentraba en alguna investigación y ni el hambre lo separaba de sus aparatos e instrumentos, lo único que necesitaba era su dosis casi adicción de tener una buena taza con humeante, caliente y aromático café de grano, desde luego de Coatepec para lo cual hubo de haber inventado lo que su hermana y su prima, o como él mismo se refería a ellas; “Las Mujeres”, aludían como “El Cafeducto”. Ingeniosa combinación de utensilios de cocina, termómetros digitales, dosificadoras automáticas, dispositivos de encendido, básculas electrónicas y depósitos difuminados a lo largo de una complicada e intrincada red de conductos que le permitían la elaboración de su infusión favorita cada vez que su taza contenía el último sorbo del Néctar de los Elegidos y que desde luego gustaba saborear tal y como alguna vez le enseñó Norsi-Bo (“Como a las mujeres”) pero esa es motivo de otra explicación.
- Oye, a propósito
- Dime
- ¿Y Chellín?
- No sé
- Algo deberá estar tramando
- Pues cuando no se desconecta, algo muy importante debe estar sucediendo
Lejos de imaginar lo que en realidad estaba sucediendo, empezaron a elucubrar y haciendo uso del pleno conocimiento en su comportamiento iniciaron un ejercicio mental que ayudaron con sus computadoras. Al cabo de casi una hora de analizar situaciones, época del año, condiciones climatológicas, ciber silencio, llegaron a la conclusión de que algo tramaba en cuyos planes no las incluía, lo cual desde luego no podía suceder.

- ¡Claro que no puede suceder!
Gritó hacía sus adentros Pócolo ahogando un grito para lo cual cubrió su boca con sus dos manos. Lo malo es que olvidó que en su mano derecha acogía a Gopher-Bo mismo que dormitaba al calor de los guantes de lana que había adquirido en un paso por el Centro Ceremonial Otomí

Bello lugar enclavado cercano al poblado de Temoaya en el Estado de México y que es una puerta abierta al pasado que revela al visitante aspectos de la historia de las etnias Otomí y Mexica, las cuales se establecieron en este valle hace más de 3,0 años y donde encontró vestigios de haber sido lugar de pernocta de su mismo abuelo.
Cabe aclarar que cuando se hace referencia a; “ los guantes de lana que había adquirido” no insinúo que precisamente ocurriera los hubiese pagado ya fuera con monedas contantes y sonantes o en el último de los casos que lo hubiera cambalacheado, sino que haciendo uso de algunas pertrecharías espero oculto a que la noche cayera y mediante unos pases mágicos, invocó a los espíritus de sus ancestros he hizo que un par de agujas tejieran tan cálidas prendas siendo que desde esa noche formaron parte indispensable en su equipaje y que además rara se desprendiera de ellos por más alta que prevaleciera la temperatura ambiente así como también de esa manera se ahorraba la molestia de estar lavándose las manos a cada rato, aunque eso de “a cada rato” rara vez sucedía.
Estuvo a escasos milímetros que al asustarse Gopher-Bo, casi le da tremenda tarascada con sus afiladísimos incisivos lo que hubiera acarreado que Pócolo hubiera tenido que traer vendado al menos por espacio de un mes su afilada nariz.
El grito de Pócolo ahuyentó a cualquier lobo que estuviera a unos veinte kilómetros a la redonda.
Sus ochocientos años ya le empezaban a pesar de manera que prefería cuidarlos juntos que por separado. Aunque lejos estaba de imaginar lo que le esperaba.

- ¡Ya lo tengo!
- ¡Yo también!
- ¡Claro! Como que deben estar preparándose para perderse en los bosques del norte y acampar en el medo de algún lago.
- ¿Deben?
- Claro, Él y Nicolás
- Este, este, este
- ¡No empieces!
- Creo que tienes razón
- Y nunca ha querido llevarnos.
- Aja, y solo porque dice que es muy peligroso
- Pero qué puede ser más peligroso que lo que hemos pasado
- Y las veces que lo hemos pasado
- ¡Salgo para el MSP! Allá te veo
- Háblame cuando abordes en Chicago
- Te lo prometo
- Y no olvides venir bien abrigada
- ¿Hace mucho frío?
- Pame . . . recuerda que tu invierno para mi es un verano. Recuerda que vienes a “La Congeladora del Mundo”
- Eso si que si
- Te llamo
En menos que tardó en apagar su Lap-Top, Pame ya estaba saliendo dando indicaciones a diestra y siniestra a sus asistentes, que no empleados. Ya un taxi la esperaba en la puerta de su centro de trabajo y con rápidas indicaciones se trasladaron, primero a casa de los abuelos, ritual que cumplía fielmente por corto que fuese su viaje. Ahí siempre tenía preparada cuando menos tres tipos de equipajes y eso solo se trataba de una sola maleta del tipo de rueditas y jaladera que caben perfectamente en el compartimento sobre el asiento. Por tratarse de un viaje a San Pablo no se preocupaba mas que por lo indispensable ya que en el departamento de Liann contaba con lo necesario para cualquier condición de compromiso.
En su maletín de viaje no falta, además de su cosmetiquera, su Lap-Top ya que sus ideas nacían en cualquier parte y en cualquier momento.

Chellín y su Nicolás pasaron a una Estación de Servicio de Texaco a la revisión anterior a un viaje. Revisaron niveles de lubricantes, descongelante, agua para los ,limpiadores y por supuesto rellenaron el tanque de gasolina. Mientras aprovecharon para hacerse de sendos vasos de café, supuestamente de grano colombiano.
- Esto sabe a jugo de paraguas
- Pues yo creo que a caldo de calcetín
- Oye
- Mh
- Yo no tomaba café
- ¿Y?
- Pues desde que iniciamos nuestro primer proyecto noté el gusto con que lo tomabas que desde esa ocasión consumo cuando menos una taza diario y eso por la mañana
- Pues a donde vamos tomarás lo que nunca has tomado en toda tu incipiente vida
- ¡Oye! Nacimos el mismo año
- Por eso
Aún a su pesar aceptaron el comercial café y se reservaron dos termos con infusión hecha con café de Coatepec.
Nuevamente aceleraron para cruzar el Mississipi por el “High Bridge” . Su destino era el Condado de Koochiching muy al norte del estado y frontera con Canadá.
Nicolás se encargó de alquilar una cabaña a la orilla del Lago de las Lluvias “Rainy Lake” mientras Chellín se encargó de los pertrechos incluyendo una cabañita de madera, de cuando mucho dos por dos metros donde se refugiaban de las inclemencias del tiempo y esperaría pacientes que algún pez se dignara cruzar en su derrotero y aceptara devorar el señuelo fijado a alguno de los seis anzuelos que pensaban introducir bajo la capa de hielo que en esa época debería tener cuando menos cincuenta centímetros de espesor.
Marcello y Nicolás coincidieron en sus investigaciones y se conocieron en el MIT donde desarrollaron un estudio denominado “ Exploración fundamental de la superficie y las reacciones de intercambio iónico que aparecen debido a la presencia de minerales de carbonato y la hidroxiapatita, con consecuencias que van desde el geosecuestración del dióxido de carbono atmosférico, la homeostasis del calcio y el equilibrio ácido-base de los fluidos del cuerpo humano a los procesos de biomineralización y sus efectos en el efecto invernadero y el calentamiento global”. Experimento que les valió el reconocimiento de connotadas universidades de toda América inclusive el de reconocidas instituciones a nivel mundial.
Sin embargo sus encuentros, por cierto muy esporádicos se reducían a la coincidencia en Seminarios y Conferencias a las que eran invitados a fin de dictar conferencias magistrales.
Siendo que Pame y Nicolás eran propiamente paisanos no había habido oportunidad de que se conocieran y tanto fueron las referencias a las que constantemente aludía Chellín sobre la relación con ella y con Liann, su hermana, que germinó una cierta curiosidad por conocerlas aunque ya fuera por una u otra cosa esa ocasión se fue posponiendo.
- Oye
- Mh
- Y por qué no invitaste a Pame ya Liann
- Ni loco, esto es demasiado frío para ellas. Además dudo que les atraiga la pesca invernal sobre lagos congelados
- Sí, es posible
El viaje transcurrió dentro de los límites razonables y cada determinada distancia o tiempo transcurrido intercambiaban lugares de tal manera que ambos fueron actuando ya como piloto, ya como copiloto.
- Oye
- Mh
- Lo que no te he comentado es que el nombre completo de Pame es Pamella.
- ¿Con doble”Ele”?
- Aja
- ¿Y el de Liann?
- ¡Ah! Ella es Alianna
- ¿Con doble “Ene”?
- Así es. Además que tiene un segundo nombre
- ¡Órale!
- Si, también el Ix-Tchel
- ¡Órale!
- ¿Y tu solo eres Marcelo?
- No, también tengo un segundo nombre
- ¡No me digas!
- Pues también me llamo Santiago
- ¡Órale! ¿Y seguro tendrás por ahí una doble letra?
- ¿Qué comes que adivinas?
- ¡No indagues!
- Si, en realidad mi primer nombre es Marcello
- ¡Órale! Con doble “Ele”
- Así es, de modo que para que cumplas con integrarte al grupo de aventuras, de este momento en adelante y a partir de este momento “Yo te bautizo con el nombre de Nicollas”
- ¿Con doble “Ele”?
- Desde luego
- Ja, ja, ja
Entre broma y broma y comentario no relacionado con sus actividades académicas, lo cual estaba plenamente prohibido, el camino se hizo cada vez más placentero y casi sin darse cuenta y para su sorpresa, arribaron a su destino.
¡Y vaya que sí que les esperaba una sorpresa!

Cuando Pame se dejó ver por la puerta de salida, Liann con menudo salto la recibió al grado que casi la hace caer sobre la banda de entrega de equipaje que en ese momento iniciaba a funcionar en su incansable e interminable movimiento en un solo sentido. Antes de que esto sucediera. Iniciaron una especie de danza que era la más pura y real muestra del gusto que sentían cada una de ellas para con la otra, ritual que se repetía invariablemente a cada encuentro sin importar que tan solo hubiese transcurrido unas cuantas horas.
Ya habían sido tantos encuentros en el aeropuerto Charles Lindbergh que hasta los maleteros las conocían.
- Tengo que decirte algo
- Cuenta, cuenta
- Vamos por mi auto y en camino a casa te platico
- Sale
Tomaron la 494 hasta la 35E y considerando que era martes del 2 x 1 se detuvieron en “Buffalo Wings” a sabiendas que a Pame le atraían precisamente las Alitas que ahí preparaban.
Poco podían esperar para ordenar e iniciar su chismorreo.
- ¿Qué crees?
- ¿Qué creo?
- Que en cuanto terminé de apagar mí Lap-Top baje al sótano a preparar maletas y que me encuentro con dos mochilas ya preparadas con ropa muy abrigadora; guantes, gorras, bufandas, botas especiales para nieve, chamarras con rompe-vientos
- ¿?
- Espérate, además un mapa del Condado de Koochiching que ya averigüé que está muy al norte del estado y frontera con Canadá
- ¿?
- Lo interesante es que tiene marcado un lugar que he averiguado se trata de un complejo de cabañas a la orilla del Lago
- ¿?
- ¿Crees que lo haya dejado a propósito Chellín?
- No lo creo capaz, de ser cierto nos lo hubiera comentado
- Cierto, nunca sale sin avisarnos, pero por sí las dudas ya tengo todo preparado para salir inmediatamente que te pongas algo más abrigador porque tu vestido será muy de alta costura pero no aguantarás el frío.
- Eso que ni qué y espero ya hayas preparado algo para el camino ya ves que ahora cuando mucho te dan un paquetito de cacahuates japoneses y eso es como las cantinas,
- ¿Cómo?
- Para que te de sed y así te veas obligada a comprar un trago
- Ja, ja, ja
- Que coda eres como sí te doliera gastarte cinco dólares en una cervecita
- No soy coda, soy ahorrativa y mejor mi termo lo relleno con una “Negra Modelo” que esa si que es cerveza.
- En eso estoy de acuerdo. Espero me hayas guardado un traguito
- ¿Qué te pasa? Te traje otro termo igual. Por poco y no paso en la aduana
- ¿Y qué hiciste?
- Unos ojitos al Visa y ni me revisó. Lo bueno es que me tocó un grandote, ojo azul, pelo güero aunque con un corte que parecía alfombra y una manotas que qué te digo.
- Ya párale y termina
- Mejor pedimos para llevar
- ¿Llevar qué? Solo huesitos dejaste
- Me refiero a pedir otra orden para llevar
- Ja, ja, ja
- Y, cómo vamos a llegar
- ¡Ah! En primera ya contraté a un guía Sioux que según me enteré es propiamente el mejor ya que también es detective, chofer, cocinero y experto cocinero.
- ¡Órale! Todo un estuche de monerías.
- Eso que ni que, porque francamente si que parece un monito.
- Bueno no todos van a parecer jugadores de Rugby bueno, eso si que sería mucho pedir.
- Y en que nos vamos ¡Ah! Pues en el Hummer de papá
- ¡Te lo prestó!
- Sh, que no te oigan, recuerda que papá y mamá están en su treintava Luna de Mie. Es màs me comentaron que pasarían a visitar a los abuelos de México y aprovecharían para ir a saludar a unos buenos amigos que viven allá en tu tierra,
- Quiénes
- Anita y Willy los padres de Nicolás
- ¿Nicolás?¿Nicolás? me suena
- ¿Te suena?
- No te hagas que bien sabes a quién me refiero, el amigo de Chellín
- ¡Ah! Si, el que se la pasa estudiando y metido en el laboratorio y que cuando se encuentra con Chellín no dejan de hablar de; Física Cuántica, Iones, Cationes, teoremas en proceso de comprobación, publicaciones en revistas científicas, asistencia a seminario, exposición de Conferencias Magistrales.
- Ese mero, pero que también practica varios deportes de los llamados extremos.
- ¡Ah! Si, recuerdo cuando ganaron la Regata por parejas compitiendo contra Harvard sus más acérrimos deportivos enemigos.
- Y que después por la noche de premiación te la pasaste tratando dizque enseñarle a bailar Salsa siendo que es todo un bailarín consumado
- Al fin compañero de parranda de Chellín
- Bueno, a estos dos les sale lo latino al menor pretexto.
Ya habían llegado a casa de Liann y una vez ataviada apropiadamente dispusieron reunirse con su guía Sioux mismo que los esperaba en Bocachica donde ya había dado cuenta de una buena ración de “Nachos”
Inmediatamente tomaron la 35E y se dirigieron al norte atravesando primeramente el Mississipi sobre el Puente de la Robert y pasando por el mismo centro de San Pablo.
No bien habían dejado atrás los suburbios de la capital del estado cuando fueron recibidas por el inicio del gélido paisaje al que se enfrentarían en unas cuantas horas.

El camino transcurrió casi en silencio y ya casi para el Sol empezara a ocultarse arribaron al Lago de las Lluvias donde inmediatamente se informaron de la cabaña que había sido alquilada por Chellín y Cóllas los que aún no llegaban debido a que el abuelo Norsi-Bo le había heredado a Chellín el detenerse en cada pueblo por el que atravesaran bajo cualquier pretexto; ya fuera un cafecito, un heladito, el revisar la camioneta, las palomitas, el adquirir cualquier cantidad de chucherías y todo lo que uno pueda imaginarse.
Pame y Liann hicieron presa de sus encantos y convencieron al encargado de las cabañas para que les proporcionase la llave de la puerta de entrada.
Una vez que entraron, Sukmani tutanka que era el nombre de su guía y que posteriormente supieron que el significado de su nombre es; “Camina junto al Lobo” se encargó afablemente de encender unos cuantos leños en la chimenea después de lo cual se retiró declinado la invitación de Pame y de Liann para que pernoctara en la misma sala donde se encontraba la chimenea.
Agradeció mediante una simple y sencilla inclinación de su frente y salió al “Porche” donde asumió una posición similar a la conocida como “Flor de Loto” en yoga, cerró sus ojos e inició una oración que a la letra decía:
OH GRAN ESPÍRITU, CUYA VOZ OIGO EN EL VIENTO
Y CUYO RESPIRO DA VIDA A TODO EL UNIVERSO.
ÓYEME , SOY PEQUEÑO Y DÉBIL, UNO DE TUS MUCHOS HIJOS.
DÉJAME PASEAR EN LA BELLEZA Y PERMÍTEME QUE MIS OJOS SIEMPRE PUEDAN CONTEMPLAR EL ROJO Y EL PÚRPURA DE LA PUESTA DE SOL.
HAZ QUE MIS MANOS RESPETEN LAS MUCHAS COSAS QUE TUS HAS CREADO Y AGUDIZA MIS OÍDOS PARA OÍR TU VOZ.
HAZME SABIO PARA COMPRENDER TODAS LAS LECCIONES QUE TU HAS ESCONDIDO DETRÁS DE CADA HOJA Y DE CADA ROCA.
DAME FUERZA NO PARA SER MÁS FUERTE QUE MI HERMANO SINO PARA LUCHAR CONTRA MI PEOR ENEMIGO: YO MISMO.
Y HAZME SIEMPRE LISTO PARA IR ANTE TI CON LAS MANOS LIMPIAS Y LA MIRADA RECTA PARA QUE CUANDO LA LUZ SE DESVANEZCA COMO SE DESVANECE LA PUESTA DE SOL MI ESPÍRITU PUEDA LLEGAR ANTE TI SIN NINGUNA VERGÜENZA..
Una vez terminada permaneció inmóvil y aparentemente entró en trance ya que no volvió a moverse.
Pame y Liann lo observaron en silencio y con respeto hasta que decidieron desplegar sus bolsas de dormir y sin más ni más se desearon las Buenas Noches y en un santiamén estaban sumergidas en el más profundo de los sueños.
Pame soñaba con lobos corriendo sobre grandes extensiones de nieve dirigiéndose a helados y congelados bosques de abetos donde parvadas de “Cardenales” gorjeaban canticos que le parecía los cantos de los canarios de Mami Pera
Liann por su parte soñaba que viajaba en el Metro de la Ciudad de México y en autobús sobre el Paseo de la Reforma hasta llegar a “La Feria” donde subía a cuanto juego mecánico hay instalado.
El alba las despertó adosado a exquisito e incitante olor a pescado fresco dorándose a las brazas.
Efectivamente, Sukmani tutanka había salido muy de madrugada a pescar y había logrado cobrar cinco magníficos ejemplares de Percas, de excelente sabor al que acompañaron con aromático jarro de café.
- Sukmani, ¿Por qué asas cinco peces sí solo somos tres?
- Pronto seremos cinco
Al momento de terminar esa frase se escuchó el rugir de una camioneta que se acercaba a toda marcha.
Eran Chellín y Cóllas que no salían de su asombro al ver que Pame y Liann estaban junto a una fogata donde asaban unos peces atravesados con una vara y se disponían a, propiamente desayunar.
- Pame, Liann, qué hace aquí
- Esperándolos vengan, deben traer hambre
- ¡Hambre y lo que sigue!
- Pues vengan y mientras desayunamos les platicamos cómo es que llegamos aquí.
- Si, si y también les presentaremos a Sukmani tutanka
- ¿Perdón?¿A quién?
- A Sukmani tutanka nuestro guía
Voltearon en todos sentidos y no vieron a persona alguna.
En lo alto de una enorme roca y ocultándose tras de un congelado matorral, Pócolo se desternillaba de risa almmismo tiempo que se lamentaba para consigo mismo y decía para sus adentros.
- Ahora serán cuatro. Esto es demasiado para mis ochocientos años. ¿Qué le voy a hacer? Ni modo.
Los cuatro; Pame, Liann, Chellín y Cóllas empezaban a saborear aquel autentico manjar que merecía haber sido preparado por las hábiles manos de Liann al tiempo que cruzaban comentarios acerca de sus respectivos viajes-
- ¿Qué?¿Creían que se desharían de nosotras?
- Pues no chiquitos
- Y de aquí a pescar
- Que a eso vinieron
- Pero, por supuesto que nunca podrán dejarnos a un lado en sus aventuras.
Ahora encaramado en una alta rama de un abeto y casi perdiendo el equilibrio, Pócolo murmuraba.
- Pero, por supuesto que nunca podré dejarlos a un lado en sus aventuras. ¡Y ahora serán cuatro!

Enero de 2011
Datos del Cuento
  • Categoría: Aventuras
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