A mi pequeñajo:

- Esto que estoy escribiendo no es en realidad un E-mail, sino una carta que ahora te transcribo al ordenador. Es algo tarde y me encuentro tumbada en la cama algo melancólica. Sí, la verdad es que escribir en el ordenador así como así, no es lo mismo que hacerlo con papel y boli, así que ahora y a estas horas me apetece hacerlo. ¡ Cuántos sueños tenemos!. Uf, siempre soñamos. Lo que más deseamos todos en esta vida es ser felices. ¡“ Salud”! decimos en los brindis navideños, etc, pero lo que todos ansiamos es ser FELICES. Deseamos encontrar príncipes o princesas azules en cada esquina, a cada paso, en cualquier lugar y a cualquier momento. ¡ El amor! ¿Has estado alguna vez enamorado? ¡bah! ¡qué pregunta!. Claro que sí. A las pruebas me remito...¿Por qué se rompe el amor?...¿por qué se rompe la felicidad?. Príncipes y princesas. Yo no tengo reino pero lo crearía sólo para poder tener a mi príncipe. Recuerdo haber estado enamorada, y sí, fue maravilloso pero el príncipe no quiso convertirse en rey (bueno, hay que decir que la princesa, yo, tampoco quería ser reina). De aquello ya hace mucho. El trono ya tiene demasiado polvo (en el buen sentido de la palabra, bueno y en el malo también... uy que me desvío del tema, je). Siempre pensamos que un día nos llegará nuestro día, pero no llega. Yo no soy de las que se cruzan de brazos en la vida y esperan tener suerte, no, yo si quiero algo voy a por ello, y he de decir que la mayoría de veces lo consigo, pero en el amor es diferente. No es tan sencillo. Una vez dije “ la vida está llena de sueños, y los sueños hay que lucharlos porque un sueño perdido, uno sólo, es un trozo de vida perdido y yo no estoy dispuesta a perder ni uno más”. Lucho día a día para que eso se cumpla pero a veces los sueños son como viejas fotografías que de tanto mirarlas han perdido su brillo, su color y su imagen, y ya no se intuyen más que antiguos esbozos de lo que un día fue. Hay veces que olvidamos nuestros sueños y nuestras promesas, y eso es olvidar que estamos aquí para ser felices. Últimamente he tenido alguna relación que otra, no hace mucho que salgo de una, pero estoy harta de gente superficial que se fija más en qué tienes o cómo eres por fuera, que de lo que eres realmente. Sí, es un tópico, eso de que la belleza está en el interior, pero nos ha de entrar por el ojito. Yo puedo ser de una belleza interior enorme, al menos yo lo creo así, pero si no te gusto, no te gusto. Pero a mí me sucede siempre lo mismo; encuentro una chico que físicamente me encanta pero no consigue conquistarme interiormente y al contrario... no encuentro el término medio, ¡ Y ESTOY HARTA!. Claro que seguro que volveré a tropezar en la misma piedra, pero en la medida de lo que pueda buscaré que quien quiera conquistarme empiece por conquistarme desde dentro. En fin, ... Contigo fue diferente, empecé a conocerte por dentro y hasta el día de hoy así ha sido. Me llenaste como nunca podrás imaginar, tus palabras y hechos acariciaban mi corazón, pero el motivo de no haberlo dicho hasta ahora muy bien lo sabes tú. Sufría en silencio lo que ahora lees en mis palabras, pero ante todo soy persona, y todo ser que gire a mi alrededor es digno de mi respeto, y ahora en un ataque de locura te sinceras conmigo y remueves lo que ya "parecía" olvidado en mi cabeza y sobre todo en mi corazón. ¿Por qué lo has hecho?. ¿Qué te he hecho?. La oscuridad parece que empieza a ahogar mi cerebro y no le deja pensar demasiado, o quizás sea al contrario, no lo sé. No entiendo NADA. ¿Fuiste del todo sincero?. ¿Es un juego?. ¿Has intentado reirte de mí?. ¿Qué pretendías o pretendes?...¿Por qué has vuelto a entrar en mi corazón en unos minutos si sabías que el desenlace final era romperlo?. No puedes imaginar el grado de dolor que alcancé con tus palabras. Recuerdo algo que solías decirme con bastante frecuencia y era:" lo que a tí te duela a mí también me duele", entonces, espero y deseo que no te dure mucho el sufrimiento, sepas encauzar tu dolor y te recuperes lo más pronto posible.



Sinceramente, Mary.