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Categoría: Románticos

CUENTOS DE LUNA

Sólo, aturdido, pensando y distraído deambulaba por la ciudad en la noche, solitaria, vacía, tranquila, misteriosa y enigmática. Los pensamientos afloraban, mientras el dolor aumentaba, las lágrimas no me dejaban ver, la visión se volvía nublosa, borrosa, pero sentí algo, en aquel instante que daba mi vida por perdida, sentí algo. No pude explicar la sensación que me provocó, era algo extraordinario. De pronto no fui consciente de donde estaba, ni de lo que me rodeaba, sólo fui consciente de que algo me iluminaba, luz de luna, un rayo de luz de luna iluminaba mi cara, mis ojos rojos enturbiados, y me cegaba, me sumía y me perdía en mi propio ser.

Entonces lo vi claro, no estaba sólo, alguien me acompañaba, y al mirar al inmenso cielo la vi, allí estaba ella, suspendida, dulce y arrogante me miraba, sus ojos conectaron con los míos y entonces casi sin pensarlo salieron de mi unas palabras que no esperaba:

- ¿por qué?

Y tras pronunciar estas palabras, algo ocurrió, algo que jamás podré olvidar, escuché una voz fina, aguda, suave, melosa y cariñosa, y al hacerlo todo mi cuerpo se estremeció. Esa voz gélida traspasó todo mi cuerpo dejándome la piel erizada y el corazón a mil por hora cuando dijo:

- Te preguntas por qué y no sabes cómo, ¿buscas las respuestas a tus preguntas o a tu vida? Quieres saber, mas no te preocupa el precio del conocimiento, y eso amigo mío es lo peor que te puede pasar. La vida es austera y caprichosa, es burlona, pero en el fondo la vida es lógica y razonable. Me preguntas por qué y te respondo de forma que nunca entenderás si sigues encerrado en la sola idea de tu propia desdicha, se avaricioso, pregunta por qué, pero no a través de tu vida, sino de la vida, ese ser juguetón que llamáis destino, ese que teje los hilos en la tapiz de tu vida, el que escribe el libro de realidad. ¡Basta! basta ya de cuentos, piensa, y si quieres buscar, hazlo a lo grande, así encontraras las respuestas.

La mesura de sus labios delataba una risa bufona que se ocultaba tras su dulce mirada. Casi sin pensarlo volví a hablar:

- No te entiendo, ¿qué me quieres decir?

Pero esta vez no fue una gélida voz la que me habló, sino fue el más duro de los golpes que tronando en mi interior con voz grave y risa maléfica dijo:

- Cruel es mi respuesta piensas, pero crueles son tus preguntas y tus sentimientos, pues no paras de ser uno mas, un ser humano cualquiera, no el que creías especial que hasta a mi me engaño, sino un ¡egoísta!. Piensa esta vez y no solo en ti. Piensa y cuida tus palabras porque al mínimo error desapareceré quitando esta oportunidad que a pocos he brindado para explicar los designios de la vida.

Cuanto más me hablaba más perdido me encontraba. Pensé que solo jugaba conmigo para confundirme, en vez de explicarme como ella mismo dijo los designios de la vida, pero aun así pensé y pensé hasta llegar a la pregunta acertada que me desveló todo mi error.

Mi pregunta no era por qué, esa ya la hice, ahora me preguntaba qué me pasaba para querer saber por qué, y entonces... la vi; la vi a ella, con su dulce sonrisa, sus tiernos ojos marrones y su gran y bondadosa belleza; la vi, y casi la sentía; la vi y la sentí haciéndome el amor, su cuerpo y el mío que en ese momento eran solo uno, casi pude oír su acelerada respiración y creí oler su piel; pero... ya no estaba. Entonces me di cuenta de cual era mi error. Solo pense en mi, pues tras la ruptura creía que solo yo lo pasaba mal por el hecho de que era ella la que me dejaba. Entonces fue cuando pude percibir sus sentimientos. Se debería encontrar perdida, sé que me amaba, y sé que algo fallaba. Ella lo sabia y decidió dejarme, dejar lo nuestro, abandonar el amor. Yo creía que ella no sentiría dolor, mas fue su decisión, pero cual confundido estaba, ella tenia miedo, ella no fue egoísta por una vez. Fui yo. Ella lo hizo por mi, para que no sufriera, estaba confundida, no sabia que quería, no sabia que le pasaba, necesitaba tenerme como amigo, y yo solo la quería como novia, me necesitaba, necesitaba encontrarse, necesitaba tiempo y yo solo la agobiaba con mis problemas, mis sufrimientos; entonces comprendí mi error con la luna.

Como siempre, sin pensarlo, volví a dirigirme hacia ese ser suspendido en el aire que clavaba su mirada en mis ojos, y dije:

- ¿Cómo puedo ayudarla? Ayúdame a entender la vida para ayudarla a recorrer su destino.

A lo que de nuevo la voz suave y fina, pero esta vez dulce y cariñosa, respondió:

- Ya lo he hecho, sin tú saberlo. Solo creé la duda que te ayudaría a pensar. Sabes todo lo que yo sé, o incluso más, ya que yo no soy un ser mortal. Sólo un consejo más, no cambies, no eres un error, eres una ayuda tenlo siempre en cuenta, y no dejes de amar, el amor ya te llegará.

Y así, como si nada hubiera ocurrido me encontraba paseando de regreso a casa por una enigmática ciudad vacía, pero esta vez sin pensamientos, ni aturdido, ni mal; esta vez caminaba feliz, por saber que sirvo para algo más de lo que creía.
Datos del Cuento
  • Categoría: Románticos
  • Media: 5.8
  • Votos: 100
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
M.L.M   J. Carlos
invitado-M.L.M J. Carlos 25-12-2002 00:00:00

EL cuento está plagado de adjetivos inútiles. En ocasiones, hay hasta 5 adjetivos seguidos que no dicen nada. Admiro el valor para publicar un texto así.

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